viernes, 29 de marzo de 2019

Escapada invernal al Valle de Tena


Nos encanta la nieve y siempre que podemos nos gusta hacer una escapada invernal al Pirineo u otras zonas de montaña donde podamos disfrutar de ella. Este año nos hemos decantado por el Valle de Tena. Aunque ya estuvimos hace 4 años por estas fechas, aquella ocasión tuvo como objetivo esquiar en Formigal y ahora nos apetecía algo diferente, también esquí pero ampliando a otras cosas.

Al final nos escapamos 4 días y estas son nuestras recomendaciones:

  • Parque faunístico de Lacuaniacha


Situado en Piedrafita de Tena, se trata de un "bioparque" donde podemos encontrar representación de flora y fauna del Pirineo.

Al ser invierno está completamente nevado, de hecho es recomendable llevar botas de montaña y bastones ya que hay zonas donde puede haber hielo y resbala bastante. Aunque esto nos impide disfrutar de la flora es mucho más fácil ver los animales. Todos ellos han nacido en cautividad, provienen de centros de recuperación o han sido rescatados. Además los recintos están preparados para que la fauna autóctona pueda entrar y salir del parque fácilmente por lo que podemos ver topos, ardillas, aves u otros animales en libertad en los alrededores.



Abre todos los días del año, aunque el horario varía según la estación. En invierno está abierto de 10 a 18 horas y el precio de la entrada va desde los 12 € para niños mayores de 4 años y adultos mayores de 65 hasta los 16 € del resto de adultos (más información en su web). Además nos informaron que con la entrada teníamos un descuento del 10 % en la tirolina de Hoz de Jaca abierta a partir de marzo-abril y en la que habíamos estado hace un par de veranos y disfrutado como niños.

La visita se hace siguiendo un recorrido circular de unos 4,5 kilómetros a través del bosque  por un sendero que pasa entre los recintos donde se encuentran los alrededor de 120 individuos de 15 especies diferentes que habitan aquí. En la cota más alta alcanzamos los 1580 metros de altitud.



Estos son algunos de los animales que podemos encontrar en el parque:

  • Zorros:
Los zorros están presentes en toda la península ibérica y aunque en general prefieren hábitat boscosos cada vez se encuentran más próximos a poblaciones donde les es más fácil encontrar alimento.


Suelen ser animales solitarios pero tras la época de celo la pareja permanece unida para encargarse de la cría de los cachorros. Como curiosidad, utilizan su peluda cola como almohada.




  • Lobos ibéricos:
Se trata de una subespecie endémica de la península cuya presencia en el medio natural quedó restringida por la caza a zonas muy concretas. En libertad suelen formar manadas de cinco a siete individuos.



  • Ciervos:
Los ciervos son los cérvidos más grandes de la península ibérica.



Son de color rojizo en primavera y verano y más grisáceos en invierno y los machos destacan por desarrollar grandes cuernas. 




  • Corzos

Los corzos son de la misma familia que los ciervos, pero son los miembros de menor tamaño en la península, con unos 75 cm de altura y hasta 30 kg de peso.




Tienen el hocico negro y ojos y orejas grandes. Corren dando saltos entre los bosques, aliméntandose de brotes y pastos.


Son animales solitarios y en libertad es raro ver más de 3 juntos. Su esperanza de vida ronda los 14 años.





  • Sarrios:

Su hábitat se localiza entre los 1500 y 3000 metros de altitud aunque bajan a cotas más bajas en invierno. Se trata de animales sociales, forman grupos de machos o de hembras con sus crías y ambos sexos presentan cuernos de tamaño similar aunque los machos los tienen más separados. Son quizá los más fáciles de ver en libertad en el Pirineo.



  • Renos:

Es una especie distribuida por todo el hemisferio norte y en el norte de Europa son usados como ganado, como pudimos ver durante nuestro viaje del año pasado a Lofoten. Son animales adaptados al frío ya que tienen un espeso pelaje en invierno y las pezuñas más anchas que los ciervos ibéricos para no hundirse en la nieve.


Ambos sexos tienen cuernas con la peculiaridad de que los machos las pierden a finales de diciembre y las hembras en primavera. 




  • Muflones:

Estos curiosos animales, similares a ovejas salvajes, destacan por los grandes cuernos que tienen los machos en forma de espiral. Las hembras pueden desarrollar o no cuernos. Suelen encontrarse en zonas montañosas entre los 1000 y 1500 metros de altitud y viven en manadas, guiadas por las hembras de mayor edad.


Su pelo es pardo-rojizo con manchas blancas en el hocico y el vientre. En invierno a los machos adultos les aparece una mancha blanca en el lomo llamada “silla de montar”.



  • Linces boreales

Es el pariente europeo del Lince Ibérico, de tamaño mayor y con un pelaje más denso. Se trata de un gran depredador, capaz de atrapar animales que doblan su peso. 



Son animales solitarios que habitan zonas forestales, donde disfrutan de subirse a los árboles. Cada macho defiende grandes territorios, donde pueden coexistir una o dos hembras y suelen tener de una a cinco crías. 





  • Jabalís

Son parientes cercanos del cerdo doméstico. Les gustan los terrenos de matorral y bosque con mucha vegetación. Tienen cuerpo robusto y patas cortas con pelo corto y fino cubierto por una capa de cerdas largas y fuertes. Cuando llegan a la edad adulta son oscuros pero en su edad temprana el color es pardo con tres o cuatro bandas amarillentas a lo largo del cuerpo. Los machos tienen colmillos muy desarrollados que sobresalen de su hocico.



  • Gamos

Los gamos son de la misma familia que los ciervos y los corzos, los cérvidos, pero de tamaño intermedio entre ambos, con una altura entre 70 y 90 cm y peso de 30 a 65 kg. Viven unos 10 años y sus hábitos son más nocturnos.


Los machos tienen grandes cuernas que mudan una vez al año. Su periodo de reproducción se conoce como "la ronca" por el sonido que emiten éstos. La pigmentación de su pelaje varía del blanco al gris oscuro aunque la más común es color pardo rojizo con manchas blancas.


Suelen habitar en bosques de hoja caduca y aquí en Lacuniacha nos los podemos encontrar a pocos metros ya que el sendero atraviesa la zona de bosque en la que se encuentran.



  • Cabra montés



Suelen habitar en bosques y matorrales de media y alta montaña. Son grandes escaladores y sorprende verlos subir por paredes casi verticales o por hielo.



Los machos tienen grandes cuervos curvados hacia atrás y suelen formar grupos de machos o de hembras con crías.




  • Bisontes

Se trata de los herbívoros de mayor tamaño de Europa que llegaron casi a extinguirse, quedando únicamente 13 ejemplares en libertad. Gracias a programas de recuperación como en el que colabora Lacuniacha actualmente existen alrededor de 2700. Viven en manadas de 10 a 30 individuos dominados por un macho viejo y son grandes deforestadores, creando claros en bosques espesos. Nosotros sólo pudimos verlos de lejos porque estaban metidos en la caseta.



Encontramos otros animales, como el caballo de Przewalski, bovinos de Heck u osos pardos. Estos últimos en invierno están hibernando y no se les ve, aunque vimos huellas en la nieve de su recinto como si hubieran salido en algún momento.



En algunos puntos podemos disfrutar además de unas vistas espectaculares del valle, como llegando al cercado de los osos.




El parque tiene un aparcamiento gratuito a la entrada desde el que hay ya unas vistas magníficas de las montañas de los alrededores y lo cierto es que, pese al frío, la zona merece una visita.





  • Ruta con raquetas al ibón de Piedrafia y al arco natural


Una de las actividades estrella en el valle es el senderismo. Partiendo del Parque faunístico de Lacuniacha está una de las rutas más famosas de la zona que nos lleva hasta el ibón de Piedrafita. En invierno hay nieve desde el principio y aunque se puede ir con botas, hay tramos en los que son más que recomendables las raquetas. No es la única ruta pero quizá sí de las más llamativas.



Casi desde el principio las vistas son impresionantes ya que además tuvimos mucha suerte con el tiempo y el cielo estaba totalmente despejado.




Vemos al fondo las montañas de Panticosa y en la parte baja del valle el embalse de Búbal, mientras que a donde nos dirigimos es a los pies de Peña Telera.





La primera parte es por pista, aunque algún tramo se puede atajar por sendero a través de bosque o seguir la pista si resulta más cómodo.






Así vamos subiendo y llaneando hasta llegar al Refugio de Telera.




Desde ahí volvemos a la pista para subir por el Barranco del Boj. Al ir ganando altura cada vez tenemos mejores vistas hacia el otro lado del valle.



Subimos junto al río cuyas aguas vienen del ibón al que nos dirigimos, encontrándonos imágenes curiosas formadas por el hielo y la nieve.



El ascenso es agradable y se lleva bien, no es demasiado exigente.



Seguimos subiendo por el margen derecho hasta que cruzamos para la subida final al ibón.



En la parte final hay que tener cuidado porque al tener más pendiente suele haber menos nieve y placas de hielo.


El ibón está por supuesto cubierto de nieve, pero igualmente el paisaje es espectacular y merece la pena totalmente llegar hasta aquí y dedicarle un buen rato.


Es consecuencia de una represa que cierra el agua que cae de las montañas próximas.


En aragonés reciben el nombre de ibones los lagos de montaña de origen glaciar, generalmente por encima de los 2.000 metros de altitud. Se cree que la palabra viene de "ibai", que en euskera significa río, porque se usaba para designar fuentes de agua. En catalán se les conoce como estanys y algunos se aprovechan para alimentar pequeñas centrales hidroeléctricas y en otros habitan seres mágicos como las hadas.



 Aunque ya el llegar hasta aquí es un bonito objetivo de ruta, con el tiempo tan bueno que hacía decidimos continuar, ya que habíamos visto que no muy lejos estaba el Arco natural de Piedrafita.


Las vistas por supuesto no defraudan, aunque en algunos momentos tenemos que quitarnos las raquetas ya que el tiempo anticiclónico y la subida de temperaturas de los últimos días hacían que la nieve se fuera a marchas forzadas.



Así llegamos en una media hora al arco, situado en un entorno que merece mucho la pena aunque no se vaya a subir hasta él.




El arco de Piedrafita es una formación natural en un macizo rocoso como consecuencia de la erosión.



Nosotros aprovechamos para comer a sus pies contemplando la magnífica panorámica que teníamos en 360 º.





Aunque intentamos subir hasta el arco, cerca ya de la parte alta tuvimos que darnos la vuelta, ya que tiene bastante pendiente y no lo vimos muy seguro con la nieve que había.


Además en los alrededores son habituales los aludes por lo que vimos.



El sol empezaba a ocultarse detrás de las montañas a nuestra espalda así que sin más dilación iniciamos el regreso, pero en lugar de volver por donde habíamos venido decidimos completar el recorrido circular.





Fue casi todo descenso, primero en zona abierta y luego entre bosque, hasta llegar a una pista que llaneando nos lleva de regreso al coche. En total casi 11 km con un desnivel acumulado de unos 600 metros.




Aunque la ruta creemos que está marcada, en invierno con la nieve es fácil despistarse por lo que conviene llevar GPS. El track y más información lo tenéis en Wikiloc.


  • Esquí en Panticosa


Por supuesto, el esquí no podía faltar en nuestra recomendación de actividades invernales en el Valle de Tena. La estación de Aramón Formigal - Panticosa suma un total de 180 km esquiables, 146 pistas y 37 remontes y es posible comprar un forfait independiente para cada una de ellas o combinado para ambas.



Aunque sin duda la fama se la lleva Formigal, por relevancia y tamaño, nosotros ya la conocíamos y nos gusta más explorar nuevas opciones que ir a lo seguro, así que en esta ocasión nos decantamos por Panticosa. Nos habían comentado que era una estación muy familiar, mucho más pequeña pero con unas vistas espectaculares y la verdad es que no les faltaba razón.



Al ser un día entre semana (miércoles, lo que también significó forfait más barato), encontramos poca gente, la mayoría escuelas y familias, y apenas tuvimos que hacer más de 2 minutos de cola en los remontes. Nosotros pagamos 75,80 € por 2 forfaits de adulto con seguro, gestionado por el alojamiento en el que nos quedábamos. Hay que tener en cuenta que ahora Aramón cobra por las tarjetas de los forfaits: 1 € si es de un sólo uso o 3,5 € por tarjetas recargables no reembolsables y en las que aplica un 10 % de descuento a partir de su siguiente compra.



Quizá uno de los mayores inconvenientes es el acceso, ya que hay que coger un telecabina para subir a la zona principal de la estación y si se quiere bajar esquiando es recomendable tener cierto nivel, ya que las pistas que bajan a cota 1.145 m metros son rojas. En esta zona baja encontramos las taquillas, parquing gratuito, tiendas de alquiler y el núcleo de la población con tiendas, restaurantes y farmacia entre otros. Nosotros alquilamos un equipo completo de esquí de adulto en Petrosos sport por 18 €.

Por otro lado, efectivamente la estación no es muy grande y para esquiadores expertos se puede recorrer tranquilamente en una mañana. Sin embargo, además de la tranquilidad, tiene algo que para mí fue sin duda lo mejor: las vistas.




Cogiendo la telesilla Javier Escartín se llega a 2.220 metros donde encontramos un mirador de excepción sobre el valle de Tena con el embalse de Búbal abajo y al fondo cumbres como Peña Telera, el Midi d'Ossau o la Peña Foratata.







Desde ahí también vemos la sierra que cierra la estación con el Pico Sabocos, de 2.757 metros, dominante sobre el resto.



A sus pies encontramos además el ibón del mismo nombre, completamente helado y cubierto de nieve en estas fechas, dando nombre también al telesquí que llega hasta él.



Y no es ese el único ibón que encontramos en la estación, el de Asnos no está muy lejos y pasamos sobre él por una de las pistas.



En conjunto una experiencia genial para quitar el gusanillo del esquí y ver el valle desde otra perspectiva, escapando de la popularidad de Formigal y poniendo el tic en otra estación visitada.


  • Ruta a los ibones de Anayet


El Anayet es uno de los picos más famosos de esta parte del Pirineo aragonés, en parte por su inconfundible silueta. A sus pies encontramos unos bonitos ibones que son además un balcón de excepción.





Para llegar a ellos la ruta más habitual es desde el parking Anayet de la estación de esquí de Formigal. Son algo más de 3 km con 500 metros de desnivel y regreso por el mismo camino. Aunque no tiene mucha pérdida y al ser tan popular suele haber huellas de sobra, os dejamos el track aquí.



Al salir de la estación hay que tener cuidado de no meterse en las pistas. A los pocos metros ya cogemos el barranco de Culivillas.







En la subida vamos por la margen derecha del barranco (según baja el agua) pero nos parece más sencillo ir por el otro lado y es lo que hacemos en la bajada, por lo menos en un tramo intermedio. Después ya se cruza y se sube todo el rato por el lado derecho (el izquierdo según subimos).




Aunque coincide con el GR 11 con nieve es difícil ver las marcas y vemos apenas un par en todo el recorrido. 








El ir ganando altura así nos va ofreciendo ampliar el campo de visión de lo que dejamos a nuestra espalda y cada vez que nos giramos nos quedamos sin palabras.


La subida en general es llevadera hasta la última pala antes del ibón donde se vuelve más pronunciada y hacemos un poco de zig-zag para subir más fácilmente.



Pero todo esfuerzo tiene su recompensa y en la montaña en general las subidas exigentes te premian con unas vistas que te hacen olvidar rápidamente todo lo que has padecido.




Una vez en lo más alto nos damos de bruces con 2 de los picos más famosos de la zona: el Anayet  y el Midi d'Ossau.




A sus pies la planicie de agua helada cubierta de nieve que hace que todo sea de un blanco homogéneo.


Y de donde venimos la vista es todavía más espectacular si cabe, con la zona de los Infiernos al fondo. 



Una pena que al llegar a los ibones el viento soplaba muy fuerte y no pudimos estar mucho rato. Nos hubiera gustado disfrutarlos con calma y asomarnos al otro balcón, en el lado opuesto del ibón, pero estaba bastante desapacible e iniciamos el regreso.




Ya sólo queda bajar por el mismo camino con ganas de volver en verano para ver un paisaje muy distinto pero igualmente impresionante.




  • Alojamiento


Por último, escogimos para alojarnos los apartamentos Casa Patro, en Tramacastilla de Tena, un pueblo pequeño pero agradable y con bastantes servicios ya que tiene banco, panadería/tienda de comestibles y tienda de alquiler de esquís.


Reservamos a través de Booking por 60 €/noche un apartamento para 2 super completo y con vistas excelentes de Peña Telera, tanto al amanecer como al atardecer.


El apartamento para 2 estaba en la tercera planta, era abuhardillado, lo que nos encanta, pero sin ser incómodo, porque con la altura de José puede ser un problema.




En un mismo espacio están la habitación, con la cama y unas estanterías, y la cocina, aunque se pueden separar por un biombo para tener más intimidad.



La cocina es muy completa para lo pequeña que es, hay horno/microondas, nevera, vitrocerámica, todo tipo de utensilios, lavadora...


El baño es muy acogedor, amplio y con una ducha de la que nos llamó la atención su suelo de pizarra, mucho más seguro ya que no puedes resbalarte. Había secador de pelo y jabón. Además, hay calefacción en el suelo aparte de los radiadores habituales, lo que hace una delicia pasear descalzo viendo la nieve fuera.



Por último, tiene un salón-comedor independiente, con un sofá de 2 plazas que se abre para poder estirar las piernas, mesa, sillas y una tele.



Pero lo mejor del alojamiento es su dueño, José, muy atento y servicial, te ayuda en todo lo que puede, recomendando sitios que ver en función de los intereses de cada uno y estuvimos un buen rato charlando con él. También nos proporcionó los forfaits para esquiar en las estaciones del valle, Panticosa y/o Formigal.

Y como remate, el restaurante Casa Patro situado en la planta baja y que lleva el hermano de José, cenamos una noche allí y nos quedamos con ganas de volver a probar más platos. No es especialmente barato pero de calidad está bien, lo recomendamos.


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