No es ningún secreto que nos encanta León, es probablemente nuestra provincia favorita de España, en especial el norte ya que la montaña leonesa es junto con la palentina una de nuestras preferidas.
Los paisajes son impresionantes, hay variedad, grandes montañas y zonas de bosque, ríos y al menos hasta hace poco muy poca afluencia de turistas, lo que permite conocer más su esencia con tranquilidad.
Y aunque por este motivo hemos estado varias veces, teníamos pendiente visitarlo en invierno con una buena nevada y en particular Maraña, uno de los rincones por los que sentimos predilección, y sus cabañas patagónicas, unas coquetas cabañas de madera en lo alto del pueblo con vistas espectaculares al macizo de Mampodre.
Tanto que una estancia allí fue el regalo de Reyes de José del año pasado y quería disfrutarla con una buena capa de nieve. Como el invierno pasado no pudo ser, cuando vimos en enero que nevó tanto justo antes de unos días que teníamos libres no lo dudamos y aunque teníamos prevista otra idea, tras comprobar que había disponibilidad esos días, cambiamos de destino rápidamente. Y fue todo un acierto!