domingo, 15 de octubre de 2023

Bratislava en un día


Bratislava es la capital y la mayor ciudad de Eslovaquia, con alrededor de medio millón de habitantes, ubicada en un entorno estratégico, cerca de las fronteras con Austria y Bulgaria y a tan sólo 60 km de Viena. De hecho, los territorios del sur de Eslovaquia, incluyendo Bratislava, formaron parte del Reino de Hungría hasta el fin de la Primera Guerra Mundial. 

La mayoría de lugares de interés histórico de Bratislava se encuentran en el pequeño casco antiguo de la ciudad o staré mesto, en la orilla izquierda del Danubio, aunque esta zona está atravesada por una bulliciosa carretera de varios carriles, complicada de cruzar.


En la web de Turismo de Bratislava se puede encontrar mucha información sobre la ciudad, con lugares a visitar y datos prácticos, además de numerosos folletos y mapas descargables.


Dónde aparcar y cómo moverse


Una de las cuestiones que más nos preocupan al llegar con vehículo propio a una gran ciudad es dónde aparcar, no queríamos meternos al centro con el coche pero tampoco queríamos alejarnos demasiado porque nuestra idea era no alargarnos mucho para llegar con tiempo al alojamiento de esa noche. 

Por lo que estuvimos investigando las mejores opciones en este caso son:
  1. Centro comercial Aupark: centro comercial con parking cubierto y descubierto a 10 min andando del centro. Tiene una parte gratuita por tiempo ilimitado con "sólo" 360 plazas por lo que suele estar lleno y otras 2 (los parking P1 y P4) de casi 1.000 plazas cada una, donde las primeras 3 horas son gratis y a partir de ahí se paga 3 €/hora.
  2. Tyršovo: a unos 15 minutos andando del centro, hay unas 250 plazas, gratis ilimitado una zona y otra gratis 2 horas y luego 1 €/h. Al lado está la parada de tranvía (Sad J. Kráľa, Divadlo Aréna) y en un par de paradas estás en el centro, aunque leímos que era de gravilla.
  3. P+R Macharova: 95 plazas gratuitas y se llega al centro en 3 min con transporte publico
  4. P+R Vrakuna (junto al cementerio): se llega al centro en unos 20 min con la línea 42 de bus y hay 283 plazas gratuitas
Gran parte de esta información la sacamos de la web Spotee, que nos fue de gran ayuda aunque el artículo es de 2020, así como la página oficial de parking en Bratislava, más actualizada y con un mapa de zonas. 

Si se opta por una de las opciones de Park and Ride (P+R) o nos alojamos en la ciudad y queremos movernos en transporte público (bus, tranvía...) conviene  saber que el billete cuesta  0.90 € (hasta 60’) o 0.70 € si es para trayectos de menos de 15 min (niños hasta 6 años gratis). Los billetes pueden adquirirse en máquinas automáticas situadas junto a las paradas de los distintos transportes o en algunos de los puestos de prensa. Las máquinas expendedoras aceptan monedas de 10, 20, 50 cents, 1, 2 euros y al acceder al medio de transporte se debe validar inmediatamente el billete ya que las máquinas se bloquean de forma automática 30 segundos después de dejar la parada y hay controles ocasionales por parte de revisores.

Nosotros finalmente optamos por probar suerte en el Aupark, no era la opción más económica pero sí la más cómoda para nosotros. El aparcamiento gratuito estaba lleno como era de esperar así que dejamos el coche en el cubierto. Pagamos 6 € ya que estuvimos un total de 5 horas. Y nada más salir del aparcamiento hay un parque infantil muy chulo. 

Desde este centro comercial al casco viejo es un cómodo paseo de unos 15 minutos atravesando en primer lugar una zona verde con otro parque infantil y baños, muy interesante viajando con niños para que estiren las piernas al llegar o se cansen un poco antes de marchar.




Qué ver

En nuestro caso, partiendo de este parque junto al río Danubio, cruzamos por uno de los puentes más famosos de la ciudad, el SNP (Insurreción Nacional Eslovaca) o Puente nuevo, inaugurado en 1972. Es uno de los emblemas de la capital y el puente atirantado más largo del mundo con un sólo pilón y un plano con cables.


Aunque quizá lo más famoso es el UFO, mirador y restaurante con forma de platillo volante que hay sobre él. Subir al mirador a 95 metros de altura cuesta entre 8 y 12 € según la hora y condiciones, pero si se consume al menos un plato en el restaurante la entrada está incluida, aunque no es una comida especialmente económica.

Desde el puente tenemos ya las primeras vistas de la ciudad, con el castillo dominando en lo alto de una pequeña colina. 

Caminando llegamos a la parte baja del puente y por una rampa se sube a una plataforma peatonal a media altura, lo que nos pareció una gran idea para no circular junto a los coches aunque impide tener vistas de ambos lados. 



La plataforma peatonal acaba en Rybné námestie o plaza del pescado, junto a la Catedral de San Martín. De estilo gótico, construida en el siglo XV sobre una iglesia románica y un cementerio, tiene mucha historia detrás, incluida la caída de un rayo sobre la torre de 85 m de altura y que antiguamente formaba parte de las murallas de la ciudad. En su punta hay una réplica dorada de la corona de San Esteban de 150 kg de peso ya que aquí se celebró durante casi 3 siglos la coronación de 19 monarcas del Reino de Hungría.


El acceso a la catedral es gratuito dentro de los horarios permitidos, aunque se requiere entrar con ropa adecuada, tapando los hombros y piernas. Si se quiere además visitar el Tesoro y el Coro hay que pagar entrada.


En su interior es bonita, destacando las vidrieras, aunque tampoco me pareció una catedral memorable.

 


A poca distancia de aquí, aunque se tarda un ratito en llegar si vas con carrito de bebé porque el suelo está empedrado y hay escaleras, está el Castillo de Bratislava.

De camino se pasa junto a la Casa del Buen Pastor, un edificio de estilo rococó del siglo XVIII que alberga el museo de los Relojes, y las murallas que delimitan el casco antiguo de la ciudad, aunque la bulliciosa carretera de cuatro carriles que separa éste de la colina del castillo les hace perder parte de su encanto. 


El castillo se encuentra en un recinto con zonas verdes, cafetería y parque infantil, que abre diariamente de 8 a 22 horas (viernes y sábado hasta las 24 h)


 


Subiendo al castillo encontramos la pequeña iglesia de San Nicolás y una escultura de las muchas que hay en la ciudad conocida como La Bruja, en honor de las mujeres que ahogaron en el Danubio acusadas de brujería.



Además empezamos a disfrutar de las vistas sobre el casco histórico y al fondo la zona más moderna de rascacielos.


El castillo de Bratislava se construyó como tal en el siglo XV durante el reinado de Segismundo de Hungría aunque la zona está habitada desde la Edad de Piedra. En 1811 un incendio lo destruyó y no fue reconstruido hasta 1953, basándose en el del siglo XVIII con sus cuatro torres con cúpulas de color rojo, hoy día insignia de la ciudad.


Aquí se firmó el 3 de septiembre de 1992 la constitución de Eslovaquia como país independiente y actualmente alberga el Museo Nacional Eslovaco con exhibiciones arqueológicas, históricas y artísticas. Su torre de la corona, de 47 metros de altura, en la que se guardaban las joyas de la corona, ofrece una magnífica vista de la ciudad y los alrededores.



Nosotros no lo visitamos por dentro, tan sólo entramos al patio de la entrada, pero acceder tiene un precio de 12 € y abre todos los días de 10 a 18 horas salvo los martes. 

 

Delante de la entrada está el Patio de Honor con el Bastión panorámico, una amplia terraza con vistas al Danubio y una majestuosa puerta de acceso.




Sólo pasear por su entorno merece la pena, es una zona ajardinada muy agradable que cuenta también con un par de cafeterías/restaurantes. Y en verano se celebran aquí también conciertos.

 


Además yendo con peques el parque infantil está muy bien, no es muy grande pero hay sombra, fuente y con el marco del castillo de fondo.


Y nos sorprendió ver que en verano tienen disponibles tumbonas de 9 a 21 horas para los visitantes en lo que llaman la Relax zone junto al parque infantil.

Bajando de la colina por el mismo camino de subida cruzamos ahora la carretera por un puente peatonal para acceder al casco viejo o staré mesto a través de las murallas


 


Esta parte de la ciudad no nos resultó especialmente cómoda yendo con carrito ya que hay varios puntos con escaleras y hay que dar un poco más de vuelta o perderse algún callejón curioso, además de las calles empedradas que convierten avanzar en un poco odisea por lo que si se dispone de mochila de porteo la recomendamos totalmente.

 

Estas murallas tienen su origen en el siglo XIII, cuando en 1291 el rey Andrés III otorgó a Bratislava el privilegio de promover el asentamiento bajo el Castillo de Bratislava de una ciudad con independencia administrativa que incluía la posibilidad de construir muros. 



Estas se completaron entre finales del siglo XIII y principios del XIV. En los siglos posteriores fueron reforzadas tras varias guerras y ataques que sufrió la ciudad e incluían 4 puertas, una hacia cada punto cardinal.

 


Una vez atravesadas las murallas entramos de lleno en el casco antiguo y sus calles empedradas, en particular el trio de Prepostská, Kapitulská y Farská

 


Nuestra recomendación en las ciudades siempre es caminarlas a tope, perderse un poco sin rumbo por sus calles y descubrir su esencia con calma. 

 




Nosotros pusimos rumbo a la puerta de San Miguel ya que se acercaba la hora de comer y habíamos leído sobre un restaurante económico con comida local en los alrededores. 



Michalská brana es la única puerta de las 4 originales que se conserva en la actualidad y su elegante cúpula de cobre con forma de bulbo es uno de los símbolos de Bratislava. Fue terminada en el siglo XIV aunque no recibió su aspecto final hasta el XVIII, y recibe su nombre de la iglesia gótica de San Miguel que se encontraba junto a ella y que fue demolida en el siglo XVI por las tropas turcas.


Desde el balcón de su torre de 51 metros de altura se puede disfrutar de una bonita vista panorámica del castillo, tejados y torres de la ciudad y actualmente alberga el museo de Bratislava con exposiciones de armas y fortificaciones que se puede visitar por 6 € (más info aquí). En el suelo bajo la puerta encontramos un "kilómetro cero" con distancias a varias ciudades y capitales mundiales.

 


Y aunque nosotros no lo vimos, junto a ella se encuentra Michalská veza en el número 15, la que se dice es la casa más estrecha de Bratislava e incluso toda Europa con sólo 1,3 metros de ancho.



Esta puerta delimita el casco antiguo por el norte, si seguimos avanzando nos vamos encontrando con la zona más nueva de la ciudad, donde se encuentra por ejemplo la estación de ferrocarril.



Continuando por el caso antiguo otro de los puntos principales de la ciudad y que nosotros solemos tratar de visitar al llegar es la Oficina de turismo, en este caso ubicada junto al Palacio del Primado.

 


Allí nos informaron de actividades para niños y otros eventos para ese día en la ciudad, como una concentración de coches antiguos en la Plaza Hviezdoslav.




Aunque lo que más nos gustó fue pasear por esta zona tan céntrica, en la que encontramos el bonito ayuntamiento y la Plaza principal o Hlavné námestie


El Palacio del Primado es uno de los edificios neoclásicos más bonitos de Eslovaquia. Fue construido a finales del siglo XVIII perteneciendo originalmente al arzobispo de Esztergom y aquí se firmó la paz entre Francia y Austria tras la victoria de Napoléon en la batalla de Austerlitz. Retratos de gobernantes húngaros se exhiben en su galería de arte así como 6 tapices encontrados en la reconstrucción del palacio. En el patio interior se encuentra una bonita fuente de San Jorge.



En la actualidad acoge el ayuntamiento y su "Hall of Mirrors", decorado con muebles de la época, se utiliza para realizar conciertos. Se puede visitar a diario de 10 a 17 horas salvo los lunes, con un descuento del 20 % con la Bratislava card.


Junto a él se encuentra el Ayuntamiento viejo o stará radnica, un complejo de edificios construidos entre los siglos XIV y XX que hoy acoge el Museo de la ciudad de Bratislava, el más antiguo de Eslovaquia, con exposiciones permanentes y temporales, eventos y programas educativos. Se puede visitar el interior de 10 a 18 horas todos los días excepto los lunes por 8 € (gratuito con Bratislava card) o sólo la torre de 45 metros de altura por 3 €.


La parte más antigua es una casa con una torre que perteneció al juez de la ciudad, fallecido en 1374. En el primer tercio del siglo XV se convirtió oficialmente en el ayuntamiento. En 1422 la ciudad compró la vecina casa Pawer donde ubicaron la sala de sesiones para los representantes electos.


A mediados del siglo XVI fue reconstruido en estilo renacentista, unificando las fachadas de todos los edificios y construyendo un pasadizo porticado en el patio. 


La torre de estilo gótico fue modificada a la actual barroca en 1733 y en 1911 se añadió un nuevo ala conectando el ayuntamiento con el Palacio del Primado, comprado por la ciudad para fines municipales


Atravesando el patio llegamos a la Frantiskánske námestie, con su columna mariana de 1657 y Hlavné Námestie, centro neurálgico de la ciudad en la que fue la plaza del mercado y que se nota en el bullicioso ambiente a casi cualquier hora. 


Esta plaza formaba parte del recorrido de coronación de los reyes húngaros, ahora señalizado con coronas en el pavimento, y en ella está la fuente de Maximiliano II de 1572 mandada construir por dicho rey para proveer de agua a la ciudad, con la figura de Roland en la parte superior, un caballero que defendió los intereses de sus vecinos. 

Además aquí se celebra cada año entre finales de noviembre y finales de diciembre el mercadillo de Navidad tan típico en los países del centro de Europa.



En sus alrededores encontramos también varias de las famosas estatuas a tamaño natural que hay repartidas por la ciudad, como la de Napoleón, Schöne Náci (personaje muy famoso en la ciudad en el s. XX) o Cumil, el hombre trabajando.
 




En las calles aledañas encontramos numerosos restaurantes y comercios donde encontrar todo tipo de productos y souvenirs.

 


Caminando hasta la cercana Hviezdoslavovo námestie encontramos, además de la exposición de coches antiguos que nos habían comentado en la oficina de turismo, el Teatro Nacional Eslovaco y una agradable avenida ajardinada por la que pasear.


Este edificio neorrenacentista inaugurado en 1886 acoge la principal sala de ópera y ballet del país. Fue renovado en 1972 y destaca por sus espectaculares murales y una lámpara de 2.532 bombillas. Sólo es posible verlo por dentro asistiendo a alguna obra aunque muchas se celebran desde 2007 en otro edificio más moderno alejado del centro en el Muelle Eurovea. 

Al final de la plaza/avenida se ubica la escultura de Hans Christian Andersen que nos devuelve a nuestro punto de inicio junto al Danubio. 




Nosotros no tuvimos tiempo, pero otros lugares de interés que se pueden visitar en la ciudad son la Iglesia modernista de Santa Isabel, del siglo XX y conocida como iglesia azul por el color de su fachada adornada con mosaicos, y los jardines del Palacio presidencial o Palacio Grassalkovich (no está permitido visitar el interior al ser residencia del presidente del país). Este palacio del siglo XVIII y estilo rococó era conocido por su rica vida social (en él dio conciertos Joseph Haydn) y está rodeado de un bonito jardín francés, está situado a medio camino entre el casco antiguo y la estación de tren. 


En los blogs de Viajes David y Neus o Callejeros Viajeros dan más información al respecto. 


Dónde comer


Entre las recomendaciones que habíamos encontrado para comer en la ciudad destacamos las siguientes:
  • UFO: mirador y restaurante además de uno de los símbolos de la capital, la subida al mirador está incluida si se consume un plato de la carta pero no es especialmente económico
  • Modrá Hviezda: próximo al castillo, tienen comida tradicional eslovaca como los bryndzové halušky, una especie de ñoquis de patata cubiertos de queso
  • Koliba Kamzík: también comida tradicional eslovaca, algo más económico que el anterior, en el casco antiguo
  • Bratislava Flagship Restaurant: en la parte norte cerca de la puerta de San Miguel, comida variada, incluye platos tradicionales y un menú económico bastante completo

Nosotros nos decantamos por este último y realmente es un sitio curioso, está ya en la parte nueva, en la Námestie SNP o Plaza del Alzamiento, junto a unos jardines, y tiene terraza en la calle pero merece la pena entrar dentro porque es muy peculiar.



A través de unos pasillos de piedra cada vez más oscuros con un piano y armaduras llegamos a un amplio comedor con multitud de mesas de madera y una pequeña zona infantil con juguetes para los peques.

 


El menú diario cuesta 8,90 € y varía según el día de la semana. Generalmente incluye una sopa y un segundo a elegir (bebida y paparte). 


Nosotros escogimos cada uno una de las opciones del menú, una más internacional con pollo rebozado y patatas fritas y otra con comida local, una especie de dumplings con salsa de coco y almendra pero que no nos gustaron demasiado. El resto sí estaba rico y la atención fue rápida y correcta. Para el peque pedimos una sopa de pollo y la comida más 2 bebidas nos costó 26.90 € (más propina).

 


Si nos apetece algo dulce en el centro podemos encontrar varias heladerías como Zmrzlina Gelato o Arthur Gelato en la calle Rybárska bránaNosotros probamos la primera y comimos un cono por 2€ que estaba bien pero tampoco nos pareció espectacular.



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