domingo, 6 de septiembre de 2020

Día 3 Roadtrip por Galicia (25/09): Fragas do Eume


Nuestro tercer día por tierras gallegas empezaba junto al mar, aunque la cabra tira al monte y pronto lo cambiaríamos por el interior. 



Pasamos por la Praia de Pantin, famosa entre los surfistas y seguimos hacia Valdoviño, una zona muy especial donde el agua dulce y el agua salada conviven a escasa distancia. 

Desde el mirador de O Paraño podemos contemplar la playa y la laguna de A Frouxeira, un espacio intermareal de gran valor, tanto paisajístico como ecológico o ambiental, con Punta Frouxeira, el faro de Meirás o Cabo Prior hacia el oeste.



Nos pareció un paisaje super interesante y nos acercamos al lago a verlo un poco más de cerca. Hay un paseo junto a él de menos de 3 km desde la playa en el que podemos encontrar un puesto de observación de aves, aunque nosotros no lo hicimos porque no queríamos entretenernos demasiado.


La laguna de A Frouxeira es una laguna no demasiado profunda, con un valor medio de 1,5 metros, aunque de extensión considerable con 1,6 km de largo por 0,5 de ancho y en ella residen y crían varias especies de aves.


No queríamos entretenernos más porque nuestro objetivo para esa jornada era las Fragas do Eume. Habíamos oído hablar mucho de este espacio natural y teníamos ganas de descubrirlo. 





Accedimos desde la famosa localidad de Pontedeume, siguiendo una estrecha carretera local hasta el Centro de Interpretación de Caaveiro. Aquí pedimos información sobre el parque y las rutas para recorrerlo a pie (podéis encontrar mapa aquí).

El río Eume tiene una longitud de unos 100 km y en este tramo atraviesa un variado bosque atlántico. Y es que fraga significa bosque mixto con árboles de diferentes especies: robles, castaños, abedules, alisos, fresnos, tejos, avellanos e incluso frutales silvestres o acebos, madroños y laureles habitan este espacio.


En Semana Santa y verano está restringido el acceso con vehículo particular pero existe transporte público gratuito cada hora hasta cerca del Monasterio de Caaveiro (unos 15 minutos a pie desde la parada final).

Nosotros al ser finales de septiembre pudimos llegar con el coche hasta el Puente de Santa Cristina, desde donde realizamos un sencillo recorrido caminando de unos 6 km conocido como el Camiño de A Ventureira, ya que llega hasta la antigua central del mismo nombre. Podéis descargar el track aquí.



La ruta discurre la primera parte por el fondo del valle junto al río, pasando por las centrales de Parrote o San Bartolomé, Eume y la central vella de Ventureira y transita todo tipo de caminos, desde sendero entre bosque hasta un tramo de carretera.

            


La segunda parte transcurre por una pista forestal a media ladera llegando en un punto a tener buenas vistas del monasterio que visitamos antes de regresar al coche. 




Y es que el Monasterio de San Xoan de Caaveiro es sin duda uno de los intereses principales de la zona. 


Centro benedictino de estilo románico con orígenes en el siglo X, ha sido recientemente rehabilitado. La entrada es gratuita y se pueden hacer visitas guiadas en turnos de 45 minutos en fines de semana, festivos y temporada alta (resto del año consultar).



Uno de los edificios es la Casa do Forno (Casa del Horno), una dependencia de servicio de los canónigos (panadero, lavadero y sacristán) que conserva el antiguo horno.




También encontramos un edificio para las caballerizas y otras dependencias como las casas de los canónigos o el Pabellón de Don Pío (dueño del recinto que encargó su rehabilitación).




Aunque sin duda el espacio principal es la Iglesia de Santa Isabel, reconstruida en el siglo XIX aprovechando los restos de otro templo inmediato, si bien la fachada y el campanario son del siglo anterior.




A pocos metros del monasterio, descendiendo por un camino empedrado, encontramos las ruinas del Molino de Sesín.


Aunque del molino no se conserva demasiado solo el entorno ya nos deja sin palabras por la frondosidad del bosque junto al río y el puente de piedra de un arco que lo atraviesa.





Por un sendero paralelo al cauce podemos regresar al Puente de Santa Cristina donde tenemos el coche.



Pero no podemos irnos de aquí sin parar en la Taberna de Caaveiro a comer o simplemente tomar un tentempie. Es un lugar con mucho encanto, la atención es buenísima y nosotros probamos los zumos naturales y estaban espectaculares, además de muy bien acompañados de unos ricos pinchos de tortilla. Viendo después lo que servían a otros clientes nos quedamos con ganas de comer más, sin duda volveremos para quitarnos la espinita. No en vano, nos comentaron que habían participado en un concurso gastronómico en Madrid y habían quedado muy bien situados. 


Nuestro último destino del día era la ciudad de Lugo. Habíamos oído hablar muy bien de ella, bonita, acogedora y se comía bien, y aprovechamos para dejar la furgo por una noche y reservar un apartamento donde recomponernos un poco. 

Pero para llegar hasta allí hicimos como más nos gusta, evitamos las autovías y cogimos algunas comarcales que nos metieran de lleno en la Galicia más profunda. Si se va con tiempo es lo mejor para conocer un poco mejor los lugares por los que viajamos. Y en el camino puedes encontrarte sorpresas como el Monasterio de Santa María de Monfero.




Aunque ni sabíamos que existía y tampoco podíamos dedicarle mucho tiempo (aunque creemos que no se puede visitar por dentro) tuvimos que parar unos minutos a verlo al pasar junto a él. Y es que, pese a estar medio abandonado y parte de sus espacios invadidos por la vegetación, su tamaño resulta impresionante y más aún el de su fachada principal con decoración de ajedrezado.





Aparece en los primeros escritos en el siglo XII pero hoy día por desgracia solo conserva los muros exteriores de roca granítica, la muralla perimetral, fuente interior y otra fuente exterior mientras que el resto de las dependencias están derribadas.




Sin duda un gran broche para un día perfecto de mar y montaña.

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