miércoles, 18 de julio de 2018

Día 13 Viaje Alaska (10/09): Russian River Falls y Turnagain Pass


Quedaban ya pocos días para acabar nuestro roadtrip por Alaska y tocaba iniciar el regreso a Anchorage que haríamos en dos jornadas. Por desgracia, a la sensación triste que suele acompañar estos últimos días de un viaje se juntó un tiempo un poco revuelto que hizo que tampoco pudiéramos disfrutar mucho de lo que nos quedaba por ver. Aún así el tiempo inestable y con nubes bajas nos trae también imágenes especiales que nos encantan.



El primero de estos dos días, tras haber pasado la noche en el parking del hipermercado Fred Meyer en Soldotna, recorrimos la Sterling Highway de vuelta.






Nuestra primera parada fue para ver las Russian Falls, unas cascadas a las que se llega caminando en aproximadamente 1 hora desde el aparcamiento que hay en la carretera de acceso al Russian River Campground. Para acceder hay que pagar 11$ en una caseta de peaje que encontramos al coger el desvío. Hay además dump station que nosotros aprovechamos y si no encontramos sitio en el parking justo donde empieza el trail hay otro más adelante.








Hasta las cascadas hay unas 2 millas por un camino bastante ancho y sin desniveles importantes. La ruta se puede continuar hasta los lagos Russian Lower Lake (3 millas y 150 m de desnivel), Russian Upper Lake (12 millas y 200 m de desnivel) o Cooper Lake, con un total de 22 millas y refugios por el camino para pernoctar.







Por el camino podemos encontrar multitud de habitantes de la zona como ptarmigans (hembra y macho) y hasta osos grizzlies que bajan al río a pescar salmones, aunque nosotros no tuvimos suerte. Aunque esta parte de la ruta está bastante transitada recomiendan llevar spray para ahuyentarles por si se produjera un encuentro e ir haciendo ruido para evitarlos.




También encontramos otros pequeños tesoros como estas amanita muscaria, famosas por su aspecto y toxicidad.



El camino es bastante agradable, se hace llevadero y al cabo de aproximadamente una hora llegamos a las cascadas.



Éstas se ven desde unos miradores de madera y lo que más nos impresiona es la cantidad de salmones que hay en la parte baja tratando de remontar el curso del agua. De ahí que sea un lugar ideal para ver osos relativamente cerca pero con la seguridad de estar en un mirador elevado sobre ellos.


Estuvimos bastante rato viendo los salmones y haciendo fotos y vídeos, lo cierto es que nos resultaba increíble que pudieran conseguir superar los saltos de agua y más aún una cascada. 



Pero de vez en cuando sí que alguno conseguía avanzar aunque fuera poco a poco, saltito a saltito, y tras haberlo intentado infinidad de veces.




Durante la espera hicimos una amiguita: una simpática ardilla acostumbrada a la presencia de personas y que subía y bajaba de los árboles con total tranquilidad acercándose a nuestros pies sin ningún tipo de miedo.



Como el Lower Russian Lake no está demasiado lejos de las cascada continuamos caminando un rato más pero al poco vimos que el camino se iba volviendo más empinado y que no estaba tan transitado, por lo que al no llevar spray para los osos y como parecía que había posibilidad de lluvia decidimos regresar al coche y comer allí tranquilamente.

Aunque para nosotros uno de los mayores alicientes era ver los osos desde el mirador y no lo conseguimos, la ruta nos gustó mucho y la repetiríamos sin dudarlo, solamente ver tantos salmones tratando de remontar el río ya merece la pena.


El día parecía que mejoraba a ratos pero otros se cubría y se ponía a llover, así que seguimos avanzando con la caravana mientras parábamos en lugares junto a la carretera que nos llamaban la atención, principalmente lagos como el Kenai o el Tern Lake.




También paramos más adelante, ya en la Seward Highway, en el Summit Lake y su hermano pequeño el Lower Summit Lake, rodeados de los ya habituales bosques de píceas y montañas de colores otoñales.





Continuamos por la Seward Highway ganando altura entre montañas nevadas hasta el Turnagain pass, el puerto que precede al Turnagain arm, de unos 300 metros de altitud y donde paramos a dar un paseo.





Cerca del área de descanso que cuenta con WC, hay varios laguitos y aunque el tiempo no acompañaba demasiado nos vino bien estirar un poco las piernas y disfrutar de este rincón tan poco conocido y con el que no contábamos.





Esta zona es frecuentada en invierno por amantes de las motos de nieve y el esquí de travesía, ya que es relativamente frecuente que se acumulen espesores superiores a los 4 metros.


Alguno de los lagos llama la atención por su agua turquesa que permite ver el fondo con facilidad.




Pese a la lluvia, que hizo acto de presencia en algún momento, disfrutamos mucho este paseo y como íbamos bien de tiempo y  nos quedaba un día para la zona del Turnagain arm decidimos pasar la noche aquí con la esperanza de ver algún último animal salvaje.





Por desgracia no hubo suerte pero lo cierto es que la noche fue tranquila y no nos molestó apenas el ruido del tráfico, es uno de tantos lugares que podemos encontrar en Alaska donde establecer gratuitamente nuestro hogar por una noche.


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