viernes, 3 de noviembre de 2017

Una jornada a los pies del Canigó


Hacía tiempo que teníamos pendiente una visita a la zona del Canigó, una montaña muy popular en Cataluña pese a estar situada en Francia por pertenecer al Rosellón, territorio catalán durante siglos. Tiene además un halo de misterio y simbología, partiendo de aquí el fuego de las hogueras de San Juan y contando con varios santuarios y edificios religiosos.

La pica del Canigó, como es conocida su cima, no destaca por su altitud (2.784 metros) pese a lo cual durante años fue considerada la montaña más alta de los Pirineos por su fuerte desnivel respecto a la llanura del Rosellón, haciéndola parecer a simple vista más alta que otras situadas en zonas más elevadas.

Sin embargo no era éste nuestro objetivo, estuvimos sopesándolo pero nos llamaba más su entorno que la subida al pico en sí, y un inoportuno resfriado terminó de convencernos. Lo que en principio iba a ser una escapada de 3 días con la furgo se convirtió en una salida de una jornada para al menos no quedarnos con las ganas.

Queríamos combinar algo de senderismo para conocer el encanto natural de esta zona con la visita a algún pueblo o lugar de interés. Finalmente optamos por hacer la ruta a las Cascades du Cady, que se inicia pasada la localidad de Casteil, en el punto donde acaba la carretera y donde hay un aparcamiento para dejar el coche (más info y track aquí). Desde aquí se puede acceder también a pie al Santuario de San Martín del Canigó en un recorrido de unos 3 km ida y vuelta.

La ruta es totalmente recomendable y más en otoño, ya que los colores son espectaculares, va mucho tiempo entre bosque y al final se atraviesa un pequeño hayedo.