Somos afortunados. Además de tener salud, tan valorada en estos tiempos, hace mucho que nos dimos cuenta que vida solo hay una y decidimos disfrutarla al máximo. No necesitábamos parones ni confinamientos para saber que hay que vivir cada día como si fuera el último, que las personas (familia, amigos o nosotros mismos) somos más importantes que el dinero y que la felicidad está en las pequeñas cosas (una risa, unos mojitos con los amigos, las croquetas de mamá o cruzarte con un ciervo camino a casa). Y la naturaleza con la paz que nos transmite es una de ellas. Por eso tenemos claro lo que haremos cuando todo pase y que era en lo que estábamos cuando todo esto explotó.
La Montaña palentina era una de las zonas que teníamos pendientes de visitar desde hace años y probablemente una de las que más ganas. Y no sólo no nos defraudó sino que nos robó totalmente el corazón.
Dedicamos 5 días de marzo a recorrer el norte de la provincia de Palencia y parte de su vecina leonesa, sobre todo haciendo
rutas, gracias a un tiempo benevolente (demasiado para primeros de marzo) y a que sin duda la naturaleza es el principal atractivo de la zona.
A continuación os proponemos varias opciones de todos los tipos, desde sencillas y asequibles para toda la familia, hasta otras más exigentes y que (al menos en época invernal) requieren de cierta experiencia y material. En cada una de ellas están los enlaces a Wikiloc desde donde descargar los tracks y con muchas más fotos e información detallada.
1. Pico Las Huelgas desde Vidrieros
Aunque no es una ruta excesivamente larga, entorno a 11 km, sí que tenemos que salvar un importante desnivel (unos 900 metros), que unido a lo anterior hace que la mayor parte del recorrido transcurra por camino de fuerte pendiente.