Perfil Sant Jordi - Rebost (nosotros llegamos sólo hasta el km 7):
El último día lo afrontamos con alegría por el reto casi conseguido y con pena a la vez por tener que despedirnos de aquellas montañas que tan gratamente nos habían sorprendido.
Desayunamos, recogimos las cosas, y poco antes de las 8 iniciamos la caminata. Cogimos el GR 107 que salía prácticamente desde el refugio, retrocediendo unos pocos metros sobre el
camino del día anterior. Este día las marcas rojas y blancas son nuestras compañeras de viaje hasta el final.
Primero siguiendo un camino casi llano, hasta llegar a un giro pronunciado donde se inicia la subida al Coll d'Escriu a unos 1500 m de altitud, desde donde podemos ver el omnipresente Pedraforca que nos ha acompañado durante prácticamente toda la travesía.
A partir de ahí comenzamos el descenso por una zona de bosque que nos permite acabar la aventura con un genial sabor de boca.
Al salir del bosque continuamos bajando por una pista hasta el pueblo de Gréixer, cruzando para ello el Torrent de Fontbona.
Merece la pena
detenerse en este pueblo unos minutos. Nos habían recomendado ver su ermita,
que se encuentra al final del pueblo y allí nos dirigimos. El pueblo no tiene muchas casas pero están todas bastante bien conservadas y no nos importaría que nos prestasen alguna...
La ermita, algo escondida, también tiene su encanto, es pequeñita pero tiene un montón de detalles y está en un sitio inmejorable.
Desde allí pudimos ver el primer refugio de nuestra travesía, el Niu de l’Aliga y tomar una foto de despedida de aquellas montañas que tantas alegrías y penurias nos habían hecho pasar.
Aprovechamos para hacer
un pequeño descanso y reponer fuerzas y continuamos el descenso unos minutos
después.
Seguimos por la pista hasta la carretera que une Bagá con el coll de
Pal, la BV 4024, y ahí debemos despedirnos de la travesía muy a nuestro pesar y
continuar río abajo hacia el pueblo de Bagá. De seguir los puntos naranjas se iniciaría el ascenso hacia el refugio de Rebost cruzando el río y pasando por debajo de la carretera.
En la bajada por la carretera encontramos una fuente y un área recreativa junto al río de Gréixer, para después empezar a ver las primeras casas.
Ya llegando al pueblo tomamos las últimas fotos de la travesía, una vista del Comabona y las últimas señales del recorrido.
Llegamos a Bagá sobre las 12 del mediodía y como hasta las 14 no teníamos el
autobús rumbo a Barcelona aprovechamos para comprar pan, y con embutido que llevábamos
desde el primer día para posibles emergencias, comimos en unos bancos próximos
a la parada del autobús.
Conseguimos aguantar sin mojarnos toda la travesía
pero camino de Barcelona atravesamos una tormenta y luego ya en el aeropuerto
sufrimos otra que retrasó nuestro vuelo cerca de 1 hora. Sin embargo la ilusión
de haber conseguido nuestro objetivo y el recuerdo de todos los rincones
descubiertos nos permitió tomarnos todo con una sonrisa, con la vista puesta en el próximo destino y con ganas de repetir la experiencia J
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