miércoles, 30 de septiembre de 2020

Días 6 y 7 Roadtrip Galicia (28/09): Los Ancares leoneses


Aunque oficialmente ya no en Galicia, los dos últimos días del viaje los pasamos no muy lejos de la frontera, en la vertiente leonesa de los Ancares y los dedicamos fundamentalmente a la montaña, al final por una cosa o por otra casi no habíamos andado en todo el viaje y como se dice en mi tierruca, teníamos sincio :)

Habíamos pasado la noche con la furgo en el puerto de Ancares, también conocido como Alto de la Balouta, como os mostramos en la entrada anterior. Y la ruta de ese día salía de allí mismo, por lo que tras disfrutar de un precioso amanecer, con mar de nubes incluido, nos calzamos las botas y empezamos a andar (track aquí).




Lo bueno de dormir donde se inicia la ruta es que sin madrugar en exceso puedes disfrutar de las primeras luces del día ya en la montaña.




Al poco de empezar pasamos junto al Refugio de Ancares, una pequeña cabaña donde guarecerse en caso de necesidad.



Nuestro objetivo del día era el Pico Cuiña, que con sus 1.997 metros de altitud es la cumbre más alta de los Ancares y prometía unas vistas espectaculares.




Además otra ventaja de estar ya en la montaña a primera hora es que es más fácil encontrarse con alguno de sus habitantes, que en las horas centrales escapan del calor y de los intrusos humanos.




De hecho vimos unos cuantos y en varias ocasiones, unos más lejos y otros más cerca pero siempre alerta.



El camino no tiene pérdida, se avanza bastante cómodo, sobre todo al principio sin mucha pendiente, por un sendero que va recorriendo la crestería lo que nos ofrece buenas vistas de ambas vertientes.





Poco a poco íbamos ganando altura, con algún sube-baja, pero no se trata de una ruta muy exigente en cuanto a desnivel, ya que alcanzamos un acumulado de 550 metros. 





Por el camino encontramos algunas pequeñas lagunillas que suponemos servirán para aliviar la sed de rebecos como los que habíamos visto a primera hora. De hecho ya llegando a la cumbre vimos a nuestros pies lo que se conoce como Pozo Ferreira o Lago Cuiña.




Y tras el ataque final a cumbre...


Llegamos!!!!!!



Ahora tocaba descansar un rato, relajarse y disfrutar de las vistas tras el esfuerzo realizado.






Ciertamente desde aquí hay una panorámica impresionante de 360 º y estuvimos un buen rato disfrutándola, redesayunando y haciendo fotos en todas direcciones.




Pero tocaba regresar aunque para abajo todo es más fácil.




En algunos tramos el sendero se estrecha entre la retama que intenta acabar con él pero siempre consigue volver a aparecer y echando la vista atrás hacia lo que hemos logrado cualquier esfuerzo se lleva mejor.





Una vez acabada la ruta decidimos dedicar la tarde a hacer algo de turismo. Fuimos hasta el pueblo de Peranzanes con curiosidad por si la carretera seguía y se podía cruzar a Asturias pero en el siguiente pueblo, Guimara, se acaba el asfalto y se convierte en una pista estrecha. Lo que nos encontramos por sorpresa en su lugar fue el antiguo castro celta de Chano, que se puede visitar libremente.


Este antiguo castro destaca por su gran estado de conservación, con alrededor de 20 construcciones que pueden alcanzar los 5,5 metros de diámetro y muros de 60 cm de grosor. 


Se trata en su mayoría de viviendas que tenían el hogar en el centro sobre una losa de pizarra y se ha determinado que estuvo habitado entre el siglo I a.C y la primera mitad del siglo I d.C aunque se desconocen las causas del abandono.


Al castro se llega caminando por una cómoda pista en unos 10 minutos desde el Centro de Interpretación situado junto a la carretera, creado para recuperar el yacimiento y varios teitos típicos de los Ancares para visitas turísticas.


Hay que superar un cierto desnivel aunque no demasiado y esto nos permite disfrutar de las vistas sobre el valle.




Finalmente, para acabar el día y buscando donde dormir con la furgo, llegamos hasta la Laguna de Babia o Laguna Grande, por una estrecha carretera desde la localidad de Las Murias. El sitio tenía muy buena pinta y de hecho nos quedamos con ganas de andar por allí y explorarlo con calma, pero para dormir no nos convencía y estaba atardeciendo ya, por lo que tuvimos que irnos enseguida en busca de otro furgoperfecto.



Finalmente escogimos el área recreativa del puerto de Cerredo en el límite con Asturias, a 1.359 metros de altitud, y de la que podemos encontrar información tanto en la aplicación como en la web de Park4night.


Cuenta con aseos gratuitos en muy buen estado, contenedores, zona de parque infantil y barbacoas. 


Además está bastante plano el suelo y es un sitio muy tranquilo, cuando llegamos había un par de coches pero nos quedamos solos muy a gusto disfrutando del atardecer.


También allí pudimos disfrutar de otro amanecer de película, el último del viaje y que ningún hotel de 5 estrellas nos ofrece, uno de los culpables de que nos enganchásemos tanto a esta forma de viajar.



Este último día lo dedicamos a otra ruta, en concreto a subir al Cuetu el Oso, una cumbre famosa en la zona, pasando por la laguna de Changüeños y el Bosque de Cerredo (track en Wikiloc). 


Salimos del barrio de las Corradas, situado a poca distancia del Puerto de Cerredo en el que habíamos pasado la noche. Desde ahí seguimos por una pista hasta una bifurcación, donde cogemos el camino de la derecha para ver la Cueva de Fonchada, un hueco en una peña rocosa que según cuenta la leyenda sirvió de refugio durante la ocupación musulmana ante el avance de las tropas de Don Pelayo.




Bordeando esta peña seguimos avanzando junto al río llegando a cruzarlo en un par de ocasiones. Aunque el sendero está señalizado con marcas blancas y verdes de sendero local en este tramo, se pierden en algunos puntos.



Así entramos en una zona boscosa muy verde, un hayedo-robledal con algunos tejos de gran tamaño y muchos de los árboles cubiertos de líquenes que es lo que se conoce como el bosque mágico de Cerredo.



Una vez abandonamos el curso del agua iniciamos el ascenso de forma más pronunciada primero por camino más ancho y luego por senda cada vez más empinada que nos lleva a la primera laguna, la de Changuneto



Poco después encontramos la Laguna de Changüeños con ganado alrededor.




Seguimos subiendo saliendo ya del bosque y al ir cogiendo altura vemos la laguna desde arriba. 





Una vez alcanzamos la cresta seguimos por ella hasta el collado de acceso al Cuetu del Oso, donde en una última subida bastante pronunciada alcanzamos la cima.





Nosotros hicimos la ruta circular bajando por el valle de la derecha desde el último collado antes de la cima, pero no lo recomendamos porque en gran parte no hay camino y se hace muy incómodo avanzar entre las piedras y la vegetación. Además hay otro tramo final de bajada por zona de bastante pendiente. 



Aún así el valle es muy chulo y en el último tramo pasamos otro bonito bosque de cuento.



Y con estas bonitas imágenes en nuestra retina cerramos un viaje de improvisación pero que disfrutamos muchísimo y del que guardamos un maravilloso recuerdo por Galicia y los Ancares leoneses. 


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