jueves, 23 de febrero de 2023

Qué ver en Sigüenza y alrededores

 

Sigüenza, enclavada en la Sierra Norte de la provincia de Guadalajara y catalogada como Conjunto histórico artístico desde 1964, se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos de Castilla La Mancha.

Fue habitada por celtíberos, que la bautizaron como Segontia o "la que domina el valle", romanos, visigodos y musulmanes hasta que en enero de 1124 el monje-guerrero Bernardo de Agén la reconquistó (el día de San Vicente, patrón de la ciudad desde entonces), convirtiéndose hasta el siglo XVIII en un señorío episcopal, lo que ha marcado su fisionomía.


Aunque tiene varias zonas diferenciadas (medieval, renacentistas, barroca y neoclásica) es sin duda su aspecto medieval por el que es más conocida, formando parte incluso de la Red de ciudades y villas medievales junto a otras como Laguardia o Jerez de los Caballeros.

La Sigüenza medieval, de mayor tamaño, se caracteriza por calles estrechas perpendiculares a la calle Mayor que reciben el nombre de travesañas, donde vivían los comerciantes y artesanos y donde se ubicaban la judería y la morería. Comprende la parte más alta de la villa y una buena opción si vamos en nuestro vehículo partícular es aparcar en la explanada cercana al Castillo y recorrerlo de arriba a abajo (aunque la Oficina de turismo está en la parte baja junto a la Catedral). Este aparcamiento es apto para furgonetas y autocaravanas aunque hay un área específica a las afueras de la ciudad.

 

En esta zona encontramos el Castillo, residencia de los Obispos de Sigüenza desde el siglo XIV hasta mitad del XIX y desde 1976 Parador Nacional de Turismo. Desde luego debe ser un buen lugar donde pasar la noche si nos quedamos varios días a visitar la zona. 



Su construcción comenzó en 1123, sufrió varias reformas a lo largo de los siglos pero quedó casi destruido durante las Guerras Carlistas y la Guerra Civil, hasta su reconstrucción en 1976.


El exterior es un recinto con aspecto de fortaleza con varias torres en sus esquinas rematadas con almenas mientras que en su interior destaca el patio de armas con un pozo y galerías de madera. 


Ya dentro del edificio principal destacan la capilla y varias salas como el Salón Rojo o Salón del Trono, donde administraban justicia los obispos, o el Salón de D. Blanca de Borbón, donde la reina, esposa de Pedro I de Castilla, estuvo presa por orden de su marido, apodado el Cruel. Habíamos leído que se podían visitar libremente los patios exteriores pero para entrar hay que acceder por la puerta principal y nos dio reparo, lo dejamos para cuando nos hospedemos en él esperamos que en un futuro no muy lejano. 



Desde aquí bajando por la Calle Mayor tenemos al fondo la imagen de la Catedral así como notables edificios que nos confirman la importancia de esta calle, hoy venida a menos con comercios cerrados y viviendas en venta.



En esta calle encontramos además la Iglesia de Santiago, de finales del siglo XII y que perteneció al Convento de las Clarisas hasta la Guerra Civil cuando quedó en ruinas. Actualmente la Asociación de amigos de la Iglesia de Santiago impulsa su rehabilitación para convertirla en Centro de interpretación del románico de la provincia. 




En la transversal que parte de la Iglesia de Santiago, la calle Travesaña alta, encontramos la Casa del Doncel, uno de los lugares más importantes de la ciudad y residencia de los Vázquez de Arce y Sosa, familia de Martín Vazquez de Arce, el Doncel, cuyo sepulcro se encuentra en la Catedral y es uno de los protagonistas de la ciudad. 

Este edificio es un ejemplo de arquitectura gótica civil del siglo XV en cuyo interior descubrimos salas mudéjares de diferentes tamaños y proporciones así como una vista panorámica de los tejados rojos de la ciudad y la Catedral desde su última planta. En la actualidad pertenece a la Universidad de Alcalá y es sede de cursos de verano así como del Archivo de la ciudad, con documentación y pergaminos desde 1277. Se puede visitar de 11 a 14 y de 16 a 19 horas.


Un poco más adelante está la Iglesia de San Vicente, de estilo transición entre románico y gótico y dedicada al patrón de la ciudad.



Y poco después la plazuela de la Cárcel, llamada Plaza Nueva cuando se abrió en el siglo XV. En ella se estableció el mercado semanal que hasta entonces se realizaba extramuros. Preside la plaza el Ayuntamiento del siglo XVI y su torre de Archivo y la cierra por el oeste la cárcel que le da nombre. 


La calle desemboca en la Puerta del Hierro, donde se cobraba el impuesto de entrada de mercancías en la ciudad para la venta de productos en el mercado semanal. Hay otras puertas como la del Portal Mayor o la Puerta del Sol, que permanecía abierta por las noches en épocas de peste. 



A principios del siglo XVI Sigüenza se amplió con la construcción de un nuevo barrio amurallado de calles rectas y anchas que se dispuso delante de la puerta principal de la Catedral tras derribar parte de la muralla del siglo XIV que la rodeaba. 

En esta zona, al igual que en la medieval, hay monumentos posteriores y anteriores a esta época como por ejemplo la Catedral, templo iniciado en la primera mitad del siglo XII. En su interior destaca la capilla de San Juan y Santa Catalina donde se encuentra la famosa escultura funeraria gótica de Martín Vázquez de Arce, el Doncel, la sacristía de las Cabezas, la sillería del coro o el claustro gótico del siglo XVI en el que se encuentra la exposición de Tapices Flamencos y el cuadro de la Anunciación de El Greco. 



La Catedral se puede visitar, la entrada tiene un precio de 6 €. Su horario varía según la época del año, en invierno cuando estuvimos nosotros abría de 10 a 14 y 16 a 19:30.



Junto a la Catedral encontramos la Plaza Mayor, abierta a finales del s. XV para lo que se derribó parte de la muralla urbana del siglo anterior. 


En ella se ordenó celebrar el mercado semanal y tras su ensanche a finales del s. XVI se estableció el Ayuntamiento, en la antigua casa de los Deanes. 

Junto a él está la antigua Tesorería y próximo a la Catedral la Puerta del Toril, llamada así por los toriles ubicados junto a ella extramuros, cuando en la plaza se celebraban las fiestas taurinas.
 

A pocos pasos de aquí está el Museo Diocesano, instalado en uno de los mejores palacios de la ciudad. Este se puede visitar con la misma entrada de la Catedral y los horarios son similares. Y cerrando la zona renacentista tendríamos el Pósito, antigua casa del Peso de la Harina, donde se almacenaba antes de repartirla a las panaderas que cocían pan en los diversos hornos de la ciudad y que actualmente es Teatro-Auditorio donde se desarrolla la vida cultural de la ciudad.


A finales del siglo XVIII el obispo de la ciudad inició la ampliación de ésta hacia el norte, extramuros de la muralla renacentista, dando lugar al Barrio de San Roque que conforma la Sigüenza barroca. Aquí se construyeron señoriales caserones de diseño uniforme, como el Palacio de los infantes situado en un callejón próximo a la Catedral y que recibe ese nombre porque en él vivían los niños cantores. También el Convento de las Ursulinas, el Seminario o el Palacio Episcopal, antiguamente sede de la Universidad  seguntina.



Por último estaría la zona neoclásica, que engloba el Parque de la Alameda, la ermita del Humilladero o la Iglesia de Nuestra Señora de los Huertos, adosada al Convento de las Clarisas y que se puede visitar de 10 a 13 y de 16.30 a 19. Nosotros no pudimos recorrerlo por falta de tiempo y regresamos a la Plaza mayor disfrutando de las vistas de la ciudad desde extramuros pero seguro vale la pena pasear con calma por toda la ciudad deleitándose con cada rincón que nos ofrece.




Y es que aunque la visita a esta bonita población se hace fácilmente en unas horas, un día a lo sumo, puede ser también un plan perfecto para una escapada de fin de semana, recorriéndola con calma y complementándola con alguno de los lugares de interés que encontramos en las proximidades. No en vano Sigüenza es uno de los municipios más extensos del centro de España e incluye 28 pueblos. Aquí incluimos algunas propuestas:

  • Salinas de Imón

Las numerosas salinas que encontramos en los alrededores de Sigüenza (algunas de época romana) nos confirman que se trata de una zona de explotación salinera de las más importantes de la Península Ibérica, lo que generó en su época suculentas rentas que permitieron entre otras cosas levantar gran parte de la Catedral de Sigüenza. 

En particular las de Imón son las más importantes de la provincia en cuanto a producción de sal, tamaño y construcción, habiendo llegado a nuestros días en un mejor estado de conservación. Aunque su origen es anterior su aspecto actual es de 1720, obra de Carlos III, ya que estaban directamente bajo control del Rey.


Estuvieron en activo hasta 1996 y se conservan aún restos de la última cosecha en sus almacenes principales. Nosotros vimos de hecho algunas montañas de sal en los alrededores. 

Visitarlas es gratuito, se puede dejar el coche en las inmediaciones y dar un paseo libremente por ellas para admirar su esplendor. 


  • Castillo de Gormaz

Esta fortaleza ya en territorio soriano fue levantada en la segunda mitad del siglo X sobre un castillo anterior por el general árabe Galib y se considera la mayor construcción defensiva de la Baja Edad Media en Europa. No en vano su perímetro es superior al kilómetro y en su parte oriental se levantaba la alcazaba donde se conserva un aljibe de más de 100.000 litros de capacidad.


Fue del Califato y Castilla, alternándose entre ambos por estar situado en un cerro sobre el río Duero cuando éste ejercía de frontera entre ambos reinos peninsulares. Y como curiosidad el Cid campeador fue alcaide del castillo.



Para llegar hasta él debemos poner rumbo a la localidad de Gormaz y atravesarla para continuar por la carretera que sube hasta lo alto del cerro, pasando junto a la ermita románica de San Miguel. Se puede dejar el coche en la explanada que hay al final de la carretera y visitarlo libremente paseando por tantos siglos de historia. 


  • Parque Natural del Barranco del Río Dulce


Nosotros no lo visitamos pero volveremos para hacerlo ya que nos encantan los parajes naturales y este tiene muy buena pinta con un importante sistema geomorfológico de ciudades encantadas, lapiaces, cuevas, simas, torcas, dolinas o edificios tobáceos que se pueden observar con toda claridad en el meandro abandonado de La Cabrera. Se trata de una zona de parameras amplias y altas, interrumpidas por el corte del cañón del río Dulce y sus afluentes que dan lugar a cascadas estacionales.



Existen varias rutas de senderismo por la zona pero quizá la más llamativa es la de la Hoz de Pelegrina, un recorrido circular que permite descubrir el paraje más abrupto del Parque en sólo 4 km y que incluye pasar por la Caseta de Félix, un refugio en honor al famoso naturalista que rodó aquí algunas de sus escenas de El hombre y la Tierra.

Más información sobre el parque, centros de información, rutas y folletos en la web de Espacios protegidos de Castilla la Mancha.



Y finalmente dejamos por aquí un par de webs que pueden ser útiles a la hora de planificar la escapada:


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