sábado, 24 de junio de 2023

Qué ver en Oviedo en 1 ó 2 días

La capital del Principado es quizá una de las grandes desconocidas entre las capitales de provincia de nuestro país, pese a ser esencial en la Historia y contar con numerosos atractivos culturales y gastronómicos. 

Sin ir más lejos, después de haber estado en numerosas ocasiones, hasta que no realicé un tour por la ciudad no siento que la descubrí en profundidad y pude además conocer varias curiosidades que me sorprendieron.


Así que aquí recogemos algunas de las recomendaciones para unas horas o días en la ciudad y que pueden descubrirse con un simple paseo o dedicándoles más tiempo con visitas guiadas u otras actividades.


1. Catedral y plaza de Alfonso II

La Catedral de San Salvador, del siglo IX con torre gótica del XVI, es una de las claras protagonistas de la ciudad. Su interior se puede visitar por libre (con audioguía) y la tarifa general de 7 € incluye además de la catedral, la cámara santa, el museo y el claustro. 

La subida a la torre de 70 metros de altura es independiente y tiene un coste de 8 €. En ella está la campana Bamba, la más antigua en funcionamiento de Europa con más de 1000 años de antigüedad (es de 1219). Suena un cuarto de hora antes de las misas, generalmente a menos cuarto. 


Si por algo destaca la Catedral es porque en su Cámara santa se guardan varias reliquias, entre ellas el sudario de Cristo, el trozo de tela que según la Iglesia cubría la cabeza de Jesús. Por Carbono-14 se ha demostrado que tiene unos 2000 años de antigüedad y por ADN que estuvo en contacto con el mismo individuo que la sábana Santa de Turín. Esto dio legitimidad a la monarquía asturiana de entonces, con el rey Alfonso II el Casto a la cabeza. 

Además, el rey Alfonso fue el primer peregrino del Camino de Compostela sin pretenderlo, ya que durante su reinado llegó la noticia que se había encontrado el cuerpo de Cristo en tierras gallegas y decidió ir a comprobarlo. Por eso se considera también Oviedo el origen del El Camino. 


Esta plaza es el corazón del casco histórico de la ciudad, que antiguamente era muy pequeñita, de unos 300 metros de diámetro, estaba amurallada y tenía planta redonda. Yendo hacia la cercana calle Gascona se pueden observar algunos restos de lo poco que se conserva.

Junto al costado derecho de la Catedral si la miramos de frente está la Iglesia prerrománica de San Tirso, aunque ésta no forma parte de las 6 reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como sí sucede con las del cercano monte Naranco porque está muy reconstruida. 

En el extremo opuesto de la plaza encontramos la estatua de La Regenta, obra cumbre de la literatura del s. XIX escrita por Leopoldo Alas Clarín y que tiene como protagonista a la ciudad de Oviedo. Es una historia de amor prohibido entre el cura de la catedral y Anita Ozores, la regenta, que estaba casada, y éste se sube a la torre para espiarla. Por eso para rememorarlo desde la torre de la catedral se ve la estatua. Además del libro se puede ver la miniserie de 4 capítulos basada en la novela en la web de RTVE de forma gratuita. 

El edificio blanco detrás de la estatua es el Museo de Bellas Artes, gratuito y con obras de grandes autores como Picasso, Sorolla o Goya y uno de los 3 apostolados de El Greco que pueden verse en el mundo. Además en periodos de vacaciones escolares el Museo desarrolla por las tardes una actividad denominada "Arte en Familia" para los más peques de la casa. 

Y en la otra esquina de la plaza encontramos la Capilla de la Balesquida, cofradía de los sastres. En su fachada podemos ver grabado el año 1232 porque desde entonces se celebra la fiesta del Martes de Campo en la que se recrea la llegada del Heraldo de la Balesquida y los ovetenses salen a la calle a comer un bollo preñau que se pueden encargar desde días antes en las panaderías de la ciudad. Este año casualmente la fiesta era pocos días después de nuestra visita, el martes 30 de mayo y el sábado anterior se recreaba la llegada del Heraldo al Ayuntamiento. 

A pocos metros de aquí encontramos la estatua El Regreso, rodeada de varios palacios de los siglos  XVII-XVIII.

De hecho en uno de ellos podemos leer una placa en su fachada que nos indica que en él nació en 1706 José María Queipo de Llano, célebre historiador, diputado en las Cortes de Cádiz y presidente del consejo de Ministros.



2. Universidad

Uno de los edificios que quizá pasen desapercibidos en un paseo por la ciudad es el de la Universidad, cuyo interior se puede visitar y guarda además mucha historia. 


Junto a su puerta encontramos otra estatua de las que abundan en la ciudad, esta conocida como la Mujer sentada. 


Este edificio era hasta hace 25 años aulario de la Facultad de Derecho. Ahora acoge el paraninfo, aula magna, rectorado y otros servicios. 

El fundador, cuyo busto se exhibe en el centro del claustro, fue Fernando Valdés Salas en el siglo XVI. Arzobispo, presidente del Consejo de Castilla e inquisidor general del reino en la corte de Carlos I y Felipe II, asturiano de un pueblo cercano aprovecha su poder para fundar la Universidad como hizo el Cardenal Cisneros en Alcalá de Henares.


Pero aquí además se vivió uno de los acontecimientos históricos de la capital, nada más y nada menos que la única revolución socialista que ha habido en España, en octubre del 34. 

En 1934, durante la República, se celebran elecciones en España y gana la derecha, perdiendo el poder el frente popular. Esto sirve como detonante para que la clase obrera y más en concreto los mineros de las cuencas asturianas, en la coyuntura socialcomunista de la época, se unieran para luchar. 


Vinieron a la capital y durante una semana se cometieron toda clase de barbaridades. Finalmente desde el gobierno de Madrid deciden enviar al ejército con los regulares de Melilla, tropa nativa del norte de África compuesta por mercenarios que no hablaban la lengua y ejercen una brutal represión. 

El resultado: más de 1000 muertos en un mes y el centro de Oviedo arrasado, llegando incluso a hacer una voladura en la catedral para reventar la Cámara santa. Sofocados los disturbios, cuando se iba a iniciar el proceso de reconstrucción de la ciudad empezó la Guerra Civil y se aplazó, lo que dejo a los ovetenses en una situación delicada.  


3. Plaza de Riego y resto de casco antiguo

Esta plaza recibe su nombre del General Riego nacido en Tineo y conocido por el himno de la república aunque en realidad trató de aportar mucho más con ideas progresistas para la época como separar la religión del Estado o la separación del poderes. 


Hoy día es una plaza con un montón de cafeterías y buen ambiente donde tomar algo. Al fondo de la plaza encontramos otra casona solariega, el Palacio de los Bernaldo de Quirós, hoy día perteneciente a la Universidad.

A pocos metros de aquí encontramos otro lugar con historia: en la esquina de la calle Altamirano con la calle Rúa, una placa conmemora a los patriotas ovetenses que se levantaron contra los franceses tras recibir noticias del levantamiento del 2 de mayo en Madrid en 1808. Aquí sucedió el 9 de ese mes cuando llegó la noticia a caballo.


Al declarar la guerra a los franceses se envían emisarios a Inglaterra y se recluta a jóvenes para el regimiento Asturias. En esa época se llevaban los uniformes pomposos y se crearon para ellos unos trajes color turquesa en cuya tela sobrante se confeccionó la bandera sobre la que pusieron la cruz de la Victoria. Esta cruz, que se puede ver entre las reliquias de la Catedral, estaba recubierta de oro pero con el interior de madera de roble y era en teoría la que le dio la Santina a Pelayo según la tradición popular. Con esto nacía la Bandera de Asturias que justamente el 25 de mayo celebra su día, con una web incluso donde conocer esta historia en detalle. 

 


Frente a esta esquina está la Joyería Santirso donde podemos comprar azabache, la piedra de color negro brillante que aquí se monta sobre plata con un símbolo en forma de puño (cigüa), un amuleto contra el mal de ojo muy popular en Asturias que es habitual regalar a los recién nacidos. Prácticamente todo el mundo tiene alguna en casa por tradición familiar aunque ya no se lleve por la calle y es que la cigüa más antigua se encontró en una cueva en el 2500 aC. Estos amuletos se pueden comprar en joyerías desde 6 €.  


Siguiendo por esta calle ponemos rumbo al Ayuntamiento y el nombre de las calles aledañas, como la calle de los huevos, o las estatuas de un pescador y un burro con lecheras nos da idea de donde llegamos.




4. Plaza del Ayuntamiento y casco histórico

En esta plaza, que recibe el nombre de Plaza de la Constitución, es donde se hacen las celebraciones de la ciudad como las victorias de Fernando Alonso o el pregón en San Mateo.


El propio edificio del Ayuntamiento hacia las veces de divisoria separando la zona de la nobleza de la del pueblo llano y zona de mercado. 
 

En uno de los laterales de la plaza encontramos la Iglesia de San Isidoro, templo de un antiguo colegio jesuita que en el siglo XVIII se derrumba y pasa a ser ocupado por el actual Mercado del Fontán. La iglesia, abierta por la mañana y por la tarde, se puede visitar. 



5. El Fontán, zona de mercados

Este es el mercado de la ciudad por excelencia con pescaderías, carnicerías... no es un mercado turístico de degustación sino un mercado tradicional en el que compran los ovetenses. Y de hecho es un buen lugar donde proveerse de productos típicos de la gastronomía asturiana como fabas y quesos. De hecho aquí podemos encontrar tablas de quesos asturianos con 5 tipos de queso envasados al vacío, unos 80-100 g cada uno, por 7.95 €. 


Los quesos son uno de los productos estrella en Asturias. No en vano hay más de 40 tipos de quesos artesanales, varios con DOP entre los que dicen está alguno de los mejores del mundo como el Gamoneu, elaborado en un concejo vecino a Cabrales. La elaboración es similar al famoso queso azul, pasa 4 meses en una cueva en lugar de 9 para infectarse del hongo penicilium, luego se ahúma y según la época del año es de 2 o 3 leches. 


Fuera del mercado encontramos también mercadillo de ropa y otros productos. 



A pocos pasos del mercado está la Plaza del Fontán, un espacio rectangular casi cerrado por edificiosde colores. En realidad a toda la zona se la conoce como El Fontán por una fuente próxima, aunque hasta que hubo presencia de judíos en España, esto era la judería. 


Las corralas que vemos en la actualidad aquí se crearon en el siglo XIX para que viviera más gente en menos espacio. Hoy día encontramos restaurantes como Casa Ramón, muy recomendable para comer ya que es un local de toda la vida frecuentado por ovetenses y no de cara al turista.


Esta plaza es el corazón literario y musical de la ciudad y en uno de sus bancos encontramos otra de las estatuas de la ciudad: la bella Lola. 



En la plaza colindante, Plazuela Daoiz y Velarde, encontramos por las mañanas más puestos de mercadillo y algunos de mercado con personas de los alrededores que venden productos suyos. Quedan ya muy pocos y en general es gente mayor por lo que es algo que por desgracia tiende a desaparecer. La escultura "Vendedora del Fontán" es un homenaje a estas, en la mayoría de los casos, mujeres.



Y en una esquina de esta plazuela, entre el Palacio del Marqués de San Feliz y el Archivo de Música de Asturias, está la fuente que da nombre a la zona. Antiguamente cuando no había alcantarillado era una zona muy insalubre. 



Y a pocos metros de aquí encontramos la calle de las floristas, donde también hay puestos de mercado y mucho ambiente a diario. 




6. Plaza de la Escandalera (Teatro Campoamor y alrededores)

El curioso nombre de esta céntrica plaza tiene su origen en 1860, cuando los ovetenses se reunieron aquí para protestar exigiendo la llegada del tren y el Diario de la época dijo que se había formado una gran escandalera (no estaban permitidas las manifestaciones).

En el centro encontramos la escultura "La Maternidad" de Botero, conocida popularmente como La Gorda.



En una de las esquinas de la plaza se encuentra el edificio del Parlamento de Asturias, aquí llamada Junta General del Principado, una institución del siglo XIII que mantuvo el nombre en la Constitución del 78 para vincularlo a lo que existía desde antaño.


No en vano, fue esta Junta la que declaró la guerra a los franceses tras los levantamientos del 2 de mayo en Madrid. 

 



Frente a él, otro edificio institucional, el de la Presidencia del Gobierno de Asturias. 



Por aquí pasa la avenida que conecta el Ayuntamiento con la estación de ferrocarril, la famosa calle Uría, cuya aparición marcó un antes y un después en la ciudad. 
Al construirse la estación con la llegada del tren aumenta el precio del suelo de la zona y se instalan aquí familias de dinero procedente de la industria (minería, astilleros, eléctricas...) que se convierten en los primeros banqueros al prestar ese dinero que tienen. De ahí que esta zona esté llena de edificios burgueses del siglo XIX.


En el extremo opuesto de la plaza encontramos el famoso Teatro Campoamor, donde se celebra todos los años la entrega de los premios Príncipe de Asturias el último viernes de octubre. Además, la semana de la entrega los premiados participan en actividades de la ciudad gratuitas (hay que inscribirse previamente).



El resto del año este teatro acoge también la segunda temporada de Ópera más antigua de España, otra de Zarzuela y festivales de ballet. 


Frente al Teatro hay una escultura que llama la atención, un culo gigante, obra del autor asturiano Eduardo Úrculo, y que se colocó precisamente allí haciendo gala de sentido del humor sarcástico de los asturianos como contraposición a la realeza y otras personalidades que pasaban por allí cada año. Incluso el título es una burla ya que es en latín inventado "culis monumentalibus".



Detrás del teatro hay un roble, plantado en 1950, y que se conoce como el nuevo carballón, junto a la escultura de "La Pensadora".




Y es "nuevo" porque se plantó en homenaje al talado con más de 600 años durante la construcción de la Avenida Uría y que dio origen a que los ovetenses se les conozca como carballones. Podemos leer la historia en una placa en el suelo de la calle Uría, donde se ubicaba el árbol, frente al calendario del Parque San Francisco. 


Y es que carballo es roble en asturiano, gallego y portugués, el árbol rey del bosque atlántico y con incluso connotaciones políticas y religiosas ya que de este árbol es la madera del interior la cruz de la Victoria u otros elementos religiosos. 

En 1879 cuando el ayuntamiento quiso tirarlo para construir la avenida hacia la estación de ferrocarril  los ovetenses se enfrentaron a las máquinas y en el Diario de la ciudad se publicó la noticia con el titular "¿Pero qué quieren estos carballones?" refiriéndose a los manifestantes diciendo que se oponían al progreso. Por orgullo la gente de ese grupo se empezó a identificar así y después se fue extendiendo al resto de habitantes de la ciudad.


7. Parque San Francisco

Limitando con la Plaza de la Escandalera con la Calle Uría como línea divisoria encontramos este parque, sin duda alguno el más famoso de la capital asturiana. 

Y es en este lateral de la calle Uría donde encontramos el curioso calendario ajardinado, del que cada día a las 8 de la mañana se actualiza la fecha. 



En la misma calle pero en la esquina más próxima al casco antiguo está otro símbolo de la ciudad, el Escorialín, un pequeño edificio que acoge la oficina de turismo y recibe ese nombre popularmente porque tardó 3 años en construirse pese a sus reducidas dimensiones.


Aunque quizá lo más famoso del parque sea Mafalda. Y es que en el mundo hay sólo 2 esculturas de Mafalda, una en San Telmo (Buenos Aires) y otra aquí en Oviedo, en el Parque San Francisco. 


La encontramos junto al estanque central y está aquí porque en 2014 le dieron el Príncipe de Asturias a Quino y éste en agradecimiento regaló la escultura a la ciudad. 



En este parque encontramos otras esculturas como la "Maternidad" o "La Torera". Y podemos comernos un refrescante helado en el puesto de Diego Verdú Monerris. 

 

8. Comer y beber

Aunque si hablamos de comida en Asturias sería difícil elegir. 

Sin duda la calle más famosa para comer es la Gascona, que recibe ese nombre porque era la vía de entrada de los peregrinos francos que venían del Golfo de Gascunia. Hoy día es conocida como el Boulevard de la sidra por la cantidad de sidrerías que podemos encontrar en ella. Es por tanto muy fácil encontrar sitio para comer por la abundante oferta y de ahí que la recomienden en casi todas partes. Algunas de las más famosas son el Tierra Astur, conocido por sus tablas de mar y tierra y su estética de mesas dentro de barriles de sidra. 

Aquí además de comer podemos probar por supuesto la famosa sidra asturiana, no tenemos que preocuparnos de saber escanciar ya que en todos los restaurantes cuentan con escanciadores para facilitarnos la tarea. Pero ojo! Hay se recomienda tomar la sidra siempre con comida ya que por su carácter ácido es fácil que afecte al estómago y se nos suba a la cabeza rápidamente. 

Si no queremos sentarnos a comer podemos también comprar para llevar trozos de empanada en casi cualquier panadería o tienda gourmet de la ciudad. Y no sólo de atún o carne como podemos encontrar en otros lugares: yo probé uno de carne estofada y otro de chosco con manzana y cebolla caramelizada de la panadería Isclo, cerca de la Plaza Gabino Díaz Merchán, y estaban espectaculares.


Pero si preferimos los dulces un lugar de culto es la archifamosa Confitería Rialto, junto a la Plaza de la Escandalera, con sus especialidades en carballones y moscovitas. Los primeros, que se crearon hace más de 140 años, reciben ese nombre por ser de Oviedo como comentamos anteriormente, y hechos de pasta de almendras en cuna de hojaldre bañada con yema y azúcar son una auténtica bomba. Tanto es así que los venden en dos tamaños por si el normal resulta demasiado.
 


9. Monte Naranco

Aunque en las afueras de la ciudad es una visita casi obligada si venimos a Oviedo, tanto por las vistas desde su cima, con el monumento al Sagrado Corazón dominándolo todo, como por ver las 2 joyas del prerrománico que son las iglesias de San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco. 


Podemos encontrar toda la información sobre su historia, horarios y tarifas en la web (lunes por la mañana acceso gratuito). Para llegar hasta ellas, si no disponemos de vehículo propio, podemos coger la línea 2 de los autobuses urbanos


Nosotros en esta ocasión no tuvimos tiempo de subir aunque ya habíamos estado en ocasiones anteriores y nos parece que merece la pena totalmente. 



10. Senda Verde

Y para terminar, para los amantes de los espacios verdes está la Senda Verde de Oviedo, 7.8 km desde el Parque de Invierno en la capital asturiana hasta Fuso de la Reina que como otras vías verdes es un recorrido acondicionado que aprovecha el antiguo trazado ferroviario. 

Tiene distintos puntos de interés, como el propio Parque de Invierno que cuenta con parque infantil, mesas de ping-pong, pistas de skate y mesas de picnic, además de una panera, construcciones típicas en la geografía asturiana junto con los hórreos.


O desviándonos un poco la villa termal de Las Caldas, diseñada en el siglo XVIII y única en Asturias de ese estilo.


Se puede encontrar más información en la web de Turismo de Oviedo. Nosotros no lo conocemos aún, lo encontramos buscando información y ya lo hemos apuntado para explorarlo en nuestra próxima visita a la ciudad.



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