El domingo 27 de noviembre comenzaba nuestra escapada navideña a Alsacia, cogiendo el avión de Ryanair a las 10:50 en el aeropuerto de Girona - Costa Brava con destino Baden-Baden.
El vuelo, de algo menos de hora y media de duración, se nos pasó bastante rápido, aunque como suele ocurrir en los viajes de ida, con expectación y algo de nervios por lo que nos depararía el viaje. Además encontramos buen tiempo casi hasta llegar a destino, por lo que pudimos disfrutar de impresionantes vistas sobre los Alpes nevados mientras intentábamos situar los lugares que habíamos visitado unos meses atrás durante nuestro primer roadtrip en furgo por Suiza.
Llegamos al aeropuerto de Baden-Baden minutos antes de la hora prevista, las 12:45, aunque esta vez no nos sirvió de mucho ya que teníamos que esperar a que abrieran las oficinas de Hertz a las 15:30.
Aprovechamos para comer los bocadillos que llevábamos y recorrer la pequeña terminal, con una parte en obras, y que cuenta con cafetería/restaurante, capilla, tienda de recuerdos, kiosko y duty free y algo que nos resultó muy curioso, un gran número de mostradores de agencias de viaje y compañías aéreas con multitud de ofertas de última hora a prácticamente cualquier rincón del mundo.
El aeropuerto dispone de WIFI gratuito durante 30 minutos con Mycloud. Además de las típicas máquinas expendedoras de refrescos y snacks, en el kiosko que hay junto al control de seguridad se pueden comprar dulces y bebidas más baratas: pagamos 1,50 € por una botella de agua de 1,5 L (sin gas tapón rosa) mientras que en las máquinas costaban 3 € las de medio litro.
El tiempo allí no era demasiado bueno, nublado, 9 ºC y chispeando a ratos, lo que no invitaba demasiado a salir de la terminal para matar el tiempo.
Finalmente a las 15:30 abrieron la oficina y nos atendieron muy rápido. A los pocos minutos estábamos fuera, sorprendidos con el coche que nos habían entregado, un Mégane rojo muy chulo, de categoría superior a lo que habíamos reservado y que nos acompañaría el resto del viaje.
Comprobamos que estaba todo bien y rápidamente introdujimos el destino en el GPS para aprovechar el poco tiempo de luz que quedaba. El aeropuerto se encuentra pegado a la frontera con Francia, delimitada por el curso del río Rin, que nos impresionó por su tamaño y por la infraestructura de canales y torres de control de tráfico fluvial que hay entorno a él.