lunes, 24 de septiembre de 2018

Etapa 2 Senda de Camille: Arlet - Gabardito


El segundo día de nuestra "mini" Senda de Camille lo íbamos a dedicar a dividir la original en 2, era el recorrido que nos permitía hacer media senda uniendo el refugio de Arlet con el de Gabardito (track aquí).

Desayunamos sobre las 7 y antes de las 8 ya estábamos en marcha. Lo primero nos toca subir hasta el collado d'Arlet, que coincide con la divisoria entre Francia y España.



Situado a casi 2.100 metros de altitud, desde él tenemos unas vistas espectaculares, tanto hacia el lago de Arlet y el refugio de donde venimos, con el Midi al fondo, como hacia la parte española y el Castillo de Acher.



Desde aquí tenemos además un balcón privilegiado al valle de Aguas Tuertas, tanto que si se hace la Senda de Camille completa y no toca pasar por aquí merece la pena subir en un momento desde el refugio para verlo.








Nuestro recorrido continúa al otro lado del valle, por lo que toca descender por un sendero entre piedras que se pierde a ratos hasta el fondo de éste, cruzarlo y remontar unos metros por él. Son algo más de 400 metros de desnivel de bajada pero al menos vamos disfrutando de las vistas espectaculares.

Cuando estamos llegando abajo vemos multitud de buitres a los pies de la ladera cerca de donde estamos y pronto descubrimos el motivo: el cuerpo de una vaca les sirve de alimento a pocos metros de allí.



Es curioso verlos cómo se mueven, remontando la ladera despacio ya que probablemente estén llenos por el atracón que se están metiendo. 



Pero es más sorprendente aún cuando después de cruzar el río (para lo que tratamos de buscar el mejor sitio aunque no es sencillo no mojarse los pies), vemos como en un momento determinado decenas de vacas que estaban pastando tranquilamente echan a correr hacia allí y se quedan alrededor del cuerpo, no sabemos si intentando protegerlo o porqué lo hacían. 




Lo cierto es que este valle no lo conocíamos y nos impresionó. Hay abundante ganado, tanto vacas como caballos, pero se respira una magia especial. Desde aquí se puede acceder además al ibón de Estanés por uno de sus accesos más conocidos.



Tras cruzar el río remontamos su curso unos metros para después girar a la derecha por el Barranco de la Rueda junto al cual ascendemos durante un rato, disfrutando de las caprichosas formas que el agua va dejando a su paso.





Así iniciamos el ascenso fuerte del día hasta el Collado de Achar de los Hombres, a 2.155 metros de altitud.







Vamos siguiendo alguno de los senderos que van haciendo las vacas, comprobando el GPS para no despistarnos, ya que en este tramo no encontraremos ninguna marca al no ser etapa de la Senda de Camille.



A medida que ascendemos empezamos a ver neveros que aún quedan de un invierno que afortunadamente ha sido más generoso de lo que viene siendo normal los últimos años.





En algunos puntos el sendero se pierde y entre senderistas nos ayudamos con hitos para saber por dónde va el camino.






Mientras subíamos nos adelantan 2 chicos cargando con la bici de montaña y cuando llegamos al collado les vemos avanzar por una de las aristas, desde donde al rato inician el descenso mucho más cómodo sobre 2 ruedas.


En este punto volvemos a encontrar algunas marcas amarillas y verdes de la Senda de Camille, ya que una de las variantes, la que une Selva de Oza y Gabardito, pasa por este collado.

Desde aquí además tenemos vistas en primera línea del imponente Castillo de Acher y entendemos el porqué del nombre ya que desde donde estamos parece inexpugnable.



Pero aún nos queda subir unos 100 metros más, hasta alcanzar los aproximadamente 600 de desnivel positivo total desde Aguas Tuertas, para cambiar de valle e iniciar el descenso a Gabardito, nuestro destino del día.


El camino pasa entre unas moles rocosas para llegar al collado. En esta zona llama la atención lo intensos que son los colores: rojos las piedras y la tierra, verde los prados, blanco de otros tipos de rocas...



Una vez en lo más alto, a más de 2.200 metros de altitud, toca iniciar el descenso. Aquí hace algo más de aire así que no nos entretenemos demasiado. La bajada es, sobre todo la primera parte, por pedreras y se pueden seguir varias opciones, casi todas bastante a derecho por lo que llegamos abajo con las rodillas algo tocadas. Al otro lado vemos otro de los protagonistas de la zona, el Bisaurín.



Al acabar esta parte más fuerte del descenso aprovechamos para comer junto a unas bonitas pozas que se forman cerca del camino.



Después cruzamos el río y seguimos bajando por la margen derecha, pasando junto al Refugio libre de Secús. Unos metros más adelante encontramos varios saltos de agua que amenizan la bajada y se merecen unas fotos.



Seguimos descendiendo, toda esta primera parte por zona rocosa y hacia el final empezamos a encontrar algo de bosque, pero apenas encontramos algún tramo de sombra por el camino.




Ya bastante abajo donde casi finaliza el descenso y se llanea o baja con menos desnivel, nos juntamos con el GR y la Senda de Camille, que suben hacia el refugio de Dios te salve y por donde transcurre nuestra siguiente etapa hacia Lizara.


Nosotros seguimos camino abajo, primero junto a imponentes paredes de piedra y luego atravesando un bonito bosque de hayas con el que en pocos minutos llegamos al refugio.



El refugio está al borde del bosque, junto a una gran explanada, hasta donde se puede llegar en coche. De hecho es uno de los puntos de inicio de la travesía preferidos. 




En el refugio no hay cobertura pero si nos desplazamos por la pista de acceso a él y por la explanada próxima podemos encontrar en algún punto. A nosotros nos pilló de imprevisto una tormenta enorme y tuvimos que volver corriendo al refugio.





La reserva la habíamos hecho por teléfono y no nos pidieron ninguna fianza, aunque el año anterior cuando lo organizamos sí que nos pidieron una transferencia de 20 € y al final al no poder hacerla lo perdimos. El precio total en media pensión los 2 son 75 € (38 €/persona - 1€ si estás federado).

Para dormir nos asignan 2 camas en una de las habitaciones de abajo. Son de literas con capacidad para unas 20 personas cada una. Junto a ellas están los baños para compartir con lavabos, 2 duchas y WC. En el piso de arriba nos dijeron que había habitaciones con baño.





La cena es a las 20 horas. Nos agrupan en distintas mesas poniendo nuestros nombres en los manteles y nos toca un grupo muy majo, nos lo pasamos muy bien hablando de viajes y nos reímos un montón. Cenamos espaguetis, pollo con patatas y helado, todo muy rico.

El desayuno también es de los mejores. Hay zumo, leche, galletas, pan tostado, yogur, melón, magdalenas... y se sirve de 7 a 8:30.



En conclusión el refugio de Gabardito está muy bien tanto para hacer rutas de día por la zona como para hacer noche durante una travesía o tomar algo si estamos pasando el día por la zona, ya que tiene una estupenda terraza con mesas donde descansar tranquilamente.

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