Supongo que todos a los que nos apasiona viajar tenemos una lista de destinos soñados que nos gustaría hacer realidad algún día, aunque por desgracia esa lista suele ser demasiado larga y somos conscientes de que salvo que nos toque la lotería será difícil completarla, por lo que con cumplir alguno de ellos nos solemos conformar. En nuestro caso al menos son unos cuantos: Nueva Zelanda, Alaska, safari en África, Canadá, islas Lofoten, Machu Pichu, la Antártida...
Si podemos cada año nos gusta hacer un "gran viaje", que no tiene porqué ser muy lejos pero si especial y algo más largo que el resto de escapadas que hacemos durante el año. Pero este año era todavía un poco más especial y decidimos lanzarnos un poco a la piscina y elegir un destino de la lista de soñados para nuestra luna de chocolate :)
Por fechas, precios e interés quedaron como finalistas Alaska y Canadá y tras buscar información y sin mucho tiempo para darle vueltas nos quedamos con el primero. Desde el primer momento teníamos claro que queríamos ir con la casa a cuestas, llevarnos nuestra furgo no era una opción pero un roadtrip en autocaravana nos apetecía mucho. Por lo que vimos, ambos destinos salían parecido de precio y Alaska nos atrajo algo más por el tema de la fauna salvaje, teníamos esperanzas de ver alces, caribúes, ballenas, bisontes y sobre todo osos, uno de nuestros animales favoritos.
Una vez decidido el destino tocaba reservar vuelos, autocaravana y la habitual búsqueda de información sobre actividades y lugares a visitar, principalmente en Internet y en otros blogs, aunque nos dimos cuenta que no era un destino muy frecuentado en general y menos aún por españoles, al menos hasta hace poco. Todo esto y más estará pronto en una entrada de cuestiones prácticas para viajar a Alaska.
Por fin conseguimos organizar ideas y hacer un pequeño planning para los 15 días que duraría el viaje, aunque en este más que en ninguno de los que habíamos hecho hasta entonces el orden no estaba para nada establecido y lo iríamos adaptando según fuéramos viendo a lo largo de la ruta. El recorrido que finalmente hicimos fue el siguiente:
- Día 1 (29/08): vuelo Bilbao - Anchorage con escala de unas horas en Frankfurt
- Día 2 (30/08): Talkeetna y vuelo en avioneta al sur del Denali
- Día 3 (31/08): Denali National Park, un par de paseos y visita a los perros de los trineos
- Día 4 (01/09): Shuttle bus a Wonder Lake en Denali NP
- Día 5 (02/09): alrededores de Fairbanks, Chena Hot Springs y visita a Papá Noel
- Día 6 (03/09): Richardson Highway, Keystone Canyon, Worthington Glacier y Valdez
- Día 7 (04/09): Salida en barco desde Valdez al Columbia Glacier
- Día 8 (05/09): Chitina, Glenn Highway y Matanuska Glacier
- Día 9 (06/09): Turnagain Arm y Seward
- Día 10 (07/09): Exit Glacier, Sterling Highway y Skilak Wildlife Recreation Area
- Día 11 (08/09): Kenai y Vuelo a ver osos en Crescent Lake (afueras de Lake Clark NP)
- Día 12 (09/09): Península de Kenai, Ninilchik y Homer
- Día 13 (10/09): Russian River Falls, Turnagain Pass
- Día 14 (11/09): Alaska Wildlife Conservation Center, Portage valley y Turnagain Arm
- Día 15 (12/09): Anchorage y vuelo de vuelta a Bilbao
Como suele ocurrir en la mayoría de los viajes, cuando acaban piensas que algunas cosas las podrías haber hecho de otra manera, pero lo indudable es que Alaska es un destino espectacular sobre todo para los amantes de la naturaleza y los animales. Allí podemos encontrar infinidad de lagos, bosques, glaciares, cascadas, montañas... pero hay que asumir que es caro, o al menos supone un desembolso importante, aunque se intente ajustar al máximo el presupuesto.
Quizá una de sus mayores cualidades es también una desventaja, y es que su inmensidad a la vez que impresiona dificulta el moverse y se requiere bastante tiempo para ir de un lado a otro. Además no todas las carreteras están en perfectas condiciones, hay muchas sin asfaltar y otras con baches importantes, por lo que si se va con caravana hay que reducir la velocidad si no se quiere acabar del revés.
También conviene tener en cuenta que apenas hay grandes ciudades ni lugares de interés cultural o monumental por lo que, al ser un destino donde sus mayores atractivos son naturales, el tiempo juega un papel determinante y puede convertirse en nuestro mejor aliado o el peor de los enemigos. La suerte también es un factor importante a la hora de ver animales salvajes, podemos esperar que aparezcan durante largo rato sin éxito y luego encontrarlos en los lugares más insospechados, o escuchar gente que los ha visto varias veces y nosotros ni haberlos olido.
Sea como fuere, hay muchas cosas que convierten Alaska en un destino único que esperamos iros descubriendo en este diario de viaje.
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