La capital del Principado es quizá una de las grandes desconocidas entre las capitales de provincia de nuestro país, pese a ser esencial en la Historia y contar con numerosos atractivos culturales y gastronómicos.
Sin ir más lejos, después de haber estado en numerosas ocasiones, hasta que no realicé un tour por la ciudad no siento que la descubrí en profundidad y pude además conocer varias curiosidades que me sorprendieron.
Así que aquí recogemos algunas de las recomendaciones para unas horas o días en la ciudad y que pueden descubrirse con un simple paseo o dedicándoles más tiempo con visitas guiadas u otras actividades.
1. Catedral y plaza de Alfonso II
La Catedral de San Salvador, del siglo IX con torre gótica del XVI, es una de las claras protagonistas de la ciudad. Su interior se puede visitar por libre (con audioguía) y la tarifa general de 7 € incluye además de la catedral, la cámara santa, el museo y el claustro.
La subida a la torre de 70 metros de altura es independiente y tiene un coste de 8 €. En ella está la campana Bamba, la más antigua en funcionamiento de Europa con más de 1000 años de antigüedad (es de 1219). Suena un cuarto de hora antes de las misas, generalmente a menos cuarto.
Además, el rey Alfonso fue el primer peregrino del Camino de Compostela sin pretenderlo, ya que durante su reinado llegó la noticia que se había encontrado el cuerpo de Cristo en tierras gallegas y decidió ir a comprobarlo. Por eso se considera también Oviedo el origen del El Camino.
Esta plaza es el corazón del casco histórico de la ciudad, que antiguamente era muy pequeñita, de unos 300 metros de diámetro, estaba amurallada y tenía planta redonda. Yendo hacia la cercana calle Gascona se pueden observar algunos restos de lo poco que se conserva.
Junto al costado derecho de la Catedral si la miramos de frente está la Iglesia prerrománica de San Tirso, aunque ésta no forma parte de las 6 reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como sí sucede con las del cercano monte Naranco porque está muy reconstruida.
En el extremo opuesto de la plaza encontramos la estatua de La Regenta, obra cumbre de la literatura del s. XIX escrita por Leopoldo Alas Clarín y que tiene como protagonista a la ciudad de Oviedo. Es una historia de amor prohibido entre el cura de la catedral y Anita Ozores, la regenta, que estaba casada, y éste se sube a la torre para espiarla. Por eso para rememorarlo desde la torre de la catedral se ve la estatua. Además del libro se puede ver la miniserie de 4 capítulos basada en la novela en la web de RTVE de forma gratuita.
El edificio blanco detrás de la estatua es el Museo de Bellas Artes, gratuito y con obras de grandes autores como Picasso, Sorolla o Goya y uno de los 3 apostolados de El Greco que pueden verse en el mundo. Además en periodos de vacaciones escolares el Museo desarrolla por las tardes una actividad denominada "Arte en Familia" para los más peques de la casa.
Y en la otra esquina de la plaza encontramos la Capilla de la Balesquida, cofradía de los sastres. En su fachada podemos ver grabado el año 1232 porque desde entonces se celebra la fiesta del Martes de Campo en la que se recrea la llegada del Heraldo de la Balesquida y los ovetenses salen a la calle a comer un bollo preñau que se pueden encargar desde días antes en las panaderías de la ciudad. Este año casualmente la fiesta era pocos días después de nuestra visita, el martes 30 de mayo y el sábado anterior se recreaba la llegada del Heraldo al Ayuntamiento.
A pocos metros de aquí encontramos la estatua El Regreso, rodeada de varios palacios de los siglos XVII-XVIII.
De hecho en uno de ellos podemos leer una placa en su fachada que nos indica que en él nació en 1706 José María Queipo de Llano, célebre historiador, diputado en las Cortes de Cádiz y presidente del consejo de Ministros.
2. Universidad
Uno de los edificios que quizá pasen desapercibidos en un paseo por la ciudad es el de la Universidad, cuyo interior se puede visitar y guarda además mucha historia.
Junto a su puerta encontramos otra estatua de las que abundan en la ciudad, esta conocida como la Mujer sentada.
Este edificio era hasta hace 25 años aulario de la Facultad de Derecho. Ahora acoge el paraninfo, aula magna, rectorado y otros servicios.
El fundador, cuyo busto se exhibe en el centro del claustro, fue Fernando Valdés Salas en el siglo XVI. Arzobispo, presidente del Consejo de Castilla e inquisidor general del reino en la corte de Carlos I y Felipe II, asturiano de un pueblo cercano aprovecha su poder para fundar la Universidad como hizo el Cardenal Cisneros en Alcalá de Henares.
Pero aquí además se vivió uno de los acontecimientos históricos de la capital, nada más y nada menos que la única revolución socialista que ha habido en España, en octubre del 34.
En 1934, durante la República, se celebran elecciones en España y gana la derecha, perdiendo el poder el frente popular. Esto sirve como detonante para que la clase obrera y más en concreto los mineros de las cuencas asturianas, en la coyuntura socialcomunista de la época, se unieran para luchar.
Vinieron a la capital y durante una semana se cometieron toda clase de barbaridades. Finalmente desde el gobierno de Madrid deciden enviar al ejército con los regulares de Melilla, tropa nativa del norte de África compuesta por mercenarios que no hablaban la lengua y ejercen una brutal represión.
El resultado: más de 1000 muertos en un mes y el centro de Oviedo arrasado, llegando incluso a hacer una voladura en la catedral para reventar la Cámara santa. Sofocados los disturbios, cuando se iba a iniciar el proceso de reconstrucción de la ciudad empezó la Guerra Civil y se aplazó, lo que dejo a los ovetenses en una situación delicada.
3. Plaza de Riego y resto de casco antiguo
Esta plaza recibe su nombre del General Riego nacido en Tineo y conocido por el himno de la república aunque en realidad trató de aportar mucho más con ideas progresistas para la época como separar la religión del Estado o la separación del poderes.
Hoy día es una plaza con un montón de cafeterías y buen ambiente donde tomar algo. Al fondo de la plaza encontramos otra casona solariega, el Palacio de los Bernaldo de Quirós, hoy día perteneciente a la Universidad.
A pocos metros de aquí encontramos otro lugar con historia: en la esquina de la calle Altamirano con la calle Rúa, una placa conmemora a los patriotas ovetenses que se levantaron contra los franceses tras recibir noticias del levantamiento del 2 de mayo en Madrid en 1808. Aquí sucedió el 9 de ese mes cuando llegó la noticia a caballo.
Al declarar la guerra a los franceses se envían emisarios a Inglaterra y se recluta a jóvenes para el regimiento Asturias. En esa época se llevaban los uniformes pomposos y se crearon para ellos unos trajes color turquesa en cuya tela sobrante se confeccionó la bandera sobre la que pusieron la cruz de la Victoria. Esta cruz, que se puede ver entre las reliquias de la Catedral, estaba recubierta de oro pero con el interior de madera de roble y era en teoría la que le dio la Santina a Pelayo según la tradición popular. Con esto nacía la Bandera de Asturias que justamente el 25 de mayo celebra su día, con una web incluso donde conocer esta historia en detalle.
Frente a esta esquina está la Joyería Santirso donde podemos comprar azabache, la piedra de color negro brillante que aquí se monta sobre plata con un símbolo en forma de puño (cigüa), un amuleto contra el mal de ojo muy popular en Asturias que es habitual regalar a los recién nacidos. Prácticamente todo el mundo tiene alguna en casa por tradición familiar aunque ya no se lleve por la calle y es que la cigüa más antigua se encontró en una cueva en el 2500 aC. Estos amuletos se pueden comprar en joyerías desde 6 €.
8. Comer y beber
Aunque si hablamos de comida en Asturias sería difícil elegir.
Sin duda la calle más famosa para comer es la Gascona, que recibe ese nombre porque era la vía de entrada de los peregrinos francos que venían del Golfo de Gascunia. Hoy día es conocida como el Boulevard de la sidra por la cantidad de sidrerías que podemos encontrar en ella. Es por tanto muy fácil encontrar sitio para comer por la abundante oferta y de ahí que la recomienden en casi todas partes. Algunas de las más famosas son el Tierra Astur, conocido por sus tablas de mar y tierra y su estética de mesas dentro de barriles de sidra.
Aquí además de comer podemos probar por supuesto la famosa sidra asturiana, no tenemos que preocuparnos de saber escanciar ya que en todos los restaurantes cuentan con escanciadores para facilitarnos la tarea. Pero ojo! Hay se recomienda tomar la sidra siempre con comida ya que por su carácter ácido es fácil que afecte al estómago y se nos suba a la cabeza rápidamente.
Si no queremos sentarnos a comer podemos también comprar para llevar trozos de empanada en casi cualquier panadería o tienda gourmet de la ciudad. Y no sólo de atún o carne como podemos encontrar en otros lugares: yo probé uno de carne estofada y otro de chosco con manzana y cebolla caramelizada de la panadería Isclo, cerca de la Plaza Gabino Díaz Merchán, y estaban espectaculares.
9. Monte Naranco
Aunque en las afueras de la ciudad es una visita casi obligada si venimos a Oviedo, tanto por las vistas desde su cima, con el monumento al Sagrado Corazón dominándolo todo, como por ver las 2 joyas del prerrománico que son las iglesias de San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco.
Podemos encontrar toda la información sobre su historia, horarios y tarifas en la web (lunes por la mañana acceso gratuito). Para llegar hasta ellas, si no disponemos de vehículo propio, podemos coger la línea 2 de los autobuses urbanos.
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