miércoles, 3 de mayo de 2023

Día 8 Dolomitas (11/07): Lago di Carezza, Moena y Dolomiti Bellunesi

 

Nuestro último día en Dolomitas empezaba con uno de los atractivos más famosos y que no habíamos podido visitar el día anterior por el mal tiempo: el Lago di Carezza.

De camino se pasa por el puerto de montaña Karerpass o Passo Costalunga a 1.752 metros sobre el nivel del mar. 




Al llegar encontramos un hueco libre en las 4-5 plazas que hay fuera del parking de pago, junto a las plazas de motos. Lo normal es que esta zona esté llena y haya que aparcar dentro, el precio en 2018 era 1 €/hora y los primeros 15 minutos gratis, aunque conviene ir pronto o a última hora de la tarde ya que hasta este aparcamiento se puede llenar como vimos cuando regresamos de ver el lago.


Nosotros llegamos allí sobre las 9 y algo y ya había gente pero no era exagerado. 

Por desgracia había bastantes nubes y aunque salía el sol a ratos las cumbres de las montañas que rodean el lago estaban tapadas.

En cualquier caso el entorno y el color turquesa del agua son suficientes atractivos como para visitar el lago aunque no tengamos un día despejado.

Podemos rodearlo caminando por una senda con bancos de madera y e incluso caminar un poco más para llegar al Lago di Mezzo, a unos 20 minutos a pie.

A nosotros nos gustó mucho porque aunque las montañas que lo rodean estaban tapadas y quizá no sea tan espectacular como Carezza había menos gente y se estaba más tranquilo. 

Al volver al de Carezza esperamos un poco por si se despejaba pero no hubo suerte y como había tanta gente decidimos marcharnos.

 


De aquí pusimos rumbo al pueblo de Moena, disfrutando del camino que es otro atractivo en sí mismo.


En Moena hay 2 parkings para dejar el coche, uno más céntrico que encontramos lleno y otro a la entrada del pueblo, junto a la Oficina de turismo, donde lo dejamos nosotros. Es de pago pero los primeros 45' son gratis, tiempo suficiente para dar un paseo por el centro de la localidad.

Aprovechamos para pedir información en la oficina de turismo aunque durante nuestra estancia en Dolomitas nos llamó la atención que los folletos que suelen tener disponibles no son en general muy prácticos, están más enfocados a promoción turística con fotografías impactantes o directamente de alojamientos pero no mapas, guías de senderos o visitas recomendadas.

El pueblo, sin ser una parada imprescindible, nos gustó. Atravesado por el torrente Avisio, rodeado de montañas y con sus casas de colores, no es de los más bonitos pero es agradable para dar un paseo. 

 


La Iglesia de San Vigilio de estilo ladino es uno de sus edificios destacados, con la pequeña ermita de San Volfango a su lado que es el edificio religioso más antiguo de la zona, se cree que del siglo XI.


Como el cielo seguía bastante cubierto no tenía sentido subir en Val di Fassa en ningún teleférico y habíamos mirado otras opciones como continuar por la carretera SS346 para ver la Marmolada por detrás y llegar a Dolomiti Bellunesi que es parque nacional y nos decantamos por ello.

Subimos el puerto de San Pellegrino, donde encontramos desde una estación de esquí y alojamientos turísticos hasta un pequeño lago o la chiesetta di San Antonio, pero está tan tapado que no podemos disfrutar de las vistas de la Marmolada. 

Continuamos descendiendo el puerto por la vertiente Este, disfrutando de las vistas y paramos a comer en un área recreativa a las afueras del pueblo de Cencenighe Agordino con mesas y baños (letrinas en no muy buen estado).

Finalmente sobre las 3 de la tarde llegamos a los Dolomiti Bellunesi, que se caracterizan por sus pozas y desfiladeros. En concreto nuestro objetivo era el Valle del Mis, donde se encuentra el lago del mismo nombre. 


Junto al puente que cruza el lago por su parte norte se puede aparcar para ver la Cascata della Soffia. 

Para llegar hasta ella hay que seguir un camino que se coge detrás del Bar alla Soffia y se ve la cascada entre las rocas, es pequeñita, pero desde aquí podemos ver el lago también (lleno de truchas) y la Chiesa di San Remedio.


Al otro lado del puente está Cadini del Brenton, unas pozas con el agua turquesa muy chulas y que se pueden recorrer fácilmente gracias a un sendero que las rodea. Nosotros no pagamos nada, la caseta de la entrada estaba cerrada, pero por lo que hemos visto cobran 2 € cuando está abierta (más info aquí).

El inicio es una pista de gravilla junto a un área recreativa y una especie de jardín botánico algo abandonado, Campanula morettiana, para después adentrarnos en un túnel boscoso de un verde intenso.

En total son 15 pozas de erosión con sus correspondientes saltos de agua en un tramo de unos 200 metros de longitud y 50 metros de desnivel, si bien 4 de ellas no son visibles desde el sendero que las recorre. 

Aunque se recorre tranquilamente en media hora podemos dedicarle más tiempo ya que las fotos posibles son infinitas.

 


Es importante tener en cuenta que no está permitido salirse del sendero señalizado pero no es necesario para disfrutar de las pozas y las cascadas.


Al inicio y al final se cruza el cauce del río con ayuda de unos puentes de madera que permiten verlas desde arriba y llegar así a un mirador punto final del recorrido.



Para acabar el día iniciamos la vuelta a casa poniendo rumbo a la zona de Valsugana por recomendación de un amigo de José que vivió en Italia un tiempo. Uno de los atractivos de esta zona es el Passo Manghen que salva un desnivel de 1.700 metros y que encontramos entre nubes lo que le da un aire más misterioso. 


Otro de los lugares destacados aquí es el Oasis de Valtrigona, una zona de reserva de WWF que es como un pequeño valle dentro de la cadena Lagorai y que visitamos a la mañana siguiente. 


Ese día ya era tarde y nos conformamos con subir a lo alto del puerto, ver las vistas y volver a bajar para acabar el día en un apartadero junto a unas mesas de picnic.



Y como siempre aquí dejamos el recorrido del día con los lugares de interés visitados:




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