Supongo que todos a los que nos apasiona viajar tenemos una lista de destinos soñados que nos gustaría hacer realidad algún día, aunque por desgracia esa lista suele ser demasiado larga y somos conscientes de que salvo que nos toque la lotería será difícil completarla, por lo que con cumplir alguno de ellos nos solemos conformar. En nuestro caso al menos son unos cuantos: Nueva Zelanda, Alaska, safari en África, Canadá, islas Lofoten, Machu Pichu, la Antártida...
Si podemos cada año nos gusta hacer un "gran viaje", que no tiene porqué ser muy lejos pero si especial y algo más largo que el resto de escapadas que hacemos durante el año. Pero este año era todavía un poco más especial y decidimos lanzarnos un poco a la piscina y elegir un destino de la lista de soñados para nuestra luna de chocolate :)
Por fechas, precios e interés quedaron como finalistas Alaska y Canadá y tras buscar información y sin mucho tiempo para darle vueltas nos quedamos con el primero. Desde el primer momento teníamos claro que queríamos ir con la casa a cuestas, llevarnos nuestra furgo no era una opción pero un roadtrip en autocaravana nos apetecía mucho. Por lo que vimos, ambos destinos salían parecido de precio y Alaska nos atrajo algo más por el tema de la fauna salvaje, teníamos esperanzas de ver alces, caribúes, ballenas, bisontes y sobre todo osos, uno de nuestros animales favoritos.