Despertamos a las afueras de Selva di Cadore, donde habíamos pasado la noche en un hotel aprovechando para descansar.
Nuestro primer objetivo del día era subir a la Marmolada y llegamos allí entorno a las 11. Ya casi llegando pasamos junto a Serrai di Sottoguda, un cañón de unos 2 km de largo que podemos recorrer caminando con atractivos como una ermita y una cascada que en verano no lleva mucho agua pero en invierno se congela.
Un poco más adelante está la estación de Malga Ciapela, donde tenemos que coger el teleférico para subir a la Marmolada. Junto a ella hay un parking gratuito aunque cuando llegamos como era un poco tarde estaba bastante lleno. Dentro de la estación están las taquillas y hay baños.
Encontramos dos opciones para subir: llegar hasta arriba por 30 € ida y vuelta o la opción más económica por 24 € que llega a una estación intermedia. Nosotros escogimos la primera ya que queríamos disfrutar del glaciar y las vistas.
Para llegar arriba desde los 1.450 metros a los que nos encontramos hay que cambiar en 2 ocasiones de teleférico: el primero obligatorio para todos en la estación de Antermoja (a 2.350 m) y en el segundo es en el que se llega a Serauta (2.950 m) y según lo que hayas pagado sigues o te quedas.