lunes, 6 de enero de 2020

Halali resort en Etosha N.P.


El complejo de Halali fue abierto en 1967 y es el más nuevo de Etosha. Su nombre es de origen alemán y se utilizaba para señalar que una batida de caza había terminado aunque aquí se ha tomado como emblema del fin de la caza y de la muerte de animales dentro de los límite del parque.

Está situado a medio camino entre Okaukuejo y Namutoni, a 8 kilómetros de la carretera principal que conecta ambos. Las únicas colinas dentro de todo el parque, aunque pequeñas, están cerca de aquí. Y de hecho a los pies de una de ellas se sitúa el mirador de la charca del complejo, la Moringa waterhole.


El horario es el habitual, coincidiendo la apertura y cierre de puertas con el amanecer y el atardecer (entorno a las 7:20 y 18:30 a mediados de junio) y señalizado en los relojes junto a la entrada.


El resort cuenta, además de la recepción (donde se adquieren los vouchers para el WIFI o se hace el registro), con gasolinera, tienda, restaurante, piscina… así como habitaciones dobles, una zona de chalets y otra de acampada. En la tienda podemos encontrar desde comida y bebida a souvenirs, pasando por mapas o ropa.







Al llegar y registrarnos en recepción nos proporcionan un plano del resort, con todos los lugares de interés y los alojamientos y zonas de acampada. La reserva la habíamos hecho a través de su web con 2 meses de antelación, aunque para julio y agosto se recomienda hacerlo con más tiempo ya que está muy demandado. El precio en 2019 era de 300 NAD/persona hasta un máximo de 8 por parcela, aunque sube casi todos los años. Para las habitaciones y chalets el check-in es a partir de las 14 horas y la salida debe hacerse antes de las 10 de la mañana.

En recepción también se pueden contratar los safaris guiados o game drives de 3 horas de duración (mañana, tarde o noche) desde 650 NAD/persona. Los niños entre 6 y 12 años pagan la mitad y los menores de 6 no son admitidos. Al ser guiados el punto extra, además de que conocen mejor el terreno y se avisan entre ellos cuando ven animales, es que los de mañana salen antes de la apertura de puertas y los de noche después de que cierren.

Halali cuenta con la mayor piscina de los campsites dentro de Etosha donde refrescarse durante el día o relajarse tomando el sol en alguna de sus tumbonas. El agua está limpia y está todo bastante cuidado.





En la zona de acampada cada parcela dispone de mesa y sillas de hormigón, enchufes, espacio para hacer barbacoa y luz. A veces podemos encontrar algún chacal u otros pequeños animales merodeando pero no son peligrosos, sólo hay que tener en cuenta que está prohibido darles comida.

Además hay varios edificios de baños comunitarios en buenas condiciones y alguno para lavar los platos así como una pequeña cocina.




El campamento dispone de un excelente mirador con bancos junto a la charca Moringa desde el que esperar a que se acerquen los animales.


Se puede ir andando desde la zona de acampada por un sendero y también tiene zona de aparcamiento a pocos metros para la gente que vaya en su vehículo. Por la noche encienden unas luces para poder ver a los animales sin molestarles.



Para nosotros esta charca es una de las mejores de todo el parque. Fuimos al atardecer y lo que vimos cuando se hizo de noche nos dejó sin palabras, sin duda fue uno de los mejores momentos de todo el viaje.



Jirafas, rinocerontes, chacales, hienas, elefantes... fueron algunos de los animales de los que pudimos disfrutar. Y aunque se nos resistió el leopardo que al parecer suele pasarse por aquí con frecuencia, el poder observar cómo se comportaban cada uno de los animales en su estado natural durante más de una hora fue espectacular, como una función de teatro vista desde primera fila.

No hay comentarios:

Publicar un comentario