jueves, 28 de julio de 2016

2ª noche del viaje a Suiza: furgoperfecto en Argentière


La segunda noche de nuestro viaje a Suiza la pasamos cerca de Chamonix, para al día siguiente comenzar ya el recorrido por el país alpino. Buscando en el mapa de lugares furgoperfectos, la opción que más nos había gustado era la zona del aparcamiento del teleférico de Les Grands Montets, a las afueras del pueblo de Argentière, a unos 8 km de Chamonix (coordenadas: 45º58'44N 6º55'30"E).

Cuando llegamos allí encontramos otras furgonetas y caravanas preparadas para pasar la noche como nosotros. Como en la zona asfaltada con plazas de aparcamiento delimitadas había carteles indicando que no estaba permitido estacionar por la noche (de 23 a 6 h), preferimos quedarnos en un lateral algo apartados para evitar posibles problemas, pese a que allí había otros vehículos. Aunque el cielo estaba bastante cubierto, en esta ocasión pudimos prepararlo todo sin mojarnos y tras un largo día de viaje irnos a dormir para recuperar fuerzas.



Este lugar en verano es bastante tranquilo y, salvo algún coche a primera hora de la mañana de excursionistas, o furgonetas como nosotros buscando donde dormir a última hora, apenas notamos ruidos, únicamente el sonido del caudaloso río Arve junto al que nos encontrábamos. Al fondo del aparcamiento hay también una pequeña zona de gravilla rodeada de árboles junto al río pero menos a la vista, donde había varias caravanas.

Aunque no dispone de agua corriente ni baños se pueden utilizar los del edificio del teleférico durante el tiempo que éste permanece abierto (en verano de 7:30 a 17 h).


Es un sitio aceptable para pasar la noche, sin ser excelente, pero es bastante tranquilo, no tuvimos problemas de bichos y está muy cerquita del pueblo, por no hablar del entorno espectacular con multitud de opciones de senderismo, bici, turismo activo...

martes, 26 de julio de 2016

1ª noche del viaje a Suiza: furgoperfecto en Eyne (sur de Francia)


La primera noche del viaje la pasamos en el pueblo de Eyne, dentro del Parque Natural de los Pirineos Catalanes y que da nombre a la Reserva natural del valle de Eyne. Es un pueblo pequeño y tranquilo en plena naturaleza, lo que se agradece a la hora de pasar la noche en la furgoneta.

El furgoperfecto original tuvimos que descartarlo por la cantidad de moscas que había, pero encontramos este al otro lado del pueblo, bastante grande y junto a un restaurante pero muy tranquilo (coordenadas: 42º28'26"N 2º04'46"E).



Es una explanada bien nivelada, con paneles informativos de la zona y una mesa de madera en la zona verde junto al río. No hay baño ni agua corriente, pero sí contenedores de basura al otro lado de la carretera, por la que de noche apenas pasan coches. A pocos minutos de allí en el centro del pueblo hay un par de fuentes.



No es un lugar ideal donde pasar la noche pero sí recomendable por su ubicación y que nos puede sacar también de algún apuro.

domingo, 24 de julio de 2016

Días 1 y 2 del viaje a Suiza: parada técnica en Andorra y viaje hasta Chamonix


Los dos primeros días de nuestro viaje a Suiza no transcurrieron allí, sino que los dedicamos a ultimar detalles en Andorra de la furgo recién camperizada  y al desplazamiento desde ahí atravesando Francia.



Como muchas de nuestras escapadas con la furgoneta serían probablemente en época de calor, poco antes del viaje a Suiza decidimos comprar una nevera de compresor que nos permitiera conservar los alimentos perecederos y las bebidas fresquitas. Pero el problema que surge a menudo con estas neveras al usar la conexión al mechero del coche, es que nos quedamos sin batería en cuanto nos descuidamos.

Para evitarlo estuvimos mirando la opción de colocar una segunda batería y finalmente nos decantamos por Andorra Campers. Los kits que venden son autoinstalables, pero como no los envían fuera de Andorra decidimos adelantar la salida a Suiza un día y pasar por allí para que nos lo instalaran. Concertamos la cita con ellos por e-mail para el viernes 1 a las 15:30 y una vez allí, tras un par de horas de paseo por Sant Julià de Lòria y 450 €, tuvimos lista nuestra segunda batería. Cogimos la versión básica, con 2 conectores a colocar debajo del asiento del conductor. Aunque quedamos contentos con el resultado, hubo otras cosas que no nos gustaron tanto: el precio fue superior a lo que indican en la web ya que nos dijeron que para este tipo de furgonetas pequeñas se necesitan baterías especiales más caras; la instalación la realizan en una nave a las afueras de Sant Juliá y no hay medios para acercarte al pueblo por lo que hay que ir caminando una media hora; y nos hicieron una factura que valía para poco, ya que la suma de los conceptos no daba el importe total de 450 € que figuraba y había al menos uno de ellos que no era real (luces LED de baja batería que son un extra y por tanto no teníamos). De esto nos dimos cuenta ya en Suiza por lo que poco pudimos hacer.



Lo que sí que conseguimos en su tienda fue un paravientos para la cocina que estábamos buscando por sólo 10 € y que nos vino muy bien durante todo el viaje.





Con la idea de ir avanzando kilómetros hacia Suiza ese mismo día habíamos mirado en el mapa de lugares furgoperfectos posibles opciones para dormir por el sur de Francia. Al final nos decantamos por uno que tenía buena pinta a las afueras del pueblo de Eyne, dentro del Parque Natural de los Pirineos Catalanes, pero al llegar allí vimos que había muchísimas moscas, llegando al punto de que en los 5 minutos que tardamos en ir al baño (que estaba en muy buenas condiciones), encontramos la furgoneta completamente cubierta de ellas. Así que a pesar de que nos había gustado, tuvimos que cambiar de sitio, porque iba a ser muy incómodo cocina y cenar así, por no hablar de las que se meterían en la furgoneta a la hora de dormir.

Siguiendo la carretera atravesamos el pueblo entero y encontramos un aparcamiento cerca de un restaurante bastante tranquilo. No había demasiados mosquitos y como ya era algo tarde y amenazaba lluvia decidimos quedarnos allí. Al poco empezó a llover, por lo que tuvimos que cenar dentro de la furgoneta y montar después la cama en un tiempo exprés.


Pese a la tormenta la primera noche de furgo fue muy bien y al día siguiente amaneció un día estupendo. El aparcamiento resultó ser punto de encuentro para aficionados al senderismo de la zona y antes de las 9 ya estaba lleno de gente. Nosotros ese día teníamos muchos kilómetros por delante así que por desgracia no podíamos quedarnos a conocerlo, desayunamos y recogimos rápido para ponernos en marcha cuanto antes.



Seguimos la N116 hacia el este hasta enlazar con la autopista A9 a la altura de Perpiñán. Por el camino nos sorprendió la zona que íbamos atravesando, con bastante movimiento de caravanas y viajeros.

Entre sus atractivos encontramos el Tren amarillo, el más alto de Francia al alcanzar los 1600 metros sobre el nivel del mar y desde el que se pueden contemplar maravillas arquitectónicas como el viaducto Séjourné o el Puente Gisclard, visible también desde un mirador de la nacional y que se encuentra a 80 metros sobre el fondo del valle. Este tren conecta las poblaciones de La Tour de Querol y Villefranche de Conflect, siendo precisamente ésta última una bonita villa amurallada digna de visitar. 


Pero teníamos que seguir avanzando y alrededor de las 12 parábamos en el Área de servicio de La Palme de la A9 para estirar un poco las piernas e ir al baño, descubriendo que tenía wifi, lo que siempre viene bien una vez cruzamos la frontera. Un par de horas después, una vez pasado Montpellier, paramos a comer en el área de descanso de Vergèze Sur, bastante grande y con arbolado, mesas de picnic y baños.



Pasamos otras ciudades como Valence, Grenoble o Albertville (en cuyo Decathlon paramos a comprar otro gadget para nuestra furgo, un pequeño farolillo a pilas para las noches), antes de llegar alrededor de las ocho de la tarde a Chamonix, donde pensábamos pasar la segunda noche del viaje. En total habíamos gastado en peajes unos 45 €.

Llevábamos la idea de dormir de nuevo en la furgo y como era un poco tarde y el tiempo estaba revuelto decidimos buscar algo rápido para cenar.




Habíamos estado ya en Chamonix un fin de semana de enero hace unos años y la verdad es que nos sorprendió la diferencia de ambiente, lo encontramos prácticamente vacío, aunque seguramente influía también el mal tiempo. Después de dar un par de vueltas indecisos y viendo que no había muchos sitios abiertos acabamos irremediablemente en el McDonalds. Aunque no es que nos encante, era una opción rápida, económica (aproximadamente 15 € la cena de los 2) y con wifi garantizado para poder hablar un poco con la familia.






Después de cenar nos dirigimos al Furgoperfecto de esa noche, el aparcamiento de acceso a la Aguja des Grands Montets, donde encontramos otras furgonetas y caravanas y tras preparar la furgo nos fuimos a dormir.


jueves, 21 de julio de 2016

Suiza - Introducción


Siguiendo lo que empieza ya a convertirse en una tradición, comenzamos hace unos meses a preparar el viaje del verano escapando un poco del calor mediterráneo. Tras conseguir en el trabajo el traslado a la península a finales del año pasado, cumplimos una de nuestras ilusiones desde el viaje a Islandia de hace 2 años: comprar una furgoneta y camperizarla para poder dormir en "casi" cualquier sitio, dando así un toque de aventura a nuestros viajes de una forma algo más económica.

Aunque el sueño de cualquier amante de las camper es tener una Volkswagen, nuestro presupuesto no daba para tanto, ya que se trata de un mercado que se ha puesto de moda en los últimos años hasta el punto de que las furgonetas de segunda mano tienen en muchos casos precios similares a los vehículos nuevos. Finalmente nos decidimos por una nueva pero más pequeñita, una Peugeot Partner Tepee Outdoor, de características similares a las de la Caddy que alquilamos en tierras islandesas y que nos había conquistado.

Pese a contar con la furgo aun quedaba mucho trabajo por hacer: colchones y mueble para dormir y guardar cosas durante los viajes, cortinas para las ventanillas, utensilios varios para cocinar y hacer vida allí... Todo esto lo fuimos avanzando poco a poco, dedicándole tiempo para encontrar las mejores opciones a los precios más asequibles y siguiendo los consejos de otros furgoneteros gracias al foro de Furgovw. Finalmente, a mediados de junio, con la impagable ayuda del hermano de José (gracias Diego!), tuvimos la furgo lista a tiempo para nuestro viaje estival.



El destino no fue difícil de decidir. Estando ya en la península (con el cupo de aviones cubierto para una temporada tras casi 4 años en la isla) y con la furgo en proceso de camperización, estaba claro que tenía que ser un destino europeo al que pudiésemos llegar en coche y, como en otras ocasiones, con mucha naturaleza y un poquito de frío para acortar un poco la temporada de calor. Suiza cumplía con creces todos los requisitos (por algo es el país más montañoso de Europa con alrededor del 70 % de su superficie cubierto por paisajes alpinos y subalpinos) salvo el de ser un destino barato, pero ya teníamos experiencia en fijarnos en países que no se caracterizan por ser asequibles. José no lo conocía pero tenía muchas ganas y yo, aunque había estado hace años con mis padres en un viaje organizado, tenía muchas ganas de repetir.

Lo que no fue tan fácil fue acotar la zona a visitar. Aunque teníamos un límite de tiempo de unos 15 días, no sabíamos cómo llevaríamos tantos días durmiendo en la furgo y, al no tener fechas concretas hasta última hora por el trabajo, tampoco podíamos reservar alojamientos con tiempo. A esto se añadía que el presupuesto era ajustado y con los altos precios suizos no creíamos que nuestro bolsillo aguantase un viaje demasiado largo, por lo que decidimos restringirnos a la mitad sur del país e ir improvisando un poco, guiándonos por lo que encontráramos y el tiempo que nos hiciese.

Por eso en esta ocasión no contábamos con un plan de viaje como tal, sino que habíamos mirado información de distintas zonas e iríamos decidiendo sobre la marcha. Al final el viaje se prolongó durante 13 días, entre el 1 y el 13 de julio, con 2 días dedicados a la ida y otros 2 para la vuelta:


En el mapa están los puntos de interés y posibles lugares para pasar la noche que habíamos localizado durante la preparación del viaje y de los que por suerte pudimos visitar la mayoría. Y en esta otra entrada las cuestiones prácticas sobre el país y la organización de un viaje allí.




La conclusión compartida por los dos al regreso del viaje es que, al menos la mitad sur, es un destino espectacular, altamente recomendable, especialmente para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Por desgracia es también un destino bastante explotado turísticamente, con multitud de atractivos de pago y teleféricos y funiculares por doquier, y nada asequible, ya que el nivel de vida es bastante más alto que el nuestro y con ello los precios de alojamientos o restaurantes están muy por encima de lo que estamos acostumbrados. Sin embargo, si se puede, es un país a visitar al menos una vez en la vida y repetiríamos encantados.