domingo, 24 de julio de 2016

Días 1 y 2 del viaje a Suiza: parada técnica en Andorra y viaje hasta Chamonix


Los dos primeros días de nuestro viaje a Suiza no transcurrieron allí, sino que los dedicamos a ultimar detalles en Andorra de la furgo recién camperizada  y al desplazamiento desde ahí atravesando Francia.



Como muchas de nuestras escapadas con la furgoneta serían probablemente en época de calor, poco antes del viaje a Suiza decidimos comprar una nevera de compresor que nos permitiera conservar los alimentos perecederos y las bebidas fresquitas. Pero el problema que surge a menudo con estas neveras al usar la conexión al mechero del coche, es que nos quedamos sin batería en cuanto nos descuidamos.

Para evitarlo estuvimos mirando la opción de colocar una segunda batería y finalmente nos decantamos por Andorra Campers. Los kits que venden son autoinstalables, pero como no los envían fuera de Andorra decidimos adelantar la salida a Suiza un día y pasar por allí para que nos lo instalaran. Concertamos la cita con ellos por e-mail para el viernes 1 a las 15:30 y una vez allí, tras un par de horas de paseo por Sant Julià de Lòria y 450 €, tuvimos lista nuestra segunda batería. Cogimos la versión básica, con 2 conectores a colocar debajo del asiento del conductor. Aunque quedamos contentos con el resultado, hubo otras cosas que no nos gustaron tanto: el precio fue superior a lo que indican en la web ya que nos dijeron que para este tipo de furgonetas pequeñas se necesitan baterías especiales más caras; la instalación la realizan en una nave a las afueras de Sant Juliá y no hay medios para acercarte al pueblo por lo que hay que ir caminando una media hora; y nos hicieron una factura que valía para poco, ya que la suma de los conceptos no daba el importe total de 450 € que figuraba y había al menos uno de ellos que no era real (luces LED de baja batería que son un extra y por tanto no teníamos). De esto nos dimos cuenta ya en Suiza por lo que poco pudimos hacer.



Lo que sí que conseguimos en su tienda fue un paravientos para la cocina que estábamos buscando por sólo 10 € y que nos vino muy bien durante todo el viaje.





Con la idea de ir avanzando kilómetros hacia Suiza ese mismo día habíamos mirado en el mapa de lugares furgoperfectos posibles opciones para dormir por el sur de Francia. Al final nos decantamos por uno que tenía buena pinta a las afueras del pueblo de Eyne, dentro del Parque Natural de los Pirineos Catalanes, pero al llegar allí vimos que había muchísimas moscas, llegando al punto de que en los 5 minutos que tardamos en ir al baño (que estaba en muy buenas condiciones), encontramos la furgoneta completamente cubierta de ellas. Así que a pesar de que nos había gustado, tuvimos que cambiar de sitio, porque iba a ser muy incómodo cocina y cenar así, por no hablar de las que se meterían en la furgoneta a la hora de dormir.

Siguiendo la carretera atravesamos el pueblo entero y encontramos un aparcamiento cerca de un restaurante bastante tranquilo. No había demasiados mosquitos y como ya era algo tarde y amenazaba lluvia decidimos quedarnos allí. Al poco empezó a llover, por lo que tuvimos que cenar dentro de la furgoneta y montar después la cama en un tiempo exprés.


Pese a la tormenta la primera noche de furgo fue muy bien y al día siguiente amaneció un día estupendo. El aparcamiento resultó ser punto de encuentro para aficionados al senderismo de la zona y antes de las 9 ya estaba lleno de gente. Nosotros ese día teníamos muchos kilómetros por delante así que por desgracia no podíamos quedarnos a conocerlo, desayunamos y recogimos rápido para ponernos en marcha cuanto antes.



Seguimos la N116 hacia el este hasta enlazar con la autopista A9 a la altura de Perpiñán. Por el camino nos sorprendió la zona que íbamos atravesando, con bastante movimiento de caravanas y viajeros.

Entre sus atractivos encontramos el Tren amarillo, el más alto de Francia al alcanzar los 1600 metros sobre el nivel del mar y desde el que se pueden contemplar maravillas arquitectónicas como el viaducto Séjourné o el Puente Gisclard, visible también desde un mirador de la nacional y que se encuentra a 80 metros sobre el fondo del valle. Este tren conecta las poblaciones de La Tour de Querol y Villefranche de Conflect, siendo precisamente ésta última una bonita villa amurallada digna de visitar. 


Pero teníamos que seguir avanzando y alrededor de las 12 parábamos en el Área de servicio de La Palme de la A9 para estirar un poco las piernas e ir al baño, descubriendo que tenía wifi, lo que siempre viene bien una vez cruzamos la frontera. Un par de horas después, una vez pasado Montpellier, paramos a comer en el área de descanso de Vergèze Sur, bastante grande y con arbolado, mesas de picnic y baños.



Pasamos otras ciudades como Valence, Grenoble o Albertville (en cuyo Decathlon paramos a comprar otro gadget para nuestra furgo, un pequeño farolillo a pilas para las noches), antes de llegar alrededor de las ocho de la tarde a Chamonix, donde pensábamos pasar la segunda noche del viaje. En total habíamos gastado en peajes unos 45 €.

Llevábamos la idea de dormir de nuevo en la furgo y como era un poco tarde y el tiempo estaba revuelto decidimos buscar algo rápido para cenar.




Habíamos estado ya en Chamonix un fin de semana de enero hace unos años y la verdad es que nos sorprendió la diferencia de ambiente, lo encontramos prácticamente vacío, aunque seguramente influía también el mal tiempo. Después de dar un par de vueltas indecisos y viendo que no había muchos sitios abiertos acabamos irremediablemente en el McDonalds. Aunque no es que nos encante, era una opción rápida, económica (aproximadamente 15 € la cena de los 2) y con wifi garantizado para poder hablar un poco con la familia.






Después de cenar nos dirigimos al Furgoperfecto de esa noche, el aparcamiento de acceso a la Aguja des Grands Montets, donde encontramos otras furgonetas y caravanas y tras preparar la furgo nos fuimos a dormir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario