domingo, 12 de enero de 2020

Olifantsrus Campsite en Etosha N.P.


Olifantsrus, situado en la zona oeste de Etosha, es una zona de acampada de reciente creación que sólo tiene este tipo de alojamiento, ni bungalows ni habitaciones. Es la única de este tipo en todo el parque.


Como otros campsites abre sus puertas al amanecer y las cierra con el atardecer. Está situado a unos 60 km de Galton Gate y 130 de Okaukuejo y la pista que lleva hasta él no es nada buena, hay alguna parte en obras y el segundo tramo tiene bastantes ondulaciones lo que nos llevó a recorrer 60 km en unas 2 horas, llegamos agotados y con dolor de cabeza. 

Aunque el paisaje es interesante, alternando zonas más secas con otras de mayor vegetación, tampoco vimos mucha más fauna que en el resto del parque y varias de las charcas son artificiales, algunas estaban secas y otras sin señalización.




El camping consta de 10 parcelas con capacidad hasta para 8 personas cada una de ellas y con 5 puntos de electricidad, en teoría para compartir entre 2 parcelas pero no están ubicadas entre ambas sino en una de ellas, por lo que si la otra parcela está ocupada tienes que turnarte y dejar tus cosas allí con los otros huéspedes. Además, al menos en nuestro espacio, tampoco había luz, lo que te obliga a depender de las linternas o focos que lleves.



Se trata de un camping pequeño y sin apenas servicios, ya que a diferencia de otros resorts no dispone de tienda ni gasolinera.





Tan sólo encontramos la recepción donde registrarnos al llegar y en la que puedes pedir comidas preparadas, una pequeña cocina común, una sala-museo sobre elefantes y el edificio de los baños.


Este último es bastante pequeño, cuenta con un par de duchas y retretes para mujeres y otros tantos para hombres y en la zona exterior un lavadero para fregar o lavar la ropa. Al ser relativamente nuevo está todo en buen estado.



Su mirador es sin duda lo mejor del campsite. Para llegar hasta él hay que caminar por una plataforma de madera que es una maravilla.





De hecho hace las veces de mirador al estar elevada y con algunos espacios para asomarse sin apenas ser visto. Hay que tener cuidado con el suelo que aunque es de madera puede resbalar.






Y por si esto fuera poco su estructura al atardecer resulta muy fotogénica. 



El mirador, con forma de torre circular, está situado sobre una charca artificial, lo que nos permite llegar a tener los animales bastante cerca. Consta de dos niveles con uno de ellos a ras del suelo desde el que observar la fauna a través de un cristal.





La segunda planta de la torre tiene varias ventanas sin cristales con bancos para sentarse a esperar la visita de los animales.





Cuando llegamos por la tarde apenas había animales pero el atardecer allí fue uno de los más bonitos que vimos durante nuestra estancia en el continente africano.



De precio es el más caro de los 4 que visitamos (350 NAD/persona aunque como todos sube año tras año) y no nos parece que lo merezca. Es el que menos servicios tiene y llegar hasta allí se convierte en una odisea, en nuestra opinión debería ser el más económico y no al revés.

Aunque el mirador es bueno y la charca parece propicia para recibir la visita de bastante fauna, la luz rojiza que usan por la noche es muy tenue y apenas se ven bien los animales.





De hecho pudimos ver algo mejor gracias a algunos visitantes con linternas potentes que de vez en cuando enfocaban hacia donde se oían los ruidos para discernir de qué animal se trataba. Aunque quizá no sea lo más correcto resultaba muy frustrante estar allí sabiendo que había leones o rinocerontes cerca y no pudiendo verlos apenas ni por supuesto fotografiarlos.




Si no fuera porque allí vivimos otro de los momentos mágicos del viaje con varios leones visitando la charca y rugiendo toda la noche no recomendaríamos dormir allí.


 

Al amanecer volvimos a acercarnos a la charca pero sólo vimos elands, springboks y ñus, ni rastro de los leones que habíamos escuchado por la noche.







Aún así aprovechamos para disfrutar de los primeros rayos de sol jugando un poco con la cámara.




Quizá pueda ser buena idea para una primera noche accediendo al parque desde el oeste por Galton Gate, sirviendo de parada intermedia hacia Okaukuejo y cuando aún no se está tan cansado de circular por las pistas namibias. De no ser así, nosotros preferiríamos repetir Halali por ejemplo en lugar de perder un día yendo y viniendo hasta aquí.


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