domingo, 24 de septiembre de 2023

Eslovaquía y los Tatras polacos


Pocas veces desde que viajamos juntos hemos tenido tantas dudas sobre el destino de un viaje como este año. Teníamos claro que queríamos un lugar algo más lejano a los habituales, al que hubiese que llegar en avión para vivir la experiencia en familia, ya que el único hasta ahora del peque había sido sin papá. Y también la fecha (límite al menos), ya que queríamos aprovechar que hasta los 2 años no se paga asiento, únicamente las tasas (volando encima de nosotros).

Pero a partir de ahí nuestras opciones fueron de lo más diversas: desde Menorca, un lugar al que tenemos un cariño especial y muchas ganas de regresar ya que vivimos allí durante más de 3 años, hasta las Islas Feroe, otro de los que nos gustan con naturaleza al 100% y en nuestra lista de pendientes hace tiempo. 

La falta de alicientes en un caso y la subida de precio de los vuelos por tardar mucho en reservarlo en el otro, nos hicieron buscar opciones de última hora que finalmente resultaron en un roadtrip por Eslovaquia y los montes Tatras (también la parte polaca) la primera semana de junio.



Eslovaquia, oficialmente República eslovaca, es uno de los países de Europa más jóvenes, ya que se creó tras la caída del muro de Berlín en 1989, al independizarse Eslovaquia y la República checa en enero de 1993. Actualmente pertenece a la Unión Europea, lo que facilita mucho todo a la hora de viajar.

Hace frontera con Polonia al norte, Ucrania al este, Hungría al sur y Austria y Rep. Checa al oeste. Con una población de unos 5,5 millones de habitantes, alrededor de medio millón viven en su capital, Bratislava. Y aunque es un país interior, lo que le resta visitantes ávidos de playas en época estival, cuenta con el gran atractivo de los Cárpatos al norte del país, y en particular los montes Tatras, o Tatry en eslovaco, compartidos con la vecina Polonia y que son, junto con su capital, de sus mayores reclamos turísticos.  

Aunque en total el viaje eran 8 días, del 1 al 8 de junio, de visitas fueron únicamente 6, ya que el primero y el último fueron para los vuelos de ida y vuelta. 

Por lo que finalmente el plan de viaje quedó así:

Vuelos


Uno de los principales factores que tuvimos en cuenta a la hora de elegir destino (además del económico) era tratar de simplificar al máximo los vuelos porque no teníamos muy claro cómo respondería el peque. En su primer vuelo a Venecia lo había pasado bastante mal y aunque había pasado casi un año no queríamos tentar a la suerte y buscamos opciones desde Santander o Bilbao con máximo una escala no muy larga. 


El tener vuelo directo de 2 horas y media desde Santander a unas horas razonables y estar Viena tan cerca de Eslovaquia fue lo que nos hizo verlo como una opción viable que finalmente resultó la elegida. 

La frecuencia de los vuelos en esas fechas era de 2 a la semana (jueves y domingo) así que cogimos los vuelos de jueves a jueves y después organizamos el recorrido según los días que teníamos.


El horario a la ida nos limitó un poco porque llegaba a la capital austriaca a las 21:05 y como teníamos que recoger el coche de alquiler se nos hacía tarde y tuvimos que buscar alojamiento cerca porque imaginábamos que el peque estaría cansado, aunque al final aguantó como un campeón.

La vuelta era perfecta ya que era después de comer con la llegada a Santander entorno a las 6 de la tarde.

Y a destacar lo adaptado que está para viajar con peques el Aeropuerto de Santander. Es cierto que es un aeropuerto pequeño, lo que facilita mucho las cosas, pero creemos que en general en España Aena ha hecho un buen trabajo y esto es bastante generalizado, algo que nos sorprendió por ejemplo en Viena que siendo un aeropuerto mucho más importante no tuviera los mismos servicios.

El Seve Ballesteros cuenta con sala de lactancia con microondas, pequeño WC para los peques y cambiador para los bebés (también disponible en otros aseos de la terminal). Esta sala se encuentra junto a los baños contiguos al filtro de seguridad.


Y una vez pasado este, encontramos una sala infantil en la zona de embarque con bloques y otros juguetes y situada junto a la cristalera con vistas a los aviones.





En cambio el aeropuerto de Viena es enorme lo que ralentiza todo mucho más. Al llegar nos trasladaron en autobuses a la terminal y los carros para llevar las maletas funcionan con monedas (1 €/50 ctos). La parte positiva es que había fuentes de agua gratuitas junto a las cintas de recogida de equipajes.


Alquiler coche


Una de las opciones que barajamos fue alquilar una furgoneta en destino, estamos acostumbrados a la libertad que nos da viajar en furgo sin las limitaciones de tener que llegar a un alojamiento concreto cada noche y pudiendo variar según la meteorología o lo que nos gusta el sitio. 

Finalmente lo descartamos porque se nos iba de precio y en algunos casos el kilometraje es limitado por lo que para un viaje como el nuestro de bastantes desplazamientos veíamos engorroso estar pendientes todo el tiempo. Aún así dejamos aquí alguna de las empresas de alquiler que miramos y que funcionan en prácticamente todo Europa.

El coche solemos alquilarlo a través de buscadores como Rentalcars (accediendo desde Booking cuando se reserva algún alojamiento se pueden encontrar precios más ajustados) o Liligo que en este caso por ejemplo tenía alguna opción más económica. Sin embargo para este viaje lo hicimos a través de Stress Free Car Rental. Era la primera vez y el resultado fue bueno, aunque tampoco tuvimos ningún problema que nos hiciera recurrir a ellos para gestionarlo. 

Funciona igual que el resto de comparadores ofreciendo los precios de distintas empresas de alquiler según el tipo de vehículo. Nosotros nos decantamos por un Opel Astra con Alamo (algo más caro que los modelos básicos pero con espacio suficiente para las cosas del peque y ya conocido porque es el que tenemos en casa). El precio total por 7 días fue de 405 € más 49 € de tasa por cambio de país, independientemente del número de países que en nuestro caso fueron 2 (Eslovaquia y Polonia). 

Además, si viajáis con peques hay que tener en cuenta el tema de las sillas de coche. Nosotros optamos por llevar la nuestra ya que la mayoría de aerolíneas (en este caso Ryanair) permiten facturar gratis 2 piezas de equipaje en bebés hasta 2 años y la empresa de alquiler cobraba 70 € de tasa por alquilarla (y no sabíamos que tipo de silla sería).

En el aeropuerto de Viena las oficinas de alquiler de coche están en la planta 0, a unos 10-15 minutos caminando desde la zona de recogida de equipajes, aunque no hay pérdida ya que está muy bien indicado. Los coches en cambio están aparcados en la séptima planta del parking, por lo que tras recoger las llaves hay que subir hasta allí (hay ascensor) y bajar con el coche por una rampa de caracol bastante estrecha hasta la salida. 

Otra cuestión importante a tener en cuenta es que las autopistas, tanto en Austria como en Eslovaquia, son de peaje. En ambos casos funcionan con el sistema de viñeta, aunque para Austria venía ya incluida en el alquiler del coche. Sin embargo, teníamos que adquirirla para Eslovaquia, donde en 2023 su precio va desde 12 € para 10 días a 60 € la opción anual. Se puede comprar de forma presencial en máquinas autoservicio ubicadas en puntos de venta oficiales como gasolineras, antiguos cruces fronterizos u oficinas de correos, u online en el sitio web eZnamka.sk. Nosotros recomendamos ésta última ya que buscar un área de servicio y cogerlo a través de la máquina en inglés, en la que a menudo hay colas o no funciona bien, se hace bastante tedioso. Además no se trata de una pegatina física a colocar en el coche como en otros países, sino que es un registro electrónico del que sólo te proporcionan un justificante (que envían también al correo electrónico).

Se puede encontrar más información en la web oficial de carreteras del país o en esta otra web con información actualizada en español sobre el tema, así como normas de circulación de la mayoría de países europeos, incluido Polonia donde también hay peajes pero funcionan de manera diferente. Nosotros eso no lo miramos demasiado porque no nos afectaba en la zona que nos íbamos a mover (los Tatras Polacos al sur del país). 


Alojamientos


Acostumbrados a viajar en furgoneta, para este viaje se nos complicó la organización por no saber con exactitud cuál sería la mejor opción para cada noche. Aún así, buscando mucha info para organizar el recorrido y tras varios cambios gracias a la cancelación gratuita de Booking (todos los reservamos así por comodidad y tranquilidad), conseguimos cuadrar los alojamientos con un recorrido muy bien ajustado, aunque nos hubiera gustado tener más tiempo en general para disfrutar más de cada zona. Estos fueron los escogidos: 


Para nosotros era importante que los alojamientos contasen con baño privado y si era posible cocina, sino privada en el apartamento al menos compartida, para poder desayunar, cocinar y no depender de comer siempre fuera.



El único que no cumplía esos requisitos fue el de la primera noche ya que no encontramos muchas más opciones asequibles próximas al aeropuerto y nos apañamos con lo que había. En Viena sí que había algunos más económicos y si íbamos a visitar la ciudad nos podía resultar mejor opción pero al final vimos que teníamos tanto que ver en Eslovaquia que era mejor dejar la capital austriaca para otra ocasión y mantuvimos el hotel, casi más parecido a un motel, de la primera noche. 


También se encuentran opciones más económicas cruzando ya la frontera con Eslovaquia pero en nuestro caso el avión llegaba ya tarde y con el peque no queríamos apurar.

Y en el único que no repetiríamos es el U Capka de Zakopane. Lo escogimos por su precio (43 € por 2 noches en habitación doble con baño privado y cocina compartida), buena valoración y jardín con parque infantil y nos defraudó mucho porque era bastante antiguo, la cocina no estaba nada limpia (sólo había otros huéspedes que creemos que eran trabajadores de la zona y nosotros) y el parque infantil lo tenían tapado. Habíamos barajado otras opciones como el Apartmany nad Potokiem (apartamento por 70 € 2 noches en esas fechas pero sin wifi) y Durda (habitación doble con cocina compartida por 45 € sin cancelación gratuita) pero no podemos opinar si eran mejores o tampoco cumplían las expectactivas.


En contrapartida, el mejor alojamiento del viaje fue sin duda el de la segunda noche, Apartmany L&O - Laura, por lo completo, cuidado y acogedor y porque fue una oferta que encontramos que diríamos que lo convierte en el mejor que nos hemos hospedado en nuestra vida viajera en relación calidad/precio.



 

Economía y compras

Eslovaquia está dentro de la Unión Europea y la CEE por lo que su moneda es el euro y no tenemos problemas de cambio de divisa.

No sucede lo mismo en Polonia, cuya moneda son los zlotys, que significa literalmente ‘dorado’ en polaco, en referencia a las antiguas monedas de oro llamadas así.


Como nosotros sólo íbamos a estar un par de días en el país y en zona turística no sacamos dinero en efectivo a la espera de lo que pudiéramos necesitar. Finalmente pudimos pagarlo todo con tarjeta, en esta ocasión la Revolut, que teníamos hace tiempo pero no habíamos utilizado apenas y el resultado fue bueno. Es la que recomiendan la mayoría de viajeros por su buena tasa de cambio y ausencia de comisiones. Hay opción virtual gratuita para llevar en el móvil y en formato físico, también gratuita pero se deben pagar los gastos de envío. 

En cuanto a los precios, Eslovaquia nos pareció muy similar a España, quizá algo más barato según la zona, sobre todo en compras en tiendas, pero en sector turístico (alojamiento, parkings y restaurantes) no hay tanta diferencia. Polonia sí que es algo más barato. 

Para comprar hay distintas opciones internacionales como Tesco, Lidl o Billa. Estos son ejemplos de algunos de los precios que encontramos en Eslovaquia que fue donde más tiempo pasamos:

  • sobre de jamón cocido: 2 €
  • bolsa de magdalenas (200 g): 2 €
  • 1/2 kg pasta: 0,80 €
  • 1 kg mandarinas: 3,30 €
  • Lata sardinas (125 g): 1 €
  • 1 kg plátanos: 1,70 €
  • Una barra de pan: 1€
  • Latas de atún (3x80 g): 3 €


Información y blogs


En esta ocasión nos costó un poco encontrar información actualizada del país, no es de lo más visitados y los que encontramos que lo habían hecho habían pasado ya unos años. 

Aquí dejamos los blogs que utilizamos como inspiración para preparar el viaje:
  • Los viajes de David y Neus: ruta de 8 días por Eslovaquia (+6 por Hungría) en junio de 2010
  • Turisteando por el mundo: roadtrip de 8 días por el país a finales de mayo de 2016
  • Gonback: 11 días de recorrido en coche por Eslovaquia
  • Govisity: web en inglés con información de distintos lugares de interés del país, algunos más desconocidos
  • De mayor quiero ser mochilera: información práctica sobre los Tatras polacos y varias ideas de rutas de senderismo tras un viaje de 12 días en agosto de 2019
  • Viajeros callejeros: 10 lugares imprescindibles que ver en Bratislava, la capital eslovaca
  • Molaviajar: qué ver en Zakopane y alrededores de la mano de Adri y Gosi que viven en Polonia con sus hijos desde hace años

Y como en otras ocasiones también recurrimos a las guías en papel disponibles en la red de bibliotecas de nuestra provincia (se puede consultar el catálogo aquí), tanto para la organización del viaje como una vez en destino, aunque es verdad que hoy en día con internet apenas las miramos una vez allí. 


En particular escogimos la Guía total de Anaya de Bratislava y Eslovaquia y la de República Checa y Eslovaquia de El País Aguilar, y aunque no nos parecen imprescindibles sí que nos dieron algunas ideas útiles.




Mini diccionario eslovaco 

Aquí os dejamos algunas palabras que pueden ser útiles cuando se está buscando información sobre el país o ya en el viaje:

  • Malá: pequeña
  • Velká: grande 
  • Fatra: cordillera
  • Dolina: valle
  • Námestie: plaza
  • Skanzen: pueblo-museo tradicional
  • Brána: puerta
  • Banska: ciudad minera
  • Jaskyna: cueva
  • Vyhlad: mirador
  • Roklina: garganta
  • Pleso: lago
  • Hrad: castillo
  • Kolibas: restaurantes tradicionales en cabañas de madera
  • neperlivá voda: agua sin gas

·        

Otros datos útiles


  • En esta época del año (Junio) amanece sobre las 5 de la mañana y atardece entorno a las 21 horas. Importante porque la gran mayoría de alojamientos no tienen persianas ni oscurecedores para impedir el paso de la luz. En la web Time and date se pueden consultar los horarios para todo el año, así como el tiempo previsto o festividades locales, o en Meteogram, más sencilla pero en español.
  • No hay que pagar por el uso de datos y llamadas en nuestro teléfono móvil más allá de nuestra tarifa habitual, ni en Eslovaquia ni en Polonia, lo que facilita mucho el viaje. Además en la mayoría de alojamientos y muchos establecimientos hay WIFI gratuito.
  • No es necesario adaptador para los enchufes, son mayoritariamente como en España 
  • El día 8 de junio se celebra la festividad del Corpus, siendo festivo nacional en Austria y Polonia, por lo que podemos encontrar establecimientos cerrados especialmente fuera de zonas turísticas
  • Aunque la Tarjeta sanitaria europea es válida tanto en Eslovaquia como en Polonia sólo cubre los gastos médicos en las condiciones del propio país, puede ser necesario el copago por ejemplo, así que nosotros contratamos un seguro de viaje adicional, que además de la cobertura médica tiene otras como la de robo o pérdida de equipaje. En esta ocasión lo hicimos con IATI en la opción Familia, que incluye atención pediátrica telefónica y canguro en caso de hospitalización de progenitores, y nos costó unos 50 € los 3 toda la semana. Si lo contratamos en un plazo de 7 días desde la compra del vuelo incluye además seguro de anulación hasta 1500 € (por 15 € más)

  • Web con meteorología en zonas de montaña en Eslovaquia: https://hzs.sk/slovensky-raj/






No hay comentarios:

Publicar un comentario