Aunque el quinto día del viaje amaneció bastante soleado, por la noche no habíamos podido ver ninguna aurora, aunque como estábamos bastante cansados de todo el día en Denali no habíamos aguantado mucho despiertos.
Pusimos rumbo a Fairbanks, la ciudad más grande del norte de Alaska y la segunda de todo el estado, a menos de 300 km del Círculo Polar. Habíamos leído que no tenía muchos atractivos, es una gran ciudad similar a Anchorage y como lugares destacables están el Ice Museum y el Morris Thompson Cultural and Visitor Center, donde se puede conseguir un certificado por haber visto auroras.
Nosotros preferimos disfrutar tranquilamente de los paisajes que encontramos de camino, con vistas de las montañas nevadas de la Alaska Range al fondo.
no especialmente bonito, es la segunda ciudad más grande de Al
aska.
Tiene el
Museo de hielo
(15$, abierto 10-16h). También está el
Morris Thompson
Cultural and Visitors Center
(
101 Dunkel St, Fairbanks
) donde dan un Aurora
Certificate si has visto alguna.
no especialmente bonito, es la segunda ciudad más grande de Al
aska.
Tiene el
Museo de hielo
(15$, abierto 10-16h). También está el
Morris Thompson
Cultural and Visitors Center
(
101 Dunkel St, Fairbanks
) donde dan un Aurora
Certificate si has visto alguna.
no especialmente bonito, es la segunda ciudad más grande de Al
aska.
Tiene el
Museo de hielo
(15$, abierto 10-16h). También está el
Morris Thompson
Cultural and Visitors Center
(
101 Dunkel St, Fairbanks
) donde dan un Aurora
Certificate si has visto alguna.
Desde Fairbanks se puede ir hacia el norte por la Elliot/Dalton Highway hacía el Círculo Polar y el océano ártico, pero salvo los primeros kilómetros la carretera está sin asfaltar y la mayoría de compañías de alquiler no cubren lo que suceda en ella. Si se quiere ir más allá también se puede contratar un vuelo desde 400 $/p.
En las afueras de Fairbanks también es posible visitar la Mina Gold Dredge No.
Tras parar a comprar y echar gasolina en un Safeway de la ciudad seguimos viaje hacia nuestro destino del día, Chena Hot Springs, un resort termal a
El precio de la entrada de las termas son 15$ y se puede estar todo el tiempo que se quiera. Sólo pueden acceder adultos y la temperatura del agua es de unos 45º en cualquier época del año. Hay además una terraza donde tomar el sol y una piscina indoor.
Aparte de sus aguas termales allí se pueden practicar multitud de actividades: pesca, canoa, trineos tirados por perros o ver la aurora boreal.
En los alrededores podemos encontrar varios elementos curiosos, como un avión antiguo o un dragón de hojalata.
La zona más bonita es la que está cerca de la piscina termal, donde encontramos también algunas cabañas y un pequeño estanque con patos.
Además en la entrada del resort está el Aurora Ice Museum, abierto todo el año, que cuenta con un bar de hielo y esculturas a una temperatura media de
Como ya era mediodía, aprovechamos para comer dentro de la caravana un pollo que habíamos comprado en el Safeway después del paseo. Pero lo mejor vino durante el viaje de vuelta. Vimos un par de coches parados en la carretera y eso tenía que significar algún animal a la vista... Y sí! Un moose!!! Dimos la vuelta, dejamos la caravana en un apartadero y allí que nos fuimos con las cámaras.
Era una hembra comiendo tan tranquila en el agua a unos 100 metros de la carretera.
Estaba muy graciosa con el agua chorreando y estuvimos un rato viéndola y haciendo fotos aprovechando el reflejo que se formaba.
Aunque estuviera un poco lejos nos hizo mucha ilusión ver nuestro primer alce fuera de Denali. Habíamos visto varias señales de advertencia en carretera pero hasta entonces no habíamos tenido éxito encontrando ninguno.
Este pueblo es famoso, además de por su curioso nombre, por acoger la Santa Claus House, una tienda donde desde 1952 es Navidad cualquier día del año. El edificio, que se encuentra junto a la autovía, está a las afueras del pueblo y tiene un amplio aparcamiento gratuito.
Allí podemos encontrar, además de los recuerdos típicos de Alaska, infinidad de elementos navideños o al mismisimo Papá Noel para entregarle nuestra carta y sentarnos en sus rodillas, ideal para peques y no tan peques ;) En verano podemos verle todos los días de 9 a 20 horas hasta mediados de septiembre.
El pueblo lo recorrimos con el coche ya que nos salimos de la autovía por la salida equivocada y tampoco parecía tener mucho interés, es una típica zona residencial americana.
Sin embargo, saliendo de nuevo a la carretera nos llevamos otra sorpresa: 2 alces cruzando los 4 carriles de autovía tan tranquilos! No nos dio tiempo a grabarlo pero nos resultó super curioso. En Alaska es algo habitual, la gente está concienciada y suelen ir con cuidado, aunque por desgracia también se producen atropellos y son comunes los carteles informando de los que han muerto en lo que va de año.
Unos kilómetros después de North Pole la Richardson Highway vuelve a tener un carril por sentido. Avanzamos por ella hacia el sur en dirección al Wrangell – St.Elias National Park Reserve, en paralelo al enorme río Tanana.
También paramos en apartaderos de la carretera para disfrutar de las vistas sobre la imponente Alaska Range. Para nosotros el que tiene mejores vistas es el de la milla 296.
El paisaje es el clásico de la zona, la taiga surcada por inmensos ríos con vegetación principal de píceas que van cogiendo los colores del otoño.
En los alrededores de Big Delta cruzamos el río Tanana y nos sorprende una vista espectacular en paralelo de una sección de 400 metros de longitud de la Trans-Alaska Pipeline suspendida por encima del río entre 2 torres. Esta tubería lleva el petróleo que se extrae en el norte de Alaska hasta Valdez, el puerto marítimo situado más al norte que no se congela en invierno y desde donde se reparte al resto de EEUU en barco. Nada menos que 1.287 kilómetros de tubería y este trozo suspendido es el segundo mayor puente de los 13 que tiene en su recorrido.
Poco después llegamos a Delta Junction, donde se unen la Richardson y Alaska highways. Aquí encontramos algunos servicios como gasolinera, restaurante o cajero, pero tampoco da mucho aspecto de pueblo, es más bien un conjunto de edificios desperdigados.
Nosotros seguimos por la Richardson Highway, la carretera más antigua de Alaska y que debe su nombre a Wilds Richardson, el primer presidente de la Comisión de carreteras de Alaska.
Como empezaba a atardecer y estábamos algo cansados paramos a pernoctar en un área de descanso junto a la carretera con vistas del Alaska Range.
No estábamos muy seguros si sería un lugar tranquilo, ya que había un par de coches aparcados y al otro lado de la carretera había un aeródromo, pero lo cierto es que no notamos ruido de aviones en toda la noche y lo único que se oían eran algunos coches pasando por la carretera.
Además no queríamos seguir yendo hacia el sur porque a medida que lo hacíamos disminuían las posibilidades de ver la aurora boreal y era la primera noche desde que estábamos en Alaska que nos íbamos a dormir con el cielo despejado. Disfrutamos de un bonito atardecer y por suerte pudimos verla un poco aunque fuera a lo lejos para quitarnos la espinita.
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