A pesar de que viví 9 meses en la capital inglesa hace unos años, apenas conozco sitios donde alojarse en la ciudad, ya que por aquel entonces me quedaba en una residencia de estudiantes en el centro de Londres (hoy sustituida por un edificio de Inditex) y los que me visitaban podían quedarse conmigo, por lo que nunca me surgió la necesidad de buscar alojamiento.
Por eso, cuando surgió la idea de hacer una escapada con amigos no tenía ni idea de por donde empezar y tuvimos que recurrir a las plataformas habituales: Booking, Airbnb, Homeaway... Lo que normalmente es una búsqueda relativamente sencilla, en esta ocasión se complicó más de la cuenta por mala suerte con las reservas y no contar con mucho tiempo de margen. En general, en ciudades muy turísticas como Londres suele ser recomendable buscar alojamiento con la mayor antelación posible, especialmente si se busca algo decente a un precio ajustado, y más aún si coincide con algún evento como nos sucedió a nosotros (fin de semana de San Valentín, celebración del año nuevo chino...)
Al ser un grupo de 6, preferíamos un apartamento para compartir por ser la opción más barata y también la más cómoda para poder cenar o simplemente pasar el rato. Se puede decir que exploramos la mayoría de buscadores conocidos y no encontramos muchas opciones. En Airbnb por ejemplo, muchos de los disponibles eran bastante caros o estaban alejados de la zona más céntrica.
Nuestro primer fiasco vino de la mano de Booking. Queríamos que no estuviera muy lejos del centro y encontramos un apartamento barato en Harrow Road que lo situaba cerca de la estación de Paddington, por lo que reservamos inmediatamente. El problema vino cuando al buscar en Google maps cómo llegar hasta allí descubrimos que donde lo señalaba no había ningún edificio de viviendas y buscando en internet encontramos que en realidad el apartamento estaba en Wembley, a más de media hora de donde decía estar. Tras varias llamadas a Booking y al propietario nos devolvieron el dinero, pero ya habíamos perdido varios días en la búsqueda de alojamiento. He reservado decenas de alojamientos con Booking y es la primera vez que tengo este problema, aunque el responsable sea el anunciante, en mi opinión Booking también debería verificar los anuncios, ya que si se deja en manos de Google maps puede haber fallos como este.
El segundo intento de reserva tampoco tuvo éxito, probamos con Homeaway pero en esta plataforma para reservar se manda un mensaje al propietario y si éste no responde en 24 horas se desestima la reserva, que fue lo que nos sucedió a nosotros. El dueño respondió 2 días después en portugués agradeciendo el contacto pero indicando que el apartamento no estaba disponible en esas fechas, pese a que en la web de Homeaway sí que aparecía como tal, por lo que esta plataforma no nos pareció muy fiable.
Finalmente reservamos un apartamento para 6 personas en London Paddington Suites. Era algo más caro que los anteriores pero las fotos tenían buena pinta y este sí estaba cerca de la estación de Paddington, en el 200 de Sussex Gardens, a 5 minutos andando. Pese a reservar a través de Booking, este alojamiento no admitía cancelación gratuita, el importe se pagaba íntegro al hacer la reserva y no había devolución si se cancelaba. El precio total para dos noches del 12 al 14 de febrero fue de 290 libras, 390,57 € según el cambio de entonces, o lo que es lo mismo, 65 € por persona el fin de semana, lo que, para ser Londres, no está nada mal.
El apartamento, en el segundo piso de un bloque de edificios de estilo victoriano, constaba de una habitación con cama de matrimonio, dos literas y un armario, un pequeño baño con bañera y un salón/cocina con sofá-cama (como en la foto pero con el sofá-cama en un lateral y en el centro una mesita). Había calefacción, utensilios de cocina, una mesa de comedor con sillas para 6 personas, horno, hervidor de agua, tostadora, televisión y secador de pelo. También disponía de sábanas y toallas para todos y artículos de aseo y wifi gratuitos. El edificio tiene 3 plantas todo de apartamentos de alquiler pero no tiene ascensor.
Como no disponen de recepción el check-in se realiza por mail o teléfono. Hay que ponerse en contacto con ellos el día de la llegada y te proporcionan la combinación de unas pequeñas cajitas que hay en el patio inferior del edificio, donde se encuentran las llaves del portal y del piso. Lo bueno de no tener recepción es que hay menos control y no es necesario dar explicaciones si se lleva a alguien de fuera.
Tras la reserva en Booking recibimos un e-mail solicitándonos información de la hora de llegada prevista y otros datos de contacto. Tras responder a ese e-mail te envían toda la información del piso, como la dirección exacta o los pasos para la recogida de las llaves. Aunque la entrada permitida era de 14 a 18 horas, les consultamos si podríamos pasar antes a dejar el equipaje, ya que pensábamos llegar a Londres sobre las 11 y para no cargar con todo hasta después de comer, y nos dijeron que era posible a partir de las 11:30 pero que llamásemos o escribiésemos el día de la llegada y nos lo confirmarían. Así lo hicimos y no hubo problema, llamamos a primera hora y nos dieron las claves de las cajas con la llaves, por lo que nada más llegar pudimos entrar a dejar las cosas. Lo que sí nos recalcaron es que la hora de salida eran las 11 de la mañana, y que de querer salir más tarde había que pagar un suplemento de 30 libras (igual que si se hacía la entrada más tarde de las 18 horas), pero para nosotros eso no era problema.
La verdad es que nos llevamos una grata sorpresa con el piso, cuando llegamos estaba todo preparado, limpio y en buen estado (salvo la manilla del baño que se caía de vez en cuando). Si a eso se añade el precio y la buena ubicación, a 5 minutos a pie de la estación de Paddington y de Hyde Park, resulta 100 % recomendable.
En este viaje también nos alojamos en el St. George Hotel, muy cerca del anterior, en Norfolk Square, una plaza ajardinada bastante tranquila a 5 minutos andando de la estación de Paddington. El motivo es que José y yo nos quedábamos 2 noches más que el resto del grupo y elegimos éste por estar cerca del otro alojamiento y porque tenía cancelación gratuita, ya que no sabíamos fijo si íbamos a pasar allí las dos noches. Reservamos en Booking una habitación doble con baño por 90 libras, pero la última semana modificamos la reserva para una noche porque la otra la íbamos a pasar con unos amigos y al final pagamos sólo 49.
En este caso la sorpresa también fue positiva. Nos dieron una habitación grande en la última planta (con camas para 4 personas) y todo estaba limpio y en buen estado. Quizá por estar en un cuarto no nos molestó el ruido del metro que debe pasar muy cerca (habíamos leído algunos comentarios que nos habían dejado preocupados). El inconveniente que tiene, como ocurría con el apartamento, es que no hay ascensor y hay que subir por una escalera estrecha y empinada típica de los edificios antiguos, aunque para personas sin problemas de movilidad no supone ningún inconveniente.
La habitación cuenta con televisión de pantalla plana, hervidor, sobres de té, café y cacao y artículos de aseo y wifi gratuitos. Además el desayuno está incluido, aunque éste consiste en unas bandejas con bollitos, zumo y poco más que te llevan a la habitación a la hora que se concierta al hacer el check-in.
Quizá lo peor de la habitación es el baño, que es una especie de módulo prefabricado, con la ducha a ras de suelo, aunque también hay disponibles en la primera planta otros baños comunes normales.
En general se trata de otro alojamiento recomendable, si bien no es el sueño de todo viajero, tratándose de Londres y con esa ubicación y precio, quedamos bastante satisfechos.
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