Hace unos años probablemente ni nos hubiésemos planteado visitar Lugo, no somos muy urbanitas y no estaba en nuestra lista de ciudades imprescindibles, pero unos amigos nos la recomendaron y la verdad es que no nos defraudó, más bien todo lo contrario.
No realizamos ningún tour aunque hubiese sido interesante, ni entramos a ningún museo o edificio monumental, nos limitamos a callejear, pasear por su muralla y perdernos por sus rincones. Aún así siempre nos gusta conseguir un mapa por si nos perdemos o por curiosidad para saber qué son algunos sitios que nos llaman la atención (podéis descargar el mapa de Lugo aquí).
Y es que en Lugo es más que evidente su pasado romano en las termas, la muralla o el puente sobre el Miño. De hecho, la muralla, del siglo III, es la única en el mundo que se conserva entera y por ello es hoy día Patrimonio de la Humanidad.

La leyenda dice que los romanos la construyeron no para proteger una ciudad sino un bosque, el "Bosque Sagrado de Augusto", en latín "Lucus Augusti" y de ahí el nombre de Lugo. Hoy el bosque es un misterio, pero la muralla sigue en pie desafiando el paso del tiempo.

Fue construida hace más de 17 siglos siguiendo las directrices de Vitruvio. En algunos puntos alcanza los 7 metros de ancho y cuenta con 71 torres y 10 puertas. Aunque la mayoría han sido modificadas, las de Miñá, Falsa y San Pedro se conservan desde época romana sin apenas cambios.
