lunes, 21 de mayo de 2018

Día 9 Viaje Alaska (06/09): Turnagain Arm y Seward


El noveno día de viaje por Alaska nos llevaría a de Palmer a Seward, recorriendo la zona del Turnagain Arm y el Portage Lake.




Antes de abandonar los alrededores de Palmer decidimos subir hasta el Independence Mine State Historical Park, una antigua mina de oro abandonada situada a los pies del Hatcher Pass.
La carretera asciende junto a un caudaloso río de montaña y de camino paramos en algún mirador.




Una vez arriba encontramos la mina cerrada, ya que abren cada año hasta Labor Day (primer lunes de septiembre), con visitas guiadas por 6$ entra las 13 y 15 horas. Sin embargo, fuera de esa fecha se puede visitar a pie libremente, previo pago de 5$ por el aparcamiento. Para llegar hasta la zona de edificios de la mina hay que caminar aproximadamente 1 milla y como hacía mucho viento preferimos seguir viaje. Vimos además que a partir de aquí la carretera que llega al Hatcher Pass, del que habíamos leído tenía vistas espectaculares, se vuelve de gravilla y con rampas bastante pronunciadas, por lo que no nos pareció muy adecuado para caravanas como la nuestra.




Desde aquí pusimos rumbo hacia Anchorage. Con la lluvia del día anterior nos había entrado agua en la caravana por el asiento del copiloto y queríamos parar en la empresa de alquiler para decírselo y ver si podían arreglarlo o darnos otra, ya que, aunque ese día no llovía, si seguía haciéndolo el resto del viaje podíamos tener problemas.

De camino paramos en el Reflections Lake, uno de los infinitos lagos que hay en los alrededores de Anchorage, muchos de ellos junto a la carretera y con paseos para rodearlos o miradores para disfrutar de las vistas.



También paramos en Eklutna, cuyo origen se remonta a 1650, siendo la aldea habitada de forma permanente más antigua de los alrededores de Anchorage, lo que en Alaska podemos considerar una población histórica.



Para conservarlo se ha creado el Eklutna Historical Park, donde destaca la pequeña iglesia ortodoxa y el colorido cementerio con las Spirit Houses de los Atabascos. Entre el 15 de mayo y el 15 de septiembre se puede recorrer con visita guiada de lunes a viernes por 5 $.



En la misma salida de la autovía pero en sentido contrario encontramos el aparcamiento de pago (5$) de las Thunderbird Falls. Desde aquí se puede llegar hasta la base de estas cascadas de 60 metros de caída por un sendero de 1 milla de longitud (más info aquí).



A pocos metros de aquí sale la carretera al Eklutna Lake, situado a unas 10 millas y al lado del cual hay zona de acampada y aparcamiento diurno de pago (5$). Todo esto se encuentra dentro del Chugach State Park.



Nosotros sin embargo no visitamos ninguno de los 2 ya que no sabíamos cuanto tardaríamos en la empresa de alquiler y no queríamos demorarnos mucho. Y por desgracia acertamos, ya que al final tuvimos que esperar más de 2 horas a que nos cambiaran de caravana. Desde un principio nos dijeron que sí, primero pensaron arreglarlo pero luego dijeron que mejor cambiarla por otra, pero lo que en teoría iba a tardar media hora (lo que tardaban en acabar de limpiar una que tenían dentro) se alargó demasiado y estuvimos a punto de marcharnos con la misma, no tanto por la espera sino por el trato, ya que cada media hora nos decían que aún no estaba y que tardaría media hora más mientras veíamos como no hacían nada. Lo cierto es que nos decepcionó bastante la empresa de alquiler en este sentido, aunque es verdad que vimos que en general en Alaska las cosas van a otro ritmo y es mejor tomárselo con calma.


Tras mucho esperar conseguimos otra caravana, bastante mejor y más nueva que la que llevábamos. Era de las que se ensanchan por un lateral para la cama, no hacía tanto ruido y era más moderna, con una tele grande y todo en mejores condiciones, aunque teníamos problemas con los olores del baño, ya que pese a echar los productos que nos proporcionaron había ratos que olía bastante y era un poco desagradable.




Pasada la 1 de la tarde abandonamos por fin Anchorage y pusimos rumbo a Seward. Siguiendo la Seward Highway hacia el sur nos adentramos en el Turnagain Arm, uno de los 2 brazos de mar tierra adentro que tiene el Cook Inlet junto con el Knik Arm. De hecho recibió este nombre porque tras adentrarse una expedición comandada por Cook en el Knik Arm buscando salida al Golfo de Alaska y tener que regresar al no hallarla lo intentaron por éste y tuvieron que "regresar de nuevo" al conducir únicamente a un río. Tiene una longitud de 45 millas y es espectacular.



Además son famosas sus mareas, por un lado por producirse aquí las segundas mayores de todo Estados Unidos y las cuartas del mundo pudiendo alcanzar los 12 metros, y por otro por la ola que se produce cuando la marea empieza a subir después de la bajamar, que lo va recorriendo todo de lado a lado del brazo y que en ocasiones puede alcanzar los 2 metros de altura. Se puede ver 2 veces al día entre el Beluga Point y Girdwood, unas 2 horas después de la hora de la bajamar en Anchorage que podemos encontrar en distintas webs. Las olas más grandes se producen en los días próximos a las lunas nueva y llena, en especial en los equinocios (más info aquí). Lo que sí advierten es que no se debe bajar a la "arena" ya que son fangos que nos pueden jugar una mala pasada.
                                                                                                                  
La Seward Highway, que con sus 127 millas conecta Anchorage con Seward y la zona este de la Península de Kenai en alrededor de 3 horas, avanza encajonada entre el mar y la montaña, donde según leímos era frecuente ver Dall sheeps, aunque nosotros las que vimos estaban muy muy lejos y nos pareció difícil verlas cerca con lo escarpada que era la montaña.



A lo largo de esta primera parte de la Seward Highway junto al Turnagain arm encontramos multitud de miradores y zonas desde donde parten senderos y trails. No en vano, la carretera discurre en toda esta zona bordeando el enorme Chugach State Park, cuyas oficinas están en la milla 115.





En la milla 111 por ejemplo, está la McHugh Creek Picnic Area, desde donde salen varios trekking (aparcamiento de pago 5$/día). Poco después está el Beluga Point, un mirador desde el que ver la ola del cambio de marea o belugas que entran en la bahía en ciertas épocas del año. Las belugas son una especie de ballena de color blanco, y es que de hecho, beluga es blanco en ruso. Aquí están protegidas desde 1990 cuando desaparecieron la mitad de ellas y debido a su baja tasa de reproducción, con partos cada 2 o 3 años, no se espera su recuperación hasta el 2025. Nosotros no tuvimos suerte y el tiempo tampoco acompañaba demasiado, ya que aunque no llovía, hacía mucho viento.


Desde éste y otros apartaderos o áreas de descanso que encontramos en los siguientes kilómetros, como el Windy Point, es posible tener buenas vistas del Turnagain arm o el efecto del cambio rápido de marea.





Así llegamos hasta el Bird Point Scenic Overlook, el más grande de los que encontramos a lo largo del Turnagain arm. Aquí hay un amplio aparcamiento de pago (5$/día, aunque los primeros 30 minutos son gratuitos) con aseos, unas graciosas esculturas de belugas asemejando a cómo se ven en el agua o un mirador en el saliente rocoso que hay sobre el mar. Pensábamos esperar a la hora del cambio de marea mientras comíamos pero tampoco nos apetecía pagar por el aparcamiento y las vistas no nos parecieron demasiado buenas, en el parking había árboles y desde el mirador tampoco es que se viera demasiado, por lo que decidimos seguir más adelante hasta algún apartadero gratuito.



Pero cuando acabamos de comer aún quedaba un rato para la hora del cambio de marea por lo que decidimos continuar viaje e intentarlo a la vuelta. Luego vimos que lo mejor es parar antes del Bird Point, ya que a partir de éste se ve bastante extensión pero desde más lejos porque el pequeño saliente apantalla la corriente cercana a la costa.

Lo que sí pudimos ver aún sin ser la hora de la ola es que las corrientes son bastante intensas, formándose remolinos incluso, probablemente consecuencia de las grandes mareas que se producen en la zona.



En nuestro camino hacia Seward pasamos por el desvío a Girdwood y a la estación de esquí de Alyeska, que cuenta con un teleférico que sube al monte del mismo nombre todo el año, y junto al Alaska Wildlife Conservation Center, un centro de recuperación de fauna que dejamos para la vuelta.

Nos desviamos de la Seward Highway para visitar la zona de los glaciares Portage y Byron, ya que se ven algunos desde la propia carretera principal y resultan impresionantes.



Llegamos hasta el Portage Lake, al lado del cual encontramos el centro de visitantes Begich Boggs, que cuenta con exposiciones y proyecciones de la zona. La entrada a ellas son 5$ por persona.


En los 90 el glaciar Portage se veía desde aquí pero como la gran mayoría ha retrocedido tanto que ya no puede verse desde el centro de visitantes y queda escondido en el otro extremo del lago. Es posible verlo desde uno de los barcos que navegan por el lago y que salen del muelle que hay al final de la carretera.

Al que sí se puede acceder más fácilmente es el Byron glacier, al que se llega con una ruta de unos 2 km ida y vuelta. Aunque no se vaya a llegar hasta ninguno de ellos merece la pena recorrer las 5 millas de esta carretera sólo por ver esta zona espectacular con glaciares, montañas escarpadas y que cuenta con varias zonas de acampada de pago. Desde aquí se puede llegar además hasta Whittier cruzando un túnel de peaje que alterna el paso de trenes y vehículos (unos 15 $ por caravanas de menos de 28 ft) y desde allí hacer alguno de los cruceros por el Prince William Sound similares al que habíamos hecho en Valdez.


Pero teníamos que regresar si queríamos llegar a Seward a una hora prudencial. Continuamos por la Seward Highway atravesando lo que se conoce como Drowned Forest o el "bosque ahogado", al final del Turnagain Arm. Se trata de una zona llena de árboles blanquecinos que murieron ahogados como consecuencia del terremoto de 1964 que hundió el terreno más de un metro haciendo que se cubriera todo de agua. Resulta impresionante y es una zona que nos gustó mucho pero por desgracia apenas hay sitios para parar con la caravana a hacer fotos y verlo de cerca, por lo que tuvimos que conformarnos con lo que vimos desde la carretera.




A partir de aquí la carretera empieza a ascender para pasar el Turnagain pass, a 1.015 feet de altitud y donde encontramos un área de descanso con baños y mesas de picnic. En esta zona suele acumularse bastante nieve, sobrepasando habitualmente los 4 metros de espesor, por lo que es muy frecuentado por aficionados al esquí.

Junto al cruce de la Seward y la Sterling Highway encontramos el Tern Lake, que merece mucho la pena al atardecer, aunque las fotos no le hagan justicia. Además tiene una zona de pasarelas de madera desde las que ver aves.



Después se pasa por el Moose Pass, un pueblo que atraviesa la carretera y cuyo principal atractivo es una noria de agua con origen en 1976 pero reconstruida en varias ocasiones en años posteriores. Nos esperábamos algo más, no era un pueblo especialmente bonito y la noria la vimos de pasada sin casi darnos cuenta, con las caravanas cuesta frenar rápido y más aún dar la vuelta.

Pasamos junto a varios lagos, entre ellos el enorme Kenai Lake, y poco después llegamos a Seward. Es un bonito pueblo costero, establecido en 1903, con un oldtown con edificios antiguos bien conservados, como la iglesia de St. Peter, de 1906 y considerada la iglesia protestante más antigua de la península de Kenai.



Aunque el tiempo no acompañaba nada, con lluvia intermitente y frío, dimos un pequeño paseo por el puerto y el centro y aprovechamos para comprar algunos recuerdos.

Del pueblo nos llamó la atención su calle principal por su parecido con las películas americanas de cowboys, llena de edificios de madera.




En el puerto encontramos un memorial a la Iditarod y es que, antes de convertirse en una mundialmente famosa carrera de trineos de perros, existía desde 1910 el Iditarod trail, una red de caminos de 2.300 millas que comenzaba en Seward y avanzaba hacia el distrito minero de Iditarod y Nome, creada para la distribución del correo. Se usó para este fin hasta 1924 cuando se pasó a utilizar aviones. En la actualidad se conservan como National Historic Trail 938 millas, siendo las más famosas las que se recorren de Anchorage a Nome con la carrera de trineos.





A pocos metros de allí está el Alaska Sealife Center, que acoge además de un acuario con frailecillos que se zambullen a velocidades de vértigo, exposiciones y zonas interactivas. El precio de la entrada es de 25 $ pero cierra a primeros de septiembre.





También nos acercamos a preguntar por los cruceros por los Kenai Fjords que recorren la Resurrection Bay y algunos llegan hasta el Aialik glacier, cuya enorme masa del hielo frente al mar impresiona y es que es uno de los pocos glaciares que en lugar de retroceder avanza. Por el camino se ve además un montón de fauna como orcas, ballenas o delfines.

Hay 2 empresas principales que los ofrecen: Major Marine, desde 84 $ el de 3,5 horas hasta 224$ el de 8,5 h y Kenai Fjords que varía entre los 80$ y los 179 (más tasas). Sus oficinas abren de 8 a 19 horas todos los días. También están Alaska Saltwater Lodging con embarcaciones más pequeñas pero más caro. Nos informaron de los que tenían disponibles en esas fechas y si nos interesaba había que estar allí al día siguiente entre las 8 y las 9 de la mañana para embarcar, por lo que no hacía falta reservar con mucha antelación al menos en esa época.

En el puerto está también el Centro de Información de los Fiordos de Kenai, que abre todos los días durante la temporada de verano (en septiembre de 9 a 17 horas). Aquí podemos encontrar toda clase de información sobre el Kenai Fjords National Park que incluye el vecino Exit Glacier, único punto del parque al que se puede acceder por carretera.




Para acabar el día quisimos probar uno de los platos típicos aquí, el halibut, y compramos fish and chips para llevar: 3 piezas de pescado con patatas fritas por 25$ en Alaska Seafood Grill junto al puerto.







Para pernoctar encontramos junto a la bahía 3 áreas de acampada: Marathon campground, Seward north y Seward south. Cuesta 10 $ pernoctar sin nada y 20 $ con hookups (electricidad y toma de agua) y se paga en unas máquinas que hay junto a la entrada con tarjeta o en metálico. La dump station son 5 $ aparte y hay baños y duchas de pago.


Había bastantes caravanas y furgonetas en estas áreas pero pasamos una noche tranquila en nuestra nueva caravana pese al mal tiempo :)


No hay comentarios:

Publicar un comentario