sábado, 16 de agosto de 2014

Etapa 2: Refugio Niu de l’Aliga - Refugio Serrat de les Esposes




Nos levantamos tras un sueño reparador a las 6.30, ya que habíamos quedado en desayunar a las 7. El desayuno consistió en colacao/café, tostada, galletas y alguna cosa más. Para rellenar las cantimploras cuentan con garrafas para los clientes, ya que la fuente más cercana se encuentra a unos 2 km del refugio. Un rato después comenzamos a andar, tras disfrutar de las primeras luces del día y hacer las fotos de rigor.







Iniciamos poco a poco el descenso por una zona de piedras de bastante pendiente y continuamos por la crestería hasta llegar al inicio de la zona de bosque, rodeados de unas vistas inmejorables.







Seguimos a partir de ahí llaneando por la cara norte de la sierra, disfrutando del camino y las pequeñas sorpresas que íbamos encontrando a nuestro paso.


















Unas 2 horas después, tras dejar bajo nuestros pies el túnel del Cadí, llegamos a la zona del Peñas Altas (2276 m), donde una corta pero dura ascensión permite hacer cumbre sin salirse mucho de la senda de la travesía.






Tras disfrutar de las magníficas vistas, tanto hacia la zona del Pedraforca como hacia el valle de la Cerdaña, iniciamos el descenso.



















Al finalizar la bajada continuamos llaneando entre bosque hasta llegar a unos prados que atravesamos rodeando el Moixeró, el cual da nombre en parte al Parque Natural.


Tras una breve parada a sus pies para reponer fuerzas continuamos la ruta, iniciando el descenso por una bonita zona de rododendros.


Sin embargo la bella estampa duró poco. Unos metros después de comenzar a bajar, el camino continúa casi a derecho por una ladera boscosa de bastante pendiente, adentrándose en una canal donde resulta muy difícil no resbalar por la combinación de barro, piedras y raíces. La bajada se hace larga y dura y nos pasaría factura al día siguiente. Al llegar abajo decidimos continuar sin detenernos ya que, aunque tenemos las piernas bastante tocadas, las tormentas vuelven a acecharnos y oímos los truenos demasiado cerca. Se sigue por una pista junto al Torrent d'en Ramon hasta poco antes del refugio, para acceder al cual se debe coger un camino ascendente que, si bien no es muy largo ni con demasiada pendiente, en nuestro caso con las prisas termina de rematarnos.

Llegamos al Refugio de Serrat de les Esposes alrededor de las 2 con ganas de disfrutar de la comida que el día anterior habíamos encargado desde el refugio del Niu de l'Aliga, ya que teníamos intención de acabar pronto la etapa para evitar las tormentas y así no cargábamos con el picnic. Comimos los 2 menús disponibles: ensalada + arroz de montaña y pasta con verduras + lomo en salsa de queso y de postre, flan. Todo muy rico.

Inicialmente la idea era dormir esta segunda etapa en el refugio de Cortals d’Ingla, pero el día que salíamos de viaje nos llamó la guarda del refugio y nos dijo que un grupo de cocineros de la Cerdaña había reservado para esa misma noche y que si bien en cuanto a plazas no había problema, no podían garantizarnos el cumplimiento de horarios y consiguiente descanso, ya que iban a realizar una degustación de productos típicos y gin-tonics que no sabían hasta que hora se podría alargar. Imaginándonos nuestra más que probable necesidad de descanso creímos mejor opción cambiar el planning y acortar la etapa, eligiendo como final el refugio de Serrat de les Esposes. Por las molestias se ofrecieron a gestionarlo todo e incluso a pagarnos la media pensión o llevarnos e irnos a buscar al día siguiente si queríamos mantener las etapas que teníamos pensadas. A toro pasado fue la mejor opción, tanto por tema descanso cuando comprobamos las consecuencias de la velada al día siguiente, como por tema físico, ya que la bajada al refugio de les Esposes nos dejó tocados y haber llegado a Cortals antes de la tormenta nos habría costado bastante.

Después de comer, hasta que la lluvia hizo acto de presencia, estuvimos descansando, jugando a las cartas, disfrutando de los alrededores y descubriendo rincones...



El refugio tiene en la parte delantera un área de pic-nic con mesas de piedra y barbacoas, donde se encontraban jugando algunos de los “húespedes” del refugio.


A las 19.30 se sirvió la cena que consistió de nuevo en pasta y lomo, por lo que en mi caso tocó repetir, ya que no habían contado con que cenábamos también allí a la hora de ofrecernos los menús para la comida. Como estaba muy bueno todo no me costó demasiado esfuerzo...
Tras la cena nos preguntaron por el picnic y la hora de desayuno. Escogimos entre 3 o 4 tipos de embutido (en mi caso de nuevo longaniza) y como nuestra idea era madrugar bastante se ofrecieron a dejárnoslo todo preparado para que pudiésemos salir a la hora que quisiéramos. Tras reposar la cena, pagamos la cuenta pendiente y nos fuimos a dormir. Les dejé mi móvil a las guardas para que me lo cargaran durante la noche, ya que sólo tenían acceso ellas al enchufe que funcionaba.

El refugio estaba casi completo con gente que fue llegando a última hora, tanto realizando la travesía, como ciclistas y jinetes, y fue complicado coger el sueño, ya que las paredes son bastante finas y se oía todo. A media noche comenzó a llover y estuvo así varias horas. Por desgracia la habitación donde dormíamos tenía una gotera muy cerca de donde yo dormía y, aunque no llegó a mojarme, el ruido que hacía no ayudaba demasiado a conciliar el sueño, lo que añadido a los ronquidos habituales y las agujetas en las piernas que empezaban a hacer acto de presencia, hizo que la noche se hiciera por desgracia larga e incómoda.

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