viernes, 21 de septiembre de 2018

Etapa 1 Senda de Camille: Somport - Refugio de Arlet


Nuestra primera etapa de la media Senda Camille que realizamos a primeros de agosto comenzaba en el puerto de Somport, junto al Albergue Aysa (track aquí). Habíamos pasado la noche con la furgo en un furgoperfecto a las afueras de Canfranc y madrugamos para comenzar a caminar pronto y evitar en lo posible el calor del mediodía que esos días estaba apretando fuerte.



Como iba a ser nuestro punto de inicio y final teníamos que dejar la furgo allí 4 días y preguntamos en el albergue si había problema. Nos dijeron que ninguno y nos recomendaron dejarla en la hilera de coches aparcados junto a la carretera. Al no habernos alojado en el refugio no podemos comentar nada sobre él salvo que tiene servicio de cafetería y comidas y hay cobertura de móvil.

Somport es uno de los sitios más accesibles para iniciar la travesía aunque al ser carretera nacional está bastante transitada y quizá hay gente que prefiere no dejar el coche tan a la vista. Nosotros no tuvimos otra opción porque al ser agosto los refugios estaban casi llenos y para los días que teníamos libres el orden tenía que ser este.

Iniciamos la travesía cruzando la frontera. El día era espectacular y ya teníamos buenas vistas sobre las montañas francesas.



Esta primera parte es un descenso a través de un bonito bosque hasta enlazar con la carretera del puerto más abajo. En toda esta parte francesa la travesía no está señalizada (y en parte de la española tampoco) por lo que es fundamental contar con mapa y preferiblemente GPS.





Seguimos llaneando y descendiendo, disfrutando de las vistas cuando salimos del bosque, hasta alcanzar la carretera. Una vez allí andamos unos metros por asfalto para desviarnos después hacia unas cabañas e iniciar el ascenso. En muchas de las cabañas que encontramos durante la ruta venden queso hecho por ellos.



Al poco nos adentramos de nuevo en zona de bosque, un hayedo espectacular que nos sirve para coger aire tras la primera subida del día, un pequeño calentamiento para lo que vendrá después.





Siempre siguiendo el track que llevamos en el GPS para no despistarnos en los cruces, avanzamos atravesando ríos y descubriendo bellos rincones y algunos de los habitantes del bosque.




Esta parte es bastante llevadera, recorriendo los bosques de Sansanet el calor se lleva mejor, no hay fuertes desniveles y el paisajes es muy bonito.






Sin embargo todo cambia al iniciar la subida al Col de Lapachoaou. La primera parte se puede seguir la pista o un sendero que sube más a derecho como hicimos nosotros siguiendo el track que llevábamos. En este punto nos encontramos además con familias que suben con burros  transportartando las mochilas y otros bultos, lo que nos pareció una idea genial para ir con niños.



Aunque la falta de árboles nos hace sudar la gota gorda, al menos las vistas son impresionantes, rodeados de montañas rojizas que deben su color probablemente al hierro.



Por suerte poco después cambiamos la senda por un camino más ancho que sigue el ascenso por el bosque de Espelunguère. Hay que tener cuidado en algún paso ya que puede haber bastante barro y complicarse un poco.



Pero el tramo de bosque tampoco es muy largo y enseguida volvemos a salir a una zona más pelada y que seguirá así hasta acabar la etapa en el refugio de Arlet.

La parte positiva, y que compensa en parte el esfuerzo de la subida, son las espectaculares vistas que vamos encontrando, con el Midi d'Ossau al fondo.




Viendo que la sombra se acaba decidimos desviarnos un poco de la ruta para evitar comer al sol justo antes de llegar a la Cabane de Couecq y comemos disfrutando de las impresionantes vistas.




Retomamos el camino tras reponer fuerzas y pasamos junto a la Cabane de Couecq. Esta parte final de subida hasta el collado se hace por la ladera sin ningún tipo de cobijo y tampoco encontramos fuentes durante todo el recorrido.



Y por fin llegamos al Col de Lapachouaou, a unos 1.900 metros y buen mirador de los alrededores, aunque quizá esperábamos otro tipo de collado, sólo tiene vistas hacia un lado.





Desde aquí toca avanzar con una subida más ligera hasta otro collado desde el que vemos una hoya de praderas con ganado y alguna cabaña con su propio laguito.




Realmente es una zona espectacular y aunque tenemos ganas de llegar al refugio situado detrás del siguiente collado, no podemos parar de hacer fotos.





Tras subir un último repecho ya vemos el Lac d'Arlet y el refugio al que da nombre y donde pasamos esa noche. Ya sólo queda bajar.



Este refugio, situado a 1.986 metros de altitud, es el único de toda la travesía que no tiene acceso por carretera y está guardado sólo de junio a septiembre. El resto del año tiene la planta de abajo de acceso libre (una habitación con 7 camas y baños). Pero para reservar durante esos 3 meses hay que llamar por teléfono, en verano no admiten reservas a través de su web.



El precio es de 37 € la noche por persona en media pensión (alojamiento, cena y desayuno). También cuentan con bocadillos que se pueden encargar para el día siguiente y picnic (10 €). 


A nosotros nos ubicaron en la habitación de abajo con una familia, ya que el refugio estaba completo. Pero fue casi mejor ya que arriba es sólo una habitación para todos y abajo estábamos más tranquilos.

La cena es a las 7, nos remarcaron mucho al hacer la reserva que para esa hora había que haber llegado al refugio. Te colocan en las distintas mesas poniendo unas plaquitas de madera con tu nombre y a nosotros nos tocó con un grupo de valencianos que estaban haciendo la Senda de Camille entera. Cenamos muy bien: sopa de verduras, ensalada y carne estofada con galets. Y de postre natillas/flan o macedonia. 

El desayuno es de 7 a 8:30 y nosotros lo hicimos a primera hora para salir lo antes posible. Es bastante más sencillo: pan tostado, bizcocho casero, mantequilla, mermelada y leche.

Otra de las "curiosidades" de este refugio es que no tiene duchas. Sólo cuenta con dos baños en la planta baja con WC y lavabo, por lo que, tal y como nos indicaron los guardas, si queremos bañarnos tenemos el lago. Lo cierto es que hacía muy buen día y había mucha gente en la playita que se forma en la zona próxima al refugio, pero no sé cómo lo harán en días fríos o con mal tiempo...







Mientras estábamos allí refrescándonos con un chapuzón nos hicieron una visita un rebaño de ovejas con un par de mastines, como siempre fieles guardianes.







Desde el refugio tenemos además muy buenas vistas de los alrededores, aprovechando que el día estaba completamente despejado. Y después de la cena nos dijeron que había hospedado un guarda del parque, ya que el refugio está dentro del Parc National des Pyrénées, y que podíamos preguntarle lo que quisiéramos. Hicimos con él, una familia holandesa y un grupo de valencianos una especie de juego hablando de los problemas del Parque y, aunque era un poco complicado entenderse, como él hablaba algo de español y con un poco de inglés entre todos nos acabamos entendiendo y pasamos un buen rato. Además justo en el refugio no hay cobertura pero dando una vuelta por los alrededores encontramos algún punto desde donde conectar con la civilización.


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